martes, 13 de abril de 2010

Desde tierras neuquinas





Continuamos en tierras neuquinas, rodeados de mesetas, tierra árida, clima seco. Una geografía bien distina a la de nuestro paisito, con paisajes hermosos que podemos disfrutar desde nuestra casita, en la falda de las mesetas.

Nuestros días transcurren entre la capilla donde nos alojamos y la casa de las hermanas. Unas pocas cuadras que caminamos varias veces al día. Con las hermanas compartimos los ratos de oración, las comidas, charlas con las que nos vamos conociendo más, y hasta juegos de cartas que nos divierten mucho. La capilla atiende a muchos niños y adolescentes, con un merendero, apoyo escolar, catequesis. También hay una CEB, y mucha gente vinculada. Nosotros nos sentimos como en casa, la gente es muy agradable, y bueno los niños siempre te reciben con un afecto inmenso. Siempre que ven la puerta de donde estamos abierta van. Vivimos rodeados de niños!!



Algo muy lindo acá también es ver la presencia de la Iglesia. La diócesis tiene 49 años y su primer obispo, Don Jaime de Nevares, fue un hombre que hizo una opción muy fuerte por los pobres. Esa opción marcó la impronta de la diócesis, que hoy se mantiene. Se lo recuerda con mucho cariño y afecto y algunas palabras que hemos leido de él muestran su compromiso, su carisma. Luego vino otro obispo y luego el actual que es Marcelo Melani. Dicen que es un muy buen tipo, y sigue la misma línea. Quizás no tanto con el carisma fuerte de Don Jaime, pero si mantiene ese espíritu. Cuestionamientos provenientes del Vaticano llevaron a que decidieran nombrarle un obispo coadjutor. Este obispo fue finalmente quien era obispo de Comodoro Rivadavia, Virginio Bresanelli (dehoniano él, amigo de Quinto). Un buen tipo, lo que "tranquilizó" a las comunidades, que lo recibieron este sábado con una celebración hermosa, llena de afecto. Pudimos participar y la verdad que fue muy lindo. Toda la celebración fue muy linda, y en los cantos se podía percibir esa opción por los pobres, ese compromiso social, que Don Jaime supo sembrar en toda la diócesis. Qué bueno que siga habiendo una iglesia así.



Por acá unas primeras impresiones, sentires. Se ve mucho del Reino, del paso de Dios por estos lugares. Sirve ensanchar la mirada, ver como se manifiesta el Reino en distintas geografías y culturas. Poder vivir cotidianamente entre la gente sencilla, pobre, poder tener el tiempo para escuchar, para jugar, para compartir un rato, para estar simplemente... es un regalo de Dios.

Erik y Male

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