sábado, 27 de julio de 2024

3er. ENCUENTRO CONOCIENDO A JESUS EN EL PATIO TRASERO DE LA CATEDRAL

Nos volvimos a encontrar, en este lugar simbólico: detrás del templo de la catedral... Alguien nos espero con la estufa a leña encendida, a su tiempo fueron llegando los chorizos, la parrilla, vasos, la mayonesa, fariña, leña, hamburguesas, la música, refrescos, sin faltar el el pan y vino. Los que quedaron hasta el final haciendo la limpieza descubrieron una bandeja de masitas. Siendo lo más importante cada una de las presencias. Libremente y por puro amor, se comparte lo que se trae y lo que se es.

MÍSTICA:
Comenzamos con un encuentro gratuito, y a las 19 hs. en punto con una presentación, donde algunos compartimos: el porque volvimos al grupo, y otros tres el porqué vinieron hoy por primera vez. Este compartir inicial, es muy importante para escuchar: lo original, lo que va quedando de los encuentros y lo que se va buscando, que es la mística inédita que se va revelando del soplo del Espíritu Santo que alienta este grupo.

REALIDAD: 
Creemos en el Dios de Jesús encarnado en su pueblo, por eso el camino para encontrarnos con él es: abrir los ojos, los oídos y el corazón a la realidad social, política, eclesial, familiar que nos rodea. Escuchamos el relato del hecho más trascendente de la semana en nuestro departamento: la condena de un alcalde por abuso sexual de una mujer de 80 años. 
El mundo generalmente en los conflictos tiene "el virus" de ponerse de parte de los suyos o de parte del poder que lo favorece con algo. Jesús en todos los conflictos, se puso y nos invita a ponernos de parte de los más frágiles, de las víctimas. Solamente escuchamos el hecho, porque no nos toca a nosotros hacer juicios, ni era el momento para realizar comentarios.
REFLEXIÓN: Sobre el altarcito en medio de la rueda, junto a la Palabra Bíblica y una velita, habían tres signos: Una cerámica, una piedra y un montoncito de tierra con cerámicas quebradas y pequeñas piedritas desintegradas. 
Entonces compartimos que el la cerámica puede servir para decorar un ambiente, cubriendo las humedades y todo lo que queda debajo. También que la piedra puede servir como cimiento para una construcción elevada. Llevado a nuestra vida compartimos como también nosotros nos revestimos de algunas cerámicas para quedar más presentables, cubriendo nuestra historia y sentimientos interiores. O como nos endurecemos como piedra para conseguir objetivos elevados.
PALABRA: Recordamos la parábola del sembrador, donde Jesús se presentaba como sembrador de las semillas del amor de Dios y según la tierra que lo recibía era cuanto y como daba frutos. Coincidimos en pensar que ninguna semilla puede ser acogida y germinar en una persona enmascarada con cerámicas, o con el corazón endurecido para lograr sus objetivos. 
BUENA NOTICIA: Sin embargo la tierra del fondo de nuestra casa, con desechos de cerámicas y piedras que en algún momento nos revistieron, además de las hojas secas caídas de distintos árboles, habitada por lombrices que hacen su trabajo... tierra que de mirar es menos hermosa que la cerámica y más frágil que la piedra, es el lugar más apropiado para que la semilla sembrada por Jesús sea acogida y de buenos frutos. 
Recordamos la vida de San Pablo, soldado romano perseguidor de los cristianos, con todo el mal que eso traía y fue elegido por Dios para recibir la misericordia de Dios y transformarse en misionero de su amor. Tuvo que vivir una situación de "caerse del caballo" en que se sostenía y se sentía poderoso sobre los demás. 
MEDITACIÓN: Cada uno tomó en sus manos un poco de esa tierra, para conectarnos con nuestra propia tierra interior. Encendimos la velita como presencia de Jesús, apagando las luz eléctrica del salon. La estufa fue alimentada con la leña y el carbón que nos estaba dando calor y después las brasas nos prepararía la cena. 
En el silencio con los ojos cerrados fuimos guiados por una meditación desde la realidad que vimos al comienzo, nos fuimos encontrando con la persona herida que somos, o con aquel que también causó heridas a otros. Creyendo que cuando nos animamos a encontrarnos con "nuestra tierra verdadera" es cuando Jesús encuentra lugar para acercarse a nosotros y entablar un diálogo de escucha de nuestras necesidades y equivocaciones, sorprendiéndonos con su misericordia y capacidad de sanar o transformar las situaciones de muerte en vida nueva. 
ORACIÓN: Con la sensibilidad a flor de piel, con sentimientos diversos de dolor, de agradecimiento, de angustia, de liberación...incluso alguno con lágrimas en sus ojos o deseo de escapar de la verdad dolorosa de su historia... encendimos la luz para rezar juntos el Padre Nuestro, poniendo en manos de Dios algo de lo vivido y las personas y situaciones que queremos se abra a la presencia de Dios.
CENA: Fiel a la propuesta de Jesús, que siempre hizo la propuesta de "compartir la mesa", espontáneamente cada uno fue encontrando su lugar de servicio, haciendo los chorizos a las brasas, armando la mesa, sirviendo la picadita previa, ofreciendo una copa de vino. Otros se sintieron libres de dejarse servir mientras que dialogaban. 
A alguien se le inspiró hacer un grupo de wasap para los que se sientan miembros del grupo y poder estar comunicados.
Quizás en este grupo podemos aportar la reflexión de cada viernes para que los que no pueden estar físicamente puedan participar a la distancia por este medio. Si alguien le interesa sumarse que lo diga en los comentarios abajo de esta publicación.
También en todo camino aparecen inconvenientes como el humo que nos hacia lagrimear, teniendo que abrir las puertas y ventanas. Pero cuando hay un ambiente de amor, todo se supera. E incluso esto permitió que viéramos y nos viera Carla, quien fue invitada a la cena, y nos ayudó a expresar los frutos que nos llevábamos del encuentro y escuchar su mirada sobre el grupo. Un momento muy lindo que surgió cuando buscamos respuesta a la dificultad del humo. Todo es oportunidad de algo nuevo y bueno si sabemos abrirnos a la presencia novedosa de Dios. Cada uno se fue retirando a su tiempo, donde recordamos que este espacio de los viernes tiene que ser en Libertad, donde cada uno llega cuando puede, siempre atentos a invitar a otros que les pueda servir un encuentro con diversos, con uno mismo, desde lo real, acompañados por el amigo Jesús. Sabemos que algunos se sienten parte aunque no hayan venido. Hay lugar para quien quiera sumarse el próximo viernes desde las 18 y 30 hs. en el salón del patio trasero del templo de la catedral.  

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