La muerte no es nuestro tema predilecto para hablar ni escribir... Nuestros temas centrales son: la humanidad, la vida, la libertad, la justicia, el perdón, la esperanza, el amor y la comunidad.
Pero, no podemos evadirnos del sentir más generalizado en el mundo, en nuestro país y vecindario. Sentir que en estos días fue muy marado por distintas situaciones de muerte. Entonces los invitamos a reflexionar, no tanto sobre las posibles causas, posibles responsables... algo muy balido que lo hacemos en otros espacios. En nuestra editorial queremos plantearnos la pregunta sobre nuestro sentir personal, el suyo y el mío ante la muerte, procurando un mejor vivir para todos.
La muerte no nos roba los seres amados.
Al contrario,
nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo.
La vida
sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.
François Mauriac
La muerte de Fidel Castro líder de la Revolución Cubana, la muerte del clásico entre Nacional y Peñarol por disturbio, la muerte de los jugadores del Chapecoense en la tragedia aeronáutica viajando hacia la final sudamericana, nos trae recuerdos de la muerte de nuestros seres queridos.Las noticias, los recuerdos, también nos interpelan ¿Qué siento ante la muerte? ¿Qué espero de mí, para antes de mi muerte? Si recogemos respuestas y nos escuchamos con sinceridad y profundidad veremos dolorosamente que: por la senda que nos gustaría caminar, no siempre, es a la que le dedicamos lo mejor de nosotros mismos.
Si supiéramos que este es nuestro último fin de semana
¿Con quién y en dónde nos gustaría estar? ¿Haciendo qué?
Para unos cuantos al ver próxima su muerte pueden decir «misión cumplida» y para otros es «desesperante» porque hicieron muchas cosas, pero «postergaron para después las que realmente querían hacer».
El saber de los demás, la vida de los otros, e incluso la muerte, siempre nos puede dejar una enseñanza, o al menos nos despierta preguntas profundas sobre el verdadero sentido de la vida. ¿Qué hemos aprendido de estos hechos dolorosos?
El Colibrí
Así como una jornada bien empleada
produce un dulce sueño,
así una vida bien usada
causa una dulce muerte.
Leonardo Da Vinci
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