viernes, 14 de octubre de 2016

RESPETEMOS LA DIVERSIDAD CULTURAL SUMEMONOS HACIA EL BIEN COMUN

Hace un buen tiempo, en una tierra bella, con todos los alimentos necesario “los colores” todos eran felices y hacían fiesta. Danzaban unos con otros, se daban unos a otros y creaban nuevos colores.
Hace unos días llego a esa tierra hermosa alguien muy simpático y propuso jugar. A los diferentes colores les encantaba. Todos contentos se anotaron en los diferentes juegos.
Había juegos para elegir el color más bello. Otro elegía el color más inteligente. Otro el color más fuerte. Otro el color mas bueno… En definitiva todos los juegos tenían la misma propuesta de fondo: premiar a alguien exitoso y ponerlo sobre los demás.
Al poco tiempo todos los juegos logran el objetivo de su simpático hombre inventor: crear división entre los diferentes colores. Entonces, los considerados más bellos, los considerados más inteligente, los considerados más fuerte, los considerados más buenos… según el juicio del inventor del juego, comenzaron a creerse exitosos y por lo tanto superiores a los demás. Como consecuencia los “menos considerados” sufrieron un descenso en su autoestima.
La fragmentación de los colores, trajo escases de comida, violencia de unos contra otros, acrecentándose cada día más la diferencia entre: pocos que tienen demasiado y muchos que tienen menos de lo necesario”. El éxito de unos justificaba el acumulamiento y la carencia de otros, justificaba el enfrentamiento.
En palabras, todos hablaban del deseo de la vuelta a la unidad. Algo imposible cuando esa unidad se quería imponer por medio de la fuerza. O se proponía una igualdad en la opulencia.
Hasta que un día uno de los colores comenzó un planteo diferente de lo habitual, que podríamos llamar: desprendimiento. Poco a poco se fue despojando del poder, de bienes adquiridos, del ego y de mío. Cuenta la leyenda que otros colores, cada uno a su tiempo, fue siguiendo el mismo ejemplo. Y con el tiempo se logro el verdadero éxito: la unidad entre diversos. Entonces este pueblo se transformo en el más bello, el más fuerte, el más bueno…
Hoy en día, aquí y allá, la creación nos sigue creado diversos, con colores distintos. Hoy en día por aquí y por allá, hombres simpáticos, proponen distintos “juegos” con premios para los exitosos, los más fuertes, los más inteligentes, los más bellos, los mas buenos… según el juicio de quien organiza los juegos.
Hoy en día, todos hablan y desean en sus discursos la unidad. El lograr el poder es el camino más deseado. El imponerse por medio de la fuerza, tiene sus seguidores. La indiferencia, reclamando que otros resuelvan el problema es bastante común en los que se consideran buenos.
Pero también hay de los otros, los que eligen el camino comunitario, que integra a lo diverso, que no excluye, ubicando ahí el poder, la belleza, el éxito, el bien, concretamente esa es “la palabra” sobre la unidad: vivir en comunidad fraterna, solidaria, festiva. Donde nadie es más que nadie, ni nadie inferior a nadie.
Nacho

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