EL CAMINO ES LA RECOMPENSA

VER

       Sin duda que algo propio de nuestra cultura uruguaya es el Fútbol. La mayoría comentamos los resultados del fin de semana, particularmente sobre Peñarol y Nacional que después de ir ganando terminaron perdiendo. También este domingo pasado en el último instante del juego Danubio logró la punta del campeonato. Nada está dicho hasta que termine el partido. Incluso a veces hay un repechaje que nos devuelve la esperanza como en caso de la selección uruguaya mayor que a algunos los hace soñar con ser campeones del mundo.

    Esto del fútbol lo podemos llevar al tiempo presente que es de finalización del año.

 ¿Cómo vamos evaluando el año?

 ¿En qué nos evaluamos? y 

¿Qué propuesta de vida tenemos para los 45 días finales y para el año próximo?

        El fútbol nos enseña que todo resultado puede cambiar hasta el pitazo final, por eso este tiempo es muy importante en nuestras vidas.

ILUMINAR

            En tiempos de Jesús algunos tenían depositada su fe en el gran templo de Jerusalén. Otros se presentaban ellos mismos como mesías, con algunos seguidores que los tenían por ídolos. Tanto el templo como las predicaciones eran considerados como poseedores de la salvación.

         Jesús anuncia la destrucción del templo, desenmascara a los falsos profetas apocalípticos.

Lo curioso es que tanto al hablar de Él y de los que se comprometan con la

justicia y la solidaridad no promete éxito; más bien aclara que serán traicionados por los cercanos, serán perseguidos y condenados por los poderes de este mundo. Invitando a tener fe aunque los resultados sean adversos, porque es la perseverancia lo que nos lleva a la vida eterna.  (Lucas 21,5-19)

ACTUAR

    En el fútbol «el proyecto de selecciones» llevado adelante por el Maestro Tabarez y su equipo, nos hace mirar más allá de los resultados inmediatos, que a veces son negativos, medios o positivos. El camino es la recompensa, nos recuerdan cuando las noches oscuras. Sin embargo muchos no valoran el proyecto, el camino a largo plazo y viven en una inestabilidad psicológica y afectiva en relación al fútbol de idealizarlos a condenarlos según el resultado. El fútbol es unos de los espejos de nuestra alma y de nuestro colectivo muchas veces sin proyecto de vida, sin sueños ni programación para la realización de proyectos en el tiempo.

   Jesús nos indica de no poner nuestro corazón ni en piedras, ni persona alguna. Aclarándolo que seguirlo a Él es cargar con nuestra propia cruz y correr su misa suerte. La recompensa de trabajar por su Reino, es la paz interior en el caminar incluso ante la traición, la soledad, los juicios, la tortura o la muerte... y la recompensa final es la vida eterna.

Nacho