Mi nombre es Álvaro y quiero compartir algunas vivencias del pasado fin de semana y semana de carnaval en Conchillas.
Las palabras de Leo fueron inspiradoras a la hora de compartir con ustedes algunas sensaciones. En primer lugar quiero agradecer a Jessica por invitarme y dejarme ser parte de este gran grupo.
Bajo el titulado Conchillas una canción me refiero a que gran parte del mundo emocional esta hecho de música y poesía. Las canciones definen como ninguna otra expresión del arte popular un espacio simbólico y conchillas es para mi aquel lugar que guarda las claves genéticas de una cultura.
Recordando la noche del domingo luego de haber tenido una tarde hermosa de playa y jugar el volley y haber podido contemplar un atardecer maravilloso emprendimos caminata hacia la casa, lugar de encuentro para muchos, al llegar, Erik desenfundó su guitarra y yo la de Jessica y nos pusimos a cantar yo pensaba mas allá del disfrute de cantar y reírnos que ese lugar en el mundo (Conchillas) habría contemplado infinidades de fogones y encuentros y era para mi una alegría infinita poder compartir ese momento, tal vez porque alguna vez fui feliz de esta manera ya que desde niño visito este lugar que creo es mi lugar en el mundo.
Una canción tras otra hacíamos sonar un acorde y con Erik conectados por la música inspiradora podíamos descifrar que canción iba a venir, allí enmarcamos una instancia de dialogo musical entre los que tocábamos y los que cantábamos, me di cuenta que éramos vecinos, hermanos del afecto.
La canción en este sentido esta ligada en ese felleng eterno que uno siente al compartir las voces del resto del grupo, al cerrar los ojos y poder escucharnos, al enamoramiento de las letras. me di cuenta en ese instante que éramos decoradores de la noche del entorno que ahí nos rodeaba como si fuéramos niños compositores sin tiempo y sin discusión, porque el hombre no dispone para la música mas que el simple argumento de sonar bien entre todos. no hay ninguna otra forma mas bella que comunicarnos a través de esos sentimientos.
Encontré aquella noche de domingo grandes personas de las cuales no conocía. me llevo un recuerdo muy lindo también de Leo que nos acompaño en esa caminata nocturna en donde podíamos ver el cielo encapotado de estrellas luminosas, lo mismo de Roberto que me ayudo a cantar la canción de Eduardo Darnoauchans "final". También el asador y fogonero junto a Erik, nuestra querida Pocha que hizo también como hice yo vistas de medico, jeje.
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