lunes, 20 de marzo de 2017

DESPEDIDA DE LA PARROQUIA SAN JUAN BAUTISTA

En nombre del padre y
 del hijo y del espíritu santo,
 porque me ha querido tanto 
yo le pido tata Dios 
que no me falte la voz, 
al comenzar este canto.
SIN PALABRAS
Es triste irse o que alguien se valla sin despedirse, me toco cuando me “vinieron” de Bolivia. Pero cuando se tiene y se aprovecha la oportunidad para despedirse, no es fácil encontrar las palabras. La voz se entrecorta, los sentimientos se cruzan.
Como algunos saben en el 2010 llegamos a Rio Branco “venidos” de compartir la vida con las comunidades indígenas en Bolivia. Llegue con una profunda experiencia, y con heridas abiertas.
En aquel tiempo había solicitado ir a una parroquia pequeña y se me había concedido. Sin embargo el párroco anterior de esta comunidad, Jorge Osorio, sugirió que lo remplazara después de su partida misionera hacia el amazonas Brasil.
En la vida comunitaria sacerdotal, cada uno tiene su palabra, y después cree en la palabra del obispo, que tiene una mirada de toda la diócesis. Entonces fuimos designados por nuestro obispo Beto para alentar y coordinar la pastoral de esta parroquia.
SEGUIR A JESÚS ITINERANTE
Siempre es bueno hacer memoria, para ver que todo el que llega es porque ha sido enviado de otro lugar y todo el que parte lleva consigo a los que lo envían. Esta es nuestra vida, Jesús en su tiempo de misión fue itinerante. Y es él nuestro único maestro y señor.
Confieso que era difícil para mí venir a vivir a Río Branco. Acá estaba parte de mi historia familiar (fue donde vivió mi papa) y de mis huellas como contrabandista que fui. No soy de negar mí historia, el tenerla presente me ha hecho libre, pero humanamente uno tiene mayor afecto por algunos lugares, más que por otros.
DISPUESTOS AL ENCUENTRO
Los primeros meses con Jorge fueron realmente lindos. Me permitieron llegar despacito, más bien mirando y escuchando. Acompañando de un buen amigo, conocedor de la realidad y muy buen cocinero ja ja. Además de ayudarlo en la tapicería e ir asumiendo la actividad pastoral una de las cosas que me ayudo mucho fue: caminar dispuesto al encuentro por el pueblo.
Así fue todas las tardes salía a caminar por distintos barrios, los recorrí a cada uno. Además de hacer ejercicios, iba sin apuro, preguntando una y otra cosa. Intentando encontrarme con las personas y realidades que no estaban dentro del ámbito parroquial. Aprender su idioma: conocer sus preocupaciones; escuchar sus sueños y deseos. Otra escuela fue el almorzar en distintas casas de familias.
La ida a las comunidades del campo, (Poblado Uruguay, Placido Rosas, Lago Merín, Sarandí de Barceló), y cruzar a Yaguarón me fueron dando una muestra de la realidad bastante real. Al año ya me sentía “como pez en el agua”. Conocer y querer la realidad es fundamental para encontrarse con Dios, trasmitir su buena noticia y enfrentar el mal, aportando a otro mundo posible.
En lo parroquial me integre a una pastoral muy bien organizada, comunidad de comunidades. Más allá de los acentos personales de cada humanidad de nosotros los hombres, creo que hasta hoy hubo una continuidad. Intentando la autonomía de cada comunidad con sus colores y carencias, unidas en una misma parroquia a la diócesis.
ALIMENTARSE DE LO DIFERENTE
En las ocho comunidades (las cuatro del campo más Mevir, San Romero, Inmaculada y San José Obrero) en estos siete años como ocurre en la vida: hubo primaveras, veranos, otoños, e inviernos duros. Se integraron personas, se fueron otras. Nacieron nuevas experiencia de encuentro y se terminaron otras. Por el cambio de cura o cambio de la realidad. Para unos fue mejor, para otros fue peor y para otros fue diferente.
Creo que los que saben aprovechar cada tiempo, cada persona, son los que más se enriquecen. De cada uno reciben algo y a cada uno saben que tienen que aportarle algo que está más flojo. Realmente me sentí aceptado como distinto. Diría más, me sentí valorado por la manera de ser y acompañar. Pocas veces escuche algo comparativo con el servicio anterior, que no fuera para mejorar.
Me encontré con una comunidad que valoraba el aporte de los distintos párrocos, que se valoraba a sí misma y tenia deseo de seguir adelante. Entre ellas están las hermanas de la Doctrina Cristiana, las cuales son referencia religiosa y fueron de gran compañía en este servicio. Que creo fue liberador y fecundo.
IGLESIA COMUNITARIA, MINISTERIAL, LIBERADORA
Liberador, porque continuamos el proceso ministerial que se venía gestando. El de descentralizar el poder del cura. La catequesis, la visita a los enfermos, el rezar en los velorios, lo social, la economía, la liturgia, la misión, fue asumida por laicas y laicos con una gran responsabilidad. Teniendo el consejo parroquial como lugar de discernimiento parroquial.
Tiempo fecundo en encuentros, ya sea celebrando sacramentos, como celebrando el sacramento de la vida. Trabajamos juntos, discutimos, misionamos, hicimos alegres fiestas. Participamos de las instancias diocesanas. Acogiendo de muy buena manera a misioneros y misioneras de todo el país y del extranjero. Aquí me quedo una falta grande que Adeildo el nuevo párroco lo va hacer muy bien: tener mayor integración con las comunidades del vecino país Brasil.
No quiero olvidar a los medios de comunicación, a su gente, en especial a Radio Rio Branco, siempre estuvieron al servicio. Se tejieron relaciones de amistad en cada uno de ellos. Y solo Dios sabrá cuanta comunión con el pueblo y con el campo gracias al servicio gratuito de cada uno de los medios. Mil Gracias.
ENCUENTRO CON EL PUEBLO
El otro espacio fundamental de mi vida en este tiempo, por el cual también quiero recordar, agradecer y despedirme, es el de los encuentros con el pueblo. Quizás por ser del departamento, y desde niño venir por estos lados, por haber trabajado y haber tenido parte de mi familia acá, fue más fácil el relacionamiento. Me siento hablando el mismo idioma. Comprendiendo y comprendido.
Quiero y me siento querido. Con algunas diferencias con algunas personas. La vedad que esas diferencias no nos han cortado el saludo ni el dialogo. A excepción de dos o tres que no saludan, con los demás es una relación de respecto. Y creo que saben que en nada busco que todos seamos del mismo grupo, sino que cada cual a conciencia se agrupe en lo que le parece mejor.
Quiero decirles a todos, que siempre puse en la oración los encuentros, las alegrías y los dolores compartidos. En el mate de la mañana, la oración de la noche y cada misa siempre estaban muy presentes ustedes, los que nos encontrábamos cada día.
MIRANDO COMO NOS MIRA DIOS
Creo que ese espacio de silencio de oración de dialogo con Dios, ha sido fundamental para comprender cada situación. Dejarme mirar por Dios me permite mirar de manera semejante a Dios. Y Dios bien conoce nuestra historia personal, las carencias que hemos tenidos, que muchas veces nos llevan a cometer errores.
Los hombres exigimos perfección y nos cuesta aceptar el error personal y ajeno. Dios conoce nuestro corazón y al que ha recibido un poquito de amor solo se le pedirá un poquito más. Más exigente será con los que hemos recibido cinco talentos, se nos pide diez, especialmente a favor de los que menos han recibido. Esa es la ley primera, es el centro del evangelio.
Mis palabras finales de esta etapa no pueden ser otras que la del Maestro:
"Les doy un nuevo mandato
 como testamento urgente 
que se quieran mutuamente 
como yo mesmo los quiero 
que en esto verán patente 
de que son mis aparceros."
TODOS SOMOS HIJOS DEL MISMO DIOS
Qué lindo que los amigos de los amigos se hagan amigos entre sí. Es algo que a mi mucho me alegra. Es lo que Dios quiere: que nos reconozcamos como lo que somos HERMANOS. No aceptar esa realidad, de que todos somos creados a imagen y semejanza del mismo Dios, según mi creencia, no creer en eso es andar peleado con lo más real, por lo tanto andar mal.
La plenitud, la felicidad esta en agrandar el corazón, en dar un lugarcito mejor a los cercanos y a los prójimos del camino. Envejecer es ir dejando que el corazón se achique por falta de personas. Por lo tanto seguir naciendo es habitar el corazón, especialmente con los que poco lugar tienen en el corazón de la mayoría.
Los llevo en mi corazón, permanecerán y sé que habito en el de ustedes. Dios es amor y cada relación de amor es presencia de Dios. En él nos seguiremos encontrando. Sé que harán un lugar en vuestro corazón para esta nueva congregación misionera (masculina y femenina) de San Ignacio de Antioquia, que se suma al caminar parroquial y del pueblo.
En nombre del padre 
y del hijo, y del espíritu santo 
porque me ha querido tanto,
 le doy gracias, tata Dios, 
que hasta el fin me dio la voz, 
pa' terminar este canto.
Con lagrimas de alegría, por recuerdos de lo vivido, de lo perdonado, de lo sufrido, de lo construido, de lo celebrado junto a ustedes. Con unos cuantos nos seguiremos encontrando por medio de esta publicación Tribuna Popular, en la cual seguiremos aportando. En cada comunidad nos hemos ido despidiendo, el 23 de marzo nos despedimos en Sarandí de Barceló, el 24 en San José Obrero al mediodía, y San Romero, barrio Cirilo Olivera con misa a la tarde. El sábado 25 acompañamos a Fray Adeildo a recibir su ordenación sacerdotal en la catedral de Melo y el domingo 26 celebramos la primera misa presidida por el, con almuerzo lluvia.
Todos invitadas /os
Un abrazo Nacho



No hay comentarios:

Publicar un comentario