- Uno de ellos, al igual que muchos hoy en día, se volvió depresivo, nostálgico del tiempo pasado, viendo el presente como un tiempo apocalíptico...
- El otro llamado Julio, después de un largo tiempo de duelo, de búsqueda de otra moneda de plata, se dejó encontrar con alguien que nos busca a TODOS... un tal Jesús... que no vestía de blanco y no fue el encuentro en ningún templo de alguna religión... Este Jesús le propuso ir a su encuentro a la comunidad, al fútbol de salón en Toledo y en Melo con los amigos de cancha grande... de ir a encuentros, fiesta que lo inviten que puede ser en Ombúes de Lavalle, Casabó, Laguna Merín, San Gregorio de Polanco o Artigas... a las pescas donde sea... al salón del fondo de la catedral... a jugar al bicho... y en cada lugar había "piedras" de todo tamaño y forma... Algunas de ellas excluidas de su familia, de la política, de alguna iglesia... con el tiempo, gracias a los lentes de su amigo, fue descubriendo que cada piedra ocultaba dentro "una pepita de oro"...
Y el día de su cumpleaños se sintió el hombre más rico del universo... Y ahí entre asados, orquesta, charlas, bicho, y esas "pepitas de oros" venidas de todas partes... estaba él, ese tal Jesús, él del pesebre, no como alguien poderoso que hace sacar la lotería, que cura enfermedades, que nos da una novia... y sí, como ese Jesús que no tiene lugar en las familias, ni en las iglesias, y se va las periferias, a los basurales, a los pesebres del presente... Ese mismo Jesús que Julio y las hermanas le devolvieron la vida, ese Jesús fue quien le cambió la vida.... y hoy estaba entre nosotros con camisa blanca, sombrero negro, en la fiesta se hacía llamar Jonny. Quizás fue el que más disfrutó de ver a su AMIGO FELIZ...
Julio se animó a cambiar de puerto, a desprenderse de su pasado, y abrirse a lo nuevo, que él pescador de hombres llamado Jesús le ofreciera... que no serían monedas plata y si una mano necesitada... que al tomarla y levantarlo, sería él mismo que nos daría un sentido nuevo, verdadero a nuestra vida...
Nunca es tarde para encontrarse con quien nos busca... pero no lo busquemos en lo alto, ni en grandes templos, el sigue naciendo en los pesebres, y está en su trono que es la cruz, donde están los crucificados de hoy. Siendo la espiritualidad cristiana, la que transforma la caridad que hacen muchos y a veces solo alimenta su ego... la espiritualidad cristiana nos hace descubrir que es Jesús quien me quiere dar una mano en ese que necesita mi mano...
Julio, Amigo,
Gracias por tu testimonio
Nacho



MUY bueno todo lo expresado...gracias por su entrega
ResponderEliminarHola mi amigo, precioso testimonio
ResponderEliminarSoy Enrique, muy linda reflexíon
EliminarPero qué hermoso testimonio..!!
ResponderEliminarY es tal cual..Tan realmente así... que me hicieron llorar mientras lo leía..
Gracias por compartir.. nos hace falta..❣️