viernes, 15 de septiembre de 2023

REFLEJEMOS EL AMOR QUE ES PERDON

Partimos de Melo el martes a la mañana, que se abrieron las aguas, para luego seguir lloviendo...Al llegar a Durazno nos encontramos con el río Yi desbordado y paradójicamente la ciudad sin agua en los grifos, por rotura de los motores de bombeo. 

La chiquita igualmente nos espero, con agua para el mate y el café, más torta fritas. Cuando se ama, se comparte lo que se tiene.  Es uno de los frutos del evangelio: la participación en la misma iglesia, en actividades pastorales, nos dan la posibilidad de construir amistades realmente lindas, profundas, solidarias, al tener a Jesús como nexo. 

Todo lo hace bien el señor, cuando nos ponemos en sus caminos. La idea era aprovechar el cariño que la chiquita le tiene a mi madre, y lo bien que ella se siente en su casa, aprovechar a ir a Canelones a una celebración. 
Coincide que en Durazno esta de regreso Josefina, después de su año en la Fazenda; la invite para acompañarme y estuvo dispuesta. Que lindo viaje de ida y vuelta, disfrutando de una amistad construida en el tiempo, también unidos en Jesús. 
La celebración en Canelones era por los 25 años de sacerdocio del amigo Renzo. Más ruido hace un árbol que cae, que un monte que crece, dice el dicho popular. Es muy cierto que la fidelidad al amor... 
la fidelidad en una pareja, en una amistad, en la vida religiosa o en el sacerdocio, hace poco ruido... Van pasando los años, en desatar nudos, perdidas, pequeños gestos de amor y celebraciones de la vida. 
Ninguna vocación es fácil vivirla. En toda relación humana, o consagración, el "perdón " tiene que ser parte del camino. Contar con la ayuda de Jesús en esa caminata, no es un agregado, es algo que hace la diferencia.. 
Estos momentos celebrativos, son posibilidad de encuentro con compañeros de ministerio. Estuvieron presente cuatro obispos, participando de la celebración guiada por Renzo. 

Creo que seria un lindo testimonio del amor de Dios, si las personas vieran en nosotros, sacerdotes y obispos, seres humanos que hemos experimentado la misericordia infinita y sanadora de Dios. Y eso nos hace libres, y misericordiosos con los demás. 
La Palabra de este fin de semana, nos presenta la preocupación de Pedro, en la primera comunidad cristiana. ¿Cuantas. veces hay que perdonar al compañero?. Se ve que ha Pedro lo tenia medio cansado algún compañero, o algunos, que podían perdon y al poco tiempo volvían a caer en su debilidad. Jesús le responde : hasta setenta veces siete hay que perdonar a quien reconoce su falta, que significa todas las veces necesarias.

De regreso a Durazno con Chiquita, y después en el viaje a Melo con Josefina, justamente nos sentíamos: agradecidos por la fe que nos ha regalado Dios, posibilidad de conocer su camino de salvación, su amor, su misericordia. 

Siempre es bueno escuchar cada día SU PALABRA, la cual nos muestra el camino y nos hace ver nuestros dones y fragilidades. Esto nos hará humildes, necesitados de ayuda humana y espiritual. Necesitados de perdón para volver a comenzar. El error de los miembros de la iglesia no es el problema de la iglesia. El problema de nosotros y de la iglesia es cuando "barremos para abajo de la alfombra". Ese mal escondido, tapado, se "pudre",  nos contamina de tal manera, que nos transforma en jueces de los demás.   

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