"Después derramaré mi espíritu sobre todos:
sus hijos e hijas profetizarán,
sus ancianos soñarán mucho,
sus jóvenes verán visiones."
Joel 3,1
El fin de semana pasado, con la comunidad "El Pastito" vivimos nuestro retiro de inicio del año. Esperamos hasta que llegara el último ciclista y ahí arrancamos. Siempre es bueno retirarse a escuchar el manantial personal y el de los demás, es una manera de ser fiel a lo que somos como dice un texto que compartimos:
"... Son el espíritu y el deseo del espíritu por encontrar una forma en ustedes. Y ese deseo es infinito hasta que el cuerpo muere. Mientras tanto, han de ser fieles a él, ayudándole a fructificar en su ser, permitiéndole llegar hasta cada uno de sus límites..."
Nos retiramos un poco para profetizar y soñar, para ver como vamos caminando, para sentirnos cerca.
La mesa compartida, signo sagrado de la vida con la espectacular paella preparada por los que tienen el don de la cocina, Walter y Martín.
La casa Shalom de las hermanas del Verbo Encarnado, transmite toda la paz que necesitábamos para este encuentro. Hasta nos gustó para hacer algún encuentro Colibrí, como tiene muchas camas y sobre todo muchos baños jaja. El sueño en grande es para el encuentro de verano, habrá que discernirlo con todo el grupo.
Al finalizar el encuentro, celebramos con el pan y el vino, la madre Giovanna, la Palabra, la guitarra, ofreciendo todo lo compartido y rezado: los desafíos y sueños para este año.
Volviendo a la rutina, quizás nos encontremos con el mismo desierto, pero con el Dios de la vida también se nos revela el profundo mar.
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