viernes, 2 de diciembre de 2016

II Domingo de Adviento preparación a la Navidad

Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea; éste era su mensaje:
- Renuncien a su mal camino, porque
el Reino de los Cielos está cerca.
- Preparen un camino al Señor;
hagan sus senderos rectos.
- Muchas veces caemos en la tentación de escuchar la palabra Bíblica y pensar que sería bueno que otra persona la pusiera en práctica. Hoy nos habla a cada uno de nosotros: ¿A qué tenemos que renunciar que sabemos nos está haciendo mal? ¿En que tenemos que enderezar nuestra propia vida?

… Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre…
Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo: Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima?

- Juan tenía autoridad para predicar y denunciar, porque tenía una vida coherente: sencilla, cercana y orante. ¿Cómo es nuestra vida en relación a las cosas materiales, a ser libre ante ellas y sin mucho más que lo necesario? ¿Cuál es nuestra relación con los más pobres? ¿Somos cercanos? Y nuestra relación con Dios ¿Cómo anda nuestra vida de oración?

Juan decía: El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego.

- Estas palabras eran para las personas religiosas de la época, las que se creían buenas, pero su vida para nada era sencilla, cercana, orante y profética. ¿Cómo andamos por casa?

Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo, yo ni siquiera merezco atarle las sandalias  él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego.
Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga. (Mateo 13, 1- 12)
- Juan es un modelo de discípulo y de profeta, alguien que no está centrado en sí mismo, que está dispuesto a dar la vida por la verdad y la justicia. Alguien que no quiere nada material, ni reconocimientos para sí mismo. Solamente quiere vivir como discípulo, profetizar contra los opresores y que todos se encuentren con Jesús. ¿Estoy dispuesto a ofrecer mi vida por la liberación de los oprimidos?
¿Estoy dispuesto a ir desapareciendo para que la fe, la comunidad crezca y Jesús sea el centro de las personas?
Nacho

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