sábado, 23 de diciembre de 2023

WENSESLAO, PESEBRE, MISA Y BAUTISMO DE NAVIDAD.

CONTEMPLEMOS EN SILECIO
¿Que nos mueve dentro este pesebre?
 Este pesebre fue diverso en colores, en edades, creencias. 
- María fue representada por una joven. 
- José por un hombre adulto. 
- El ángel por una simpática niña.
- Jesús por un recién nacido. 
- Isabel por una persona mayor.
- La estrella una niña de familia evangélica.
- Y los pastores y reyes dieron lugar a todos los niños que quisieron participar. 
Cada pesebre, refleja algo de la comunidad que lo prepara.
Se hizo memoria del anuncio del Ángel a María. Una joven que tenia un proyecto de vida, y el ángel le propuso otro. Esta joven mujer, sin entenderlo totalmente, confiando en el Espíritu Santo, fue capaz de renunciar a "su proyecto" para comenzar a transitar en el "proyecto misterioso de Dios"
- También cada uno de nosotros cuando tenemos un encuentro con Jesús, cuando participamos de una comunidad, y comenzamos a "dedicarle gratuitamente tiempo", dejando otras cosas, él nos va llevando por un camino que no conocemos su recorrido, pero al confiar en Dios sentimos la vida misma dentro nuestro. 

La representación nos mostró el camino de María, la cual no quiso explicarle a sus familiares, ni a su prometido "lo nuevo que estaba viviendo", ( ellos no lo podrían entender y apoyar) entonces María tomó inmediatamente la decisión de ir a dialogar y estar con Isabel, la cual estaba viviendo algo semejante y por eso se iban a entender. 


María nos deja la enseñanza de que: no tenemos que querer que nos entiendan sobre "nuestros embarazos de Jesús" las personas que no se relaciona con él desde dentro. Tenemos que buscar encontrarnos en comunidad y en encuentros personales, con personas que están viviendo dentro del misterio de Dios, el cual a veces nos hace andar contra corriente al mundo. 
La mayoría de las personas eligen su propio camino y a veces piden la ayuda de Dios para que les vaya bien. Maria  "supo escuchar a Dios", el cual le propuso un camino diferente. El cual "no fue fácil", necesito de fe, valentía, desprendimiento y ayuda. Nuestra oración tendría que ser: "mas de escucha que de pedido, dejando a Dios que sea Dios en nuestra vida". 
Hay acontecimientos donde Dios nos habla claramente: una celebración, un pesebre representado o en la vida; ya sea en un nacimiento inesperado, en alguien a ser cuidado, un encuentro con alguien, o en ver las actitudes de Herodes, el violento, el que quiere ser el único rey, y ante estas realidades Dios nos propone: optar por la vida, la solidaridad y la libertad, confiando en él. 
Celebramos el pesebre, la navidad, dentro de la celebración eucarística. Porque tenemos la gracia de creer que ese mismo Dios que se hizo uno de nosotros en nuestra realidad humana, en el pesebre, ese mismo Jesús ha querido seguir haciéndose presente en el pan y vino consagrado. 
Ese Jesús que necesito ser cuidado, ahora se ofrece como "alimento y perdón"... y Si realmente nos dejamos encontrar por él, el nos muestra su camino. 
La celebración de un bautismo, nos incorpora a la comunidad cristiana, nos hace participe de la gracia que Dios dona a sus miembros. Ser parte de la celebración del bautismo de alguien, nos hace recordar agradecidamente a los que nos regalaron nuestro bautismo y hoy nos permite ser parte de la iglesia que recibe a este nuevo bautizado. 
Nuestro pesebre en Wenceslao, recibió a Benjamín, al niño recién bautizado. Un signo real, de que así como Jesús nació para todos, para pastores y magos, para trabajadores manuales e intelectuales, presentándose "pequeño" para despertar la solidaridad comunitaria, desarrollando el amor y el compartir de todos los que quieran participar, también HOY nos da esa posibilidad a todos, sin exclusión.  
La foto final, es la bendición y el envio: despues de haber tenido un encuentro personal y comunitario con Jesús, en su palabra y sacramentos, en la contemplación de su nacimiento, somos enviados a anunciar y vivir, lo visto y oído, lo experimentado en esa celebración: que hay un Dios que sigue queriendo nacer en cada uno de nosotros, donde muchos cierran su puerta porque no quieren problemas y están en la de ellos.  Y otros ofrecemos lo poco que somos, lo poco que tenemos, nuestro pesebre con sus bichos y olores;  Dios no necesita y él, junto a Maria y Jose, a la comunidad de diversos, transforma con su amor, su perdón, nuestra historia, nuestro cuartito del fondo en un lugar de Dios.

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