Cuenta una leyenda muy antigua,
que en una casa de campo, un joven consultaba a su abuelo por la libertad.
- ¿De dónde venía? ¿Qué la limitaba? ...
El joven realizaba un trabajo de filosofía para la universidad.
El anciano, que no había terminado la primaria, le señaló un caballo que junto a otros retozaban, corrían en las verdes praderas, y le respondiendo con otra pregunta:
- ¿De dónde vienen?
El joven amaba los caballos, y si bien tenía una formación cristiana, en esta etapa de la vida estaba desinteresado por lo religioso. Entonces quedo atragantado con la palabra que le salió de adentro:
- “Viene del creador”.
El abuelo conocedor del joven, sintió que la primera pregunta estaba respondida por quien la buscaba: «la libertad viene del creador».
Entonces lo invitó a ir al galpón, le señalo unas riendas y unas anteojeras, con enganches plateados, muy costosas, que se le ponían a los caballos preguntándole al joven:
- ¿Para qué sirven?
El joven con su cuaderno en la mano, estaba sorprendido por el método educativo de su abuelo. Y haciendo saber todo lo aprendido de sus padres sobre la vida en el campo, contestó con un tono de voz muy seguro:
- Las riendas sirven para llevar al caballo por donde su Jockey quiera llevarlo. Y las Anteojeras, para que no mire más allá de lo que su Jockey quiere que vea, y para que no se distraiga con los caballos cercanos, ni atienda lo que ocurre a su alrededor…
El abuelo sonrió, feliz de la inteligencia del joven, mirándolo a los ojos le dejo una nueva pregunta y se marchó:
- ¿Quién es tu Jockey?¿El creador o el dinero?
Nacho
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