sábado, 6 de diciembre de 2025

ADVIENTO, TIEMPO DE ESPERA DE una BUENA PESCA

Julio está en su semana de cumpleaños, con diversos festejos, que deja de manifiesto la vocación que Dios le dio, y la cultiva muy bien de: ser instrumento de Dios de crear encuentros donde la gente pase bien, en un clima alegre, solidario, familiar. 

En nuestra barra de pesca las decisiones se toman por consenso, y Julio mismo planteo y estuvimos de acuerdo de volver a pescar a la represa más pequeña, a la orilla del camino. Al llegar la portera estaba con candado, pero inmediatamente alguien del lugar viene con las llaves a darnos entrada. Ahí, se da el primer encuentro, donde entendemos que Dios nos quería ahí... Jesús es ÉL pescador...
En el camino hicimos leña, a Eduardo lo picaron las abejas, y perdió los lentes. Toda opción de vida presenta dificultades a ser superadas, cuando uno tiene la certeza de que está haciendo lo que tiene que hacer, continúa el camino; cuando solamente cumplimos deseos del ego, ante las dificultades aparece la duda, la crisis, y se señala culpables. 
Tarde de veranos a 32 grados, con un atardecen, donde el sol se oculta a la espalda del campamento, con el cielo pintado de diferentes colores. Adelante del otro lado del lago, comienza a nacer la luna llena, lo que nos hace llenar de gozo, buscar buenas fotos... y después cada uno en su puerto contemplarla en silencio. 
Solo Dios sabe lo que se movió en la mente y en el alma de cada uno... El silencio es la oración a Dios desde bien adentro, permitiendo escucharlo a él.  
Cultivar la paciencia, saber esperar, es un don dado por la pesca. Desde las 4 de la tarde por 5 horas, con sol y luna ni un solo pique. Se armo el fuego para la cena, con los chorizos a la parrilla. Comenzamos a comer, y parece que despertó el hambre de las tarariras y salió la primera. Siempre la primera arma un carnaval de gritos, gestos, aplausos fotos, alegría de todos.
Después de 4 o 5 pescados, ya la pesca es buena, e hicimos lugar para cantarle a Julio que los cumpla feliz, con una torta de pan dulce, una vela y Naranjita Tacuarí. Todo siguió espectacular, Eduardo y Oriente inaugurando un ril sacaron y sacaron. Pero llegó la media noche, y Julio con su hijo Nacho, acampados a la derecha, no habían sacado ninguna. Si, lo central del amor es alegrarnos con las alegrías de los demás, pero humanamente también tenemos que pescar alguna alegría personal. 
En las primeras horas del nuevo día los que no habían pescado, tomaron la decisión de cambiar de puerto. Armando campamento a la izquierda de la barra. Nacho saco algunas, y su padre nada, ni se movían los aparejos. Algunos nos fuimos a dormir, y Julio envuelto en frazadas, permanecía a la espera de sacar alguna. Cuentan que, a la madrugada, quién perseveró pescó e incluso sacó una de las más grandes. 
Al amanecer la alegría era plena. Fueron 20 entre cinco, con posibilidad de poder compartir con quienes no pudieron venir, pero son gustos de comer pescado de agua dulce.
Adviento, tiempo de espera de una buena pesca. Este tiempo previo a la Navidad, la iglesia propone tomarlo como tiempo de apertura a algo nuevo, de una nueva manifestación amorosa de Dios en la realidad presente. Teniendo la experiencia del primer nacimiento de Jesús, que no fue en el gran templo de Jerusalén, ni con corona de oro... En comunidad nos permite disfrutar de los peces que otros pescan. 
Cada uno está en este tiempo en el puerto que está... Algunos seguirán pescando ahí, y otros tendrán que tomar la decisión de cambiar de puerto. Los que estamos pescando bien, al ver que a nuestro lado hay gente viviendo una mala pesca, tenemos que ser agradecidos, no creernos que somos mejores pescadores que otros, pescar es un arte de aplicar todo lo conocido, pero después tener la gracia de que aparezcan los peces ahí donde tire el anzuelo. Es muy importante la humildad, que despierta la alegría en todos, incluso se alegra quién no ha pescado nada con la pesca de otros.
La pesca es para todos, y a veces hay que cambiar de puerto. Lo que no es fácil, dejar lo que elegí, e ir a un lugar desconocido. Julio tuvo un detalle, en su primer puerto había instalado una luz a batería, yo pescaba a su lado alumbrado con farol a queroseno, pero alumbrado por su luz. Julio al irse en búsqueda de un nuevo puerto, en búsqueda de pescar algo, me dejo la buena luz y le lleve el farolito. Cambiar de puerto significa desprendimiento de lugares, de personas y de cosas materiales... por eso quizás cuesta tanto cambiar, y muchos sobreviven sin pescar, atados al lugar, a personas o cosas materiales.
 Lo otro que vivió Julio y nos ayuda para el adviento es que después de cambiar de puerto puede ser que en ese día no se pesque nada... y haya que ser muy, pero muy paciente, y esperar el comienzo de un nuevo día, de un nuevo tiempo, para la primera alegría.
Las preguntas para este tiempo de adviento son:
- ¿Estoy pescando bien o no?
- Si la respuesta es Si, la pregunta es: ¿Creo que es por merecimiento personal o por la gracia de que Dios me da la vida, porque otros han hecho su aporte, porque el pez eligió mi anzuelo? Hay pescadores que se la creen, se apartan de los que no pescan, los juzgan, se sienten por encima, merecedores de privilegios... Están los otros, los agradecidos, los consientes de la gran verdad, que cuando pescamos es porque muchos han puesto lo suyo... eso nos hace humildes, y nos lleva el amor a buscar la felicidad junto a los que no han pescado... 
- ¿Es tiempo de poca o mala pesca? Es muy importante la vida en comunidad, pescar con otros más allá de mi familia y disfrutar de la pesca de otros. Esa alegría por otros, me da esperanza, de que no estamos en el fin del mundo, ni es un momento histórico peor que el anterior, simplemente es un momento donde a mí no me toca pescar bien... quizás para darme cuenta que cuando pesque no era solo por mérito personal... 

Con humildad, poniéndome en manos de Él pescador, discerniendo junto a mi comunidad, es bueno preguntarnos ¿No, tendré que cambiar de puerto? Sabiendo que exige desprendimiento de lugares, personas y cosas material, con FE en ir a lo nuevo, desconocido, creyendo que es él, que me espera allí... y nos encontraremos para una buena pesca a la hora que él, desee ser pescado. 
Los problemas de salud mental hoy, problemas en las relaciones humanas, depresión, pesimismo, es vivir la pesca individualmente o con mi parejita o grupito cerrado...

El camino del adviento es estar abierto a incluir pastores y reyes magos, gente diversa en nuestras relaciones, cada uno aporta lo suyo para que el amor crezca. ¿He hecho nuevos amigos últimamente? ¿Nuestro grupo tiene nuevos integrantes? Es buen tiempo para creer que vendrán tiempos de la mejor pesca... Estos son nuestros aportes para vivir la espera de manera activa. 
Nacho
 

2 comentarios: