viernes, 22 de noviembre de 2013
¿Que ofrecemos como comunidad cristiana?
VER: Cada año se nos adelanta un poco más la navidad en la oferta de artículos de consumo. El capitalismo utiliza muy bien el cumpleaños de Jesús. Poniendo como invitado central a Santa Claus y el ya tradicional árbol nórdico. Dejando pequeño o excluyendo al pesebre que nos recuerda a Dios hecho ser humano en un establo pobre acompañado por los pastores y magos.
También en estos días se acrecientan las ofertas religiosas. Una de ellas ofrece en su propaganda: salud, dinero y amor, porque para su dios nada es imposible. Esto nos hacía preguntarnos por la oferta que hacemos a nivel de nuestras comunidades parroquiales cuando los vecinos se acercan buscando una experiencia de Dios, en un bautismo, por un caso de enfermedad o un ser querido fallecido.
ILUMINAR: El texto bíblico de hoy presenta a Jesús crucificado a los ojos de todo el pueblo. Los poderosos se burlaban y decían « Ha salvado a otro: ¡que se salve a sí mismo, ¡si es el Mesías de Dios...!
Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!
Uno de los malhechores agregaba: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
A lo cual otro condena-do le reprende: «¿No tienes temor de Dios tu sufres la misma pena que El? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo»
Y dirigiéndose a Jesús le dice: «Acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino». Recibiendo la respuesta: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
(Lucas 23,35-43)
ACTUAR: Hay personas y grupos que buscan un dios a su servicio, y crean una religión a su manera. Todo lo centran en el deseo de bienestar de sí mismo y de los suyos. Por eso no puede reconocer a Jesús crucificado presente entre nosotros hoy, en los tenidos por la sociedad como últimos: los más empobrecidos, los con grandes limitaciones, los menos capaces. Ni pueden reconocer como profetas de Dios a los que se comprometen con los Derechos Humanos.
Felices debemos estar si nuestras comunidades cristianas están formadas por personas con problemas de salud, con dificultades económicas y carencias afectivas tanto en lo personal como en las relaciones con los demás. Felices los que se comprometen con el bien común.
Los poderosos que se centran en una vida placentera para sí mismos, se burlarán de nosotros y perseguirán a los profetas de la justicia. Incluso habrá enfermos, empobrecidos y carentes de amor que se retirarán de nuestras comunidades porque no encuentran solución a sus problemas y como no aceptan su realidad no pueden convivir con las carencias de los demás.
Pero siempre habrá algún empobrecido o pecador que al vernos intentando caminar juntos en el seguimiento de Jesús, cada cual cargando sus cruz e intentando aceptar y acompañar los límites de los otros, siempre habrá alguno que por estar enfermo, con dificultades económicas, por reconocerse pecador, o por tener las relaciones humanas fragmentadas, al vernos sentirá que hay lugar para El entre nosotros. Bienvenido/da.
Nacho
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