martes, 21 de marzo de 2017

Porque el ayer no llena el hoy...Recordar es volver a masticar... Es alimento.


TENGO SED, SABOREO, 
SIGO BUSCANDO, CON ESPERANZA...
HERMANADOS 
CON TODOS LOS QUE ESTÁN EN BÚSQUEDA
POR DIFERENTES CAMINOS
Hermoso el relato del encuentro entre Jesús y la Samaritana. Y creo que hay mucha gente buscando “el agua viva”, buscando vivencias de amor. Buscando por distintos caminos y distintas espiritualidades. Con todas, con todos, me siento compañero de búsqueda, hermano. (Juan 4)
Desde nuestra espiritualidad comparto mi vivencia. Para la samaritana después del encuentro con Jesús: se le duplico la sed. Si, antes esta mujer, buscaba calmar su sed de amor en relaciones humanas, en la sexualidad, en lo material… Esa también fue mi búsqueda por muchos años, sumándole la búsqueda del éxito deportivo, el viajar.
DOBLEMENTE SEDIENTO
Después del encuentro con Jesús, después de esa experiencia de beber del propio pozo, la mujer al día siguiente duplico su sed. Ahora tiene: sed de encuentros con los hombres y sed de encuentro consigo misma, con Dios.
Esa es mi experiencia. Quien tiene una experiencia de Dios duplica su sed. Sigue siendo un sediento en búsqueda. Más sediento que antes y que otros. Porque antes, y otros, solo buscan lo humano, lo material. Yo busco relaciones humanas de amor y lo trascendente.
EL AYER NO LLENA EL HOY
Hoy al despertar sentía sed. Sed de encuentro, de abrazos, de besos,  de mesa compartida, de plenitud, de Dios, de inmanencia y trascendencia. Porque el ayer no llena el hoy.
Pero es una gracia comenzar el día sabiendo donde esta la fuente, conociendo su agua viva. Siempre es un acto de fe, pero la memoria de haber bebido, haber amado, haber sido amado, es la mejor compania, el mejor mapa de ruta.
Esta mañana al despertar respire profundo, saboree lo ya bebido, lo ya entregado, dando gracias a Dios. Recordar es dejar brotar del corazón, de la piel, del alma, del pensamiento. Recordar es volver a masticar. Es alimento.
LA HERMANA SOLEDAD
No es deseable, no hay que buscarlo, pero el camino por el desierto, el tiempo sin relaciones de amor, sin abrazos, sin mesa compartida, sin palpar a Dios, es un tiempo necesario.  En la sequedad, se esta en comunión con los sedientos, que no son pocos. En la soledad, se engendra un nuevo encuentro. Todo tiene un final. Pero toda muerte puede ser el comienzo de un nuevo nacimiento.
Nuestro interior tiene sed, porque es atraído por alguien en algún lugar, por la fuente que está bien adentro. La búsqueda debe ser hacia adelante. No son dos amores el amor humano y el amor divino. No son dos aguas el abrazo y la interioridad. Uno es parte del otro. Y uno nos impulsa hacia el otro. No se puede amar a Dios, experimentar su amor, sin amor humano. El amor humano es la expresión y puerta para tener una experiencia de Dios. El encuentro con Jesús nos impulsara a amar: al prójimo y al menos amado. Y en ellos también esta Dios…
Nacho
Con mucho cariño comparto este relato con todas y todos los que están en búsqueda, por diferentes caminos. Benditos los que tenemos sed. Es esa sed que nos moviliza a la itinerancia, al desapego a la inseguridad, a la fe , a la esperanza, hacia lo infinito, a lo eterno, hacia el amor pleno…
Entre tantas y tantos se lo dedico a Mercedes Clara, 
Anaukt (Holanda) Alejandro (Paysandu) Ernesto (Colombia)

FOTOS DEL VIAJE, DE ENCUENTROS:
 Contemplando agradecidamente "un milagro del amor"
(Romina, Pablo y Francisco)
Nada nos pertenece, todo es regalo, que hay que cuidar, entregar... amar
Cada ves "que el nos junta" se crea un espacio real de su Reino... 
(Montevideo casa de Silvina y Joaquin) 
Las piedras desechadas se transforman en las piedras fundamentales... 
Hay encuentros, mesas... que son eucarísticas (Agraciada . Soriano)
José, Ana, Cloe, Stefano
Cuando en un encuentro se pone las vidas sobre la mesa
hasta el error es parte del camino...
 La vida comunitaria siempre es un oasis...
( Rodo - Soriano con los hermanos Oblatos)
Stefano, José, Agustín
Signo de vivir juntos los distintos, signo de que Dios es Padre de todos y somos hermanos...
Un hogar, una familia que nos recibe , impulsa 
(Maria Eugenia Fabricio, los niños)
... hígado, juegos, peñarol rampla, descanso, ducha, ropa lavada, recuerdos, amigos en común, sueños...

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