CUENTA UNA LEYENDA…
Que un hombre bueno, muy trabajador, fue obligado a estar en
su casa por el tema de salud. El hombre al comienzo pensó que sería un regalo
tener unos días de descanso… Pero pasando el tiempo, empezó a sentir su casa como
una cárcel y a tener problemas de relación con los que compartía el tiempo y el espacio… sentían estar
todos en la misma celda.
Y apareció la tentación, dándoles razones muy buenas de
servicio a los demás, si escapaba de casa…
EL MÁS ANCIANO LE DIJO: - “Es verdad que las autoridades nos
“obligan” a estar en casa, tu libertad consiste en adherirte voluntariamente,
sabiendo que es por un bien superior. Libre es el que tiene la capacidad de
asumir la situación porque quiere hacer lo correcto. No estás encerrado en
casa, has optado por permanecer ahí “libremente”.
LA PALABRA DE HOY NOS DICE: "Yo NO he venido a abolir la ley, sino a darle cumplimiento... El que cumpla y enseñe , será considerado grande en el Reino de los cielos". Mateo 5, 17- 19
EL HOMBRE FUE MÁS ALLÁ DE LA LEY, y decidió hacer de su casa,
SU CASA… comenzó con los demás integrantes de la familia, a limpiar, ordenar,
cambiar a gusto de lugar los muebles y demás…
Cada cambio que realizaba, lo disfrutaba
como un nuevo nacimiento… Cuenta el relato que se desprendió de muchas cosas innecesarias,
que sirvieron a otro…
AGRADECIDAMENTE, sabiendo que no todos pueden estar en su
casa en estos días: - “hay gente que vive al día en su trabajo y hay otros que
han multiplicado el riesgo laboral por servir a los demás”.
PERO LO FUNDAMENTAL FUE, que en este tiempo de mayor
quietud, de estar en casa… tuvo que entrar en su propia casa interior, de donde
salían diferentes sentimientos y recuerdos… a sanar, ordenar, perdonar, disfrutar… a cocer , a limpiar... Y sin darse cuenta vivió “la cuaresma” sin ritos exteriores, pero si “ordenando
la propia casa”, para disponerse a una nueva PASCUA… algo va a pasar…
Nacho
Exelente reflexión 💪💪
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