domingo, 10 de septiembre de 2023

¿Qué tenemos para ofrecer en la Iglesia?

En la misa del Cerro nuestra amiga Sarita nos comentaba que su primito Benicio está por cumplir un año y por comenzar a caminar.

Entonces nos imaginamos un viaje con Sarita y Benicio por el pueblo.

Comenzamos en la plaza. Benicio preguntó que había.

- Es lugar de encuentro, de mate, de juego para niños. -Le contó Sarita.

En la esquina salía gente de la panadería y los ojitos del niño querían saber qué había allí. Su prima le informo:

- Ahí se compra pan, bizcochos y la leche.

 Seguimos andando los tres hasta llegar a la policlínica. Dónde inmediatamente Sarita informó que era el lugar de vacunas y dónde curan. Benicio no muy deseoso de ser vacunado nos dijo:

- Vamos, vamos, sigamos viaje.

Llegamos al supermercado Tres Hermanos. Y ambos niños se miraron como conocedores del lugar, y les pregunte inocentemente que había en ese lugar. A lo cual Benicio con su vocabulario en sus inicios contesto rápidamente.

- Garoto, ahí la abuela me comprar chocolate

Continuamos nuestra marcha y llegamos a la capilla del Cerro.  Era primera ves que Benicio venia. Apenas sostenido en sus pies, se detuvo frente al portón esperando que le explicáramos que se ofrecía en ese lugar. Y le dije:

- Acá nos espera un gran amigo, el mejor, llamado Jesús. Quien nos escucha, quien nos recibe así como venimos, quien tiene una palabra para ayudarnos a ser mejor.

Sarita le ofreció su mano. El se agarro de Sarita y ella lo llevo al templo donde estaba reunida la comunidad. Benicio como todo niño, tiene muy desarrollada su intuición, y seguramente sintió que Sarita lo llevaba a un lugar que para ella era muy bueno. Entonces se dejó llevar.. Poniendo su mirada en la cruz.

- Por ahí paso Jesús, se ofreció para perdonar nuestros pecados, lo mataron injustamente y después resucito y ahora esta con nosotros. - Me salio decirle

Sarita que ha sufrido despedir a su papa de la misma manera que me toco a mi, se dio cuenta que mi vocabulario era difícil para el niño y se lo explico a su manera. 

- La cruz es como la puerta a un lugar muy bonito, donde esta mi papa, donde esta Jesus. dónde está Dios.

Sarita se lo dijo de tal manera al niño, que la cruz era la puerta a un lugar bonito, que el niño quiso caminar hacia la cruz. Lo que me dejó pensando:

- Será que transmitimos convencidos, que el encuentro con Jesús nos pone mas bonito. Queda claro que Sarita transmitió a este niño, que si cada uno carga con su cruz, ella carga con la suya, si la cargamos unidos a Jesús todo se nos hace mas bonito en esta vida, sabiendo que al final esta el encuentro más bonito de nuestra vida, el encuentro eterno con Dios y con los que se nos adelantaron primero. 

Hay veces que estamos tan preocupados por lo "que nos falta hacer" en la comunidad de la iglesia, y no nos damos cuenta que lo que realmente tenemos que hacer, es TRANSMITIR LA MISERICORDIA DE DIOS y LA ESPERANZA EN LA RESURRECCIÓN. Es algo que no se puede adquirir en la panadería, en el supermercado, y que no nos puede dar ni el psicólogo, ni el estudio. Ojalá sepamos disfrutar de ser COMUNIDAD reunidos en su nombre, para vivir el perdón, transmitirlo y alimentar la esperanza en el amor pleno que es Dios. 

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