EL REGRESO A CASA
La palabra bíblica sigue siendo nuestra brújula.
Al regresar a cada una de nuestros "paisajes" donde tenemos que seguir intentando llegar a la flor, a la tierra sin mal, sin olvidar que somos un tesoro, hoy compartimos palabras de luz, sabiendo que hay voces de cascarudos y otros bichos que nos dirán "que no podemos", o que lo vivido fue "mentira"...
La semilla a sido sembrada en cada uno de nosotros.
A veces la planta sembrada en tierra buena es descuidada, esperando que esta de frutos sin esfuerzo alguno... y la semilla que fue recibida en una tierra más "pobre" es cuidada cada dia y nos sorprende con los buenos frutos. Marcos (4,1-20)
Una de mis últimas fotos del campamento fue la de Marcelo.
Es un espejo, que nos devuelve mucho de lo que hay dentro nuestro. Con su entrega y su fragilidades, con su belleza y diferencias, VISIBLES, nos revela los miedos, dones, heridas, ternura, rechazos... que tenemos dentro nuestro.
Mi madre se maravillaba, ante el lavarropa, dando gracias por tenerlo, por los que lo inventaron. No siempre existieron y no todos hoy lo tienen. El mundo consumista nos pone nuevas zanahorias adelante, y no nos da tiempo para agradecer disfrutar de lo que tenemos... y tenemos mucho mas que muchos...
El campamento fue entre seres humanos, por lo tanto también tuvo de lo otro... cada uno de nosotros lo tiene... Aquello que no es tan bueno en cuanto a palabras, gestos, acciones, pensamientos, sentimientos... Este es buen tiempo para recordarnos en las relaciones y ver lo que hay que seguir conociendo, puliendo. Siempre es mas fácil ver la viruta en el ojo ajeno, que verla en el nuestro.
Y algo fundamental, es lo que decía un amigo " me llevo el desafío de vivir lo que vivi aca en mi realidad"... La vida cotidiana no es un campamento... pero cada uno de nosotros puede ser un acampante en su realidad.
Esto no comienza con nosotros, mi madre me contaba esta mañana, que en otros tiempos tuvo cardenales y canarios en jaulas... y eso la enjaulo a ella muchas veces no permitiéndole salir. Así somos los seres humanos, a veces creemos que "con nosotros" se pasa mejor, y al pez lo ponemos en la pecera...
Hoy mi madre con 90 años disfruta cada mañana de dar alimento a los pájaros que quieren venir a su vereda... Vivirán como pájaros, morirán como tal... Seguro que en la jaula podrían vivir mas años y tener mayores seguridades... Seguro que de regreso a casa, algunos, algunas tendrán problemas con las rejas, con los dueños, con sus ataduras...
Y los amigos de los amigos, se van haciendo amigos entre si...
Ya tenemos tantos nidos que no los podemos contar... El músico se transforma en asador, la visita en señora de la casa, los papás en abuelos, los jóvenes van creciendo, las soledades son habitadas, los que estuvieron siguen estando de manera plena, los que no fueron al campamento gozan del dia despues...
¿Que hago con mis piedras?
Los otro encuentro fueron super especiales y emotivos, pero ninguno superó tanto como éste.. Movió cosas en mi que son inexplicables.. Fui absorbiendo cada cosa que me decían, que veía o vivía de una forma que nunca me había pasado y eso lo noto más que nada ahora, al regresar, estoy llena completamente de amor y es algo que nunca me pasó antes.
Me pasa que noto cambios en mi entorno, en mi familia, vine
con una vibra diferente, que voy transmitiendo en casa pasó, y sin ser
necesario palabras ellos lo sientes y sanan al igual que yo. Antes de irme mi
hogar era solo tristeza y desde que volví, florece el amor y la alegría, y no
es solo xq me extrañaron hay algo más...
Definitivamente algo pasó, y en mi caso, pasaron MUCHÍSIMAS
cosas y siento que aún siguen pasando..
Gracias infinitamente...
Somos águilas, somos mariposas, somos colibríes... que por poco o mucho tiempo vivimos como gallinas, enjauladas, picoteadas, picoteando... buscando volar o intentando que otros vuelen... La mirada cada día al sol, la escucha de La Palabra Bíblica, de cada día... encuentros, comunicacion, recuerdos, de personas que nos ayudaron a cambiar la mirada sobre nosotros mismos, sobre nuestro pensar, sobre nuestra cuerpo, sobre nuestro modo de relacionarnos... nos darán alas.
Todo necesita su TIEMPO, el desprendimiento de alas rotas... y lleva tiempo el que salgan plumas nuevas... Hoy si podemos decir "no se que sera de mi vida, pero solo se que ya no soy el mismo por dentros"... valio la pena participar del campamento. No olvidar que seguir a Jesús, emprender vuelo, exige desprendimiento, no solo de jaulas... también de seguridades y buena comida... Seguirlo, es una locura de fe...
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