jueves, 4 de diciembre de 2014

SER PUENTES, ELEGIR PUENTES

Hoy en día los medios de comunicación son como “puentes” que nos permiten viajar, conocer, encontrarnos con distintas realidades del mundo entero, incluso con inmenso universo.

Como en toda realidad humana los que construyen los puentes tienen ciertas prioridades. Los ubican en ciertos lugares y con una dirección determinada. Como las realidades humanas son tan diversas, cuando se construye un puente se deja sin ellos otros lugares.

Los intereses financieros construyen puentes hacia los lugares que pueden producir cuantiosas ganancias. En nuestro país los puentes aéreos, las noticias más frecuentes, incluso las ligas de fútbol, basquetbol, más promocionadas, las propuestas culturales, y las ofertas vacacionales son en relación a Europa, EE UU, y algunas capitales de América Latina.

La palabra bíblica
 de hoy nos comparte claramente 
el deseo de Dios mismo en relación a Jesús:
 “… preparen el camino… allanen los senderos… 
proclamando un bautismo de conversión 
para el perdón de los pecados” 
(Marcos 1, 1-8)

Entendemos por allanar los caminos, buscar una igualdad más justa.  Es claro que un cristiano, al seguir a Jesús, tiende puentes hacia los lugares donde los intereses económicos no lo hacen e incluso hacia donde estos levantan muros.

Jesús desde su nacimiento, vida, muerte y resurrección se ubicó en lugares lejanos al poder y donde se decía que nada bueno podía salir de ahí. No solo tuvo una opción de lugar, también de amistades “los pobres y pecadores”. Era motivo de escándalo cuando comía en las mesas de los considerados malos y se dejaba tocar por los impuros.

Entre tantos cristianos el Cacho Alonso, un sacerdote que después de un largo camino de búsqueda y un discernimiento comunitario se ubicó en uno de los cantegriles periféricos de Montevideo. Tendió puentes, hizo visible y posibilitó el encuentro entre sociedades cercanas y desiguales hasta hoy en día.

En estos días viajó hacia el chaco boliviano, una amiga llamada Florencia. Su opción de “estar ahí” en las fiestas navideñas, en el inicio del año próximo, nos cambia la mirada a unos cuantos. Familiares y amigos estaremos más pendientes de la realidad del corazón de América. Así como otros que han nacido en el norte y han optado por descender al sur,  también visibilizan lugares, personas, realidades que no son promocionadas por los intereses de las agencias de viajes y las multinacionales.

Entonces preparar el camino hacia la verdadera navidad, es poner nuestra mirada, nuestros oídos  en dirección hacia el llano. Sabiendo que los puentes anchos de este tiempo proponen el excesivo consumo.


Misteriosamente el sentirnos perdonados, valorados así como somos, potenciado en los dones recibidos, lo encontramos en la gratuidad del encuentro y el trabajo junto a los más de abajo. Si nos acercamos, no mesiánicamente, sino creyendo que Él esta ahí… El ir ahí de algunos tiende puentes para muchos que anden buscando una vida más humana. No todos vamos, pero si todos podemos elegir en que dirección poner nuestra mirada, nuestros sentimientos, economía y oración.
Nacho

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