( DOMINGO 22 / 7 / 2012 )... Hace unos días
en un chocolate de bautismo
en una familia,
de esas que insisten
en la vivencia del amor
y siguen buscándolo:
entrelazando los hijos de uno con los hijos del otro
y juntos sumar mas hijos en común
y por amor asumir la paternidad y maternidad
de los de la propia sangre y los de la sangre amada...
esos niños que viven la experiencia del amor que incluye me rodean e incluyen en su juego de veo veo pasando a ser una hermosa experiencia de comunión...
Escuchando la palabra bíblica (Marcos 6, 30-34)
del día nos preguntamos ¿que vemos? y unos ponen el acento en Jesús, y otros ponemos la mirada en la gente común al encontrarse con Jesús
Mujeres y varones semejantes a ti, a mi, al vecino, a doña Juana...
personas con dones y carencia
con una historia de aciertos y de errores
con experiencias de amor y ausencia de el...
En la lectura de hoy: Jesús desea apartarse un poco para estar mas en familia en comunidad con ese grupito, en los cuales están las personas con las cuales tiene cierta sintonía otros que decidieron unirse al grupo por intereses diverso incluso algunos estando movidos por objetivos totalmente anti evangélicos...
Así es la familia, la comunidad de Jesús semejante a la tuya, la mía... con ellos quiere estar apartándose del resto pero los buenos planes de Jesús son tocados por la necesidad de otros que no eran de su grupito mas cercano y la familia.
La comunidad se abre a esas relaciones inesperadas en búsqueda de sanarse ,crecer, perdonarse, escuchandose en esos encuentros...
Esto es lo que vemos en la iglesia original siendo lo que cada uno es, Jesús quiere estar junto a su grupo pero siempre abierto al otro, incluso si es inesperado incluso si nos cambia los planes los planes que hemos discernido que son deseo de Dios.
Ellos atendieron a los otros dejando lo propio, y nos invitan a vivir así
Con planes, planificaciones de encuentro con otros y entre nosotros, pero siempre atentos y abiertos a los prójimos que encontramos en el camino o se nos acercan...
Me pregunto cuando celebramos la fiesta eucarística y se nos acerca a la mesa los que siguen buscando la vivencia del amor:
después del dolor del divorcio,
del no ser aceptado por su opción sexual,
o otros que se acercan a Jesús eucarístico
sin tener todos los "papeles" como la Iglesia desea,
¿les prohibimos la comunión plena ?
esa que es para el perdón de los pecados,
para alimentarnos hacia la misión en bien del Reino...
Me pregunto y te pregunto sobre la apertura al diferente.
En nuestra mesa, en nuestra vida cotidiana
¿estamos abiertos?
El AMOR de Dios
se manifiesta en el encuentro de colores diferentes...
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