jueves, 20 de abril de 2017

APRENDIENDO A MANEJAR EN LA VIDA

 Recuerdo que cuando llegue a Bolivia, pensaba que era un buen chófer, había aprendido desde muy joven , con un buen instructor, mi primo Alejandro, y nunca había tenido ningún accidente. Incluso había trabajado y tenia libreta de Taxista.
A la primera salida al campo, en verano, época de lluvia, me puse disponible si necesitaban de mi servicio de chófer. A los pocos km. di gracias a Dios que no me tuvieran en cuenta. Camino a Palmarito, en una camioneta cuatro por cuatro empece a conocer lo que era manejar en esos lugares... también a aprendí a empujar, manejar palos y tablas para sacar una atracada.
Con el tiempo me llego la hora de estar al volante. Y con el tiempo fui agarrando experiencia. Entre otras cosas aprendí que hay veces que no hay que acelerar demasiado con las ruedas que están en el barro porque se empozan y quedas colgado. Si hay que afirmarse en las ruedas que están en un lugar firme, para poder seguir adelante...
En estos días, esos saberes aprendidos los llevamos a las relaciones humanas, al caminar en la vida. Hay momentos de nuestra historia, hay días donde parece que nos empantanamos. Incluso nos encontramos con personas que son trancas o pesimistas...
En esos días, en esos momentos no hay que acelerar fuerte, pero tampoco detenerse o abandonar el camino. No hay que fijar nuestro pensamiento ni sentimientos en lo que no anda bien y tampoco estar mucho tiempo con las personas negativas...
Lo mejor que nos puede pasar, lo mejor que podemos buscar son encuentros profundos sinceros, de buena onda... y esos se dan en las Galileas.
Siguiendo el camino, los miércoles visito la Fazenda Betania y en este me toco ser mensajero de Beto el obispo que les mandaba un huevo de Pascua. Disfrutamos como niños, desenvolverlo, partirlo y saborearlo. Después de compartir la Palabra del día, que era sobre los discípulos de Emaus.
- De la cual recogíamos que la FE, es un proceso y no todos están en el mismo lugar de maduración y hay que ser muy respetuosos incluso con los que hoy están en un viernes santo o son incrédulos, como lo decía Rosita en el campamento.
- Lo otro importante es que Jesús sale a nuestro encuentro como un compañero de camino, en una actitud de escucha de amistad.
- Y lo tercero que es en la casa, en la mesa donde Él se manifiesta cuando compartimos nuestras penas y el pan... en este caso, la pena que se fue una compañera y el huevo de Pascua...
Nuestro corazon volvio a latir como el de los dicipulos de Emas despues del encuentro con Jesús, y como ellos por este medio y por otros queremos compartirlo con los demas, con ustedes...
Nacho

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