jueves, 2 de abril de 2015

LA PASCUA DE LA PROSTITUTA - PRIMERA SEMANA SANTA


PRIMERA SEMANA SANTA
Comenzó con la entrada de Jesús a Jerusalén, el cual fue aclamado con palmas y cánticos como el nuevo rey. Despertando profunda alegría y esperanza en todos los oprimidos, e inquietando a los opresores.
DOMINGO DE RAMOS
Esos día en que se celebraba la pascua Judía, había un movimiento comercial muy importante, con celebraciones religiosas, venta de comida y entretenimientos muy variados para los peregrinos al templo de Jerusalén. También las prostitutas tenían la semana de más trabajo en el año.

Cuentan que aquel domingo de ramos, a una hora cercana al mediodía, una mujer llamada la negra María, después de haber trabajado hasta la madrugada, fue despertada por el alboroto del pueblo que recibía a Jesús. Ella en el cuarto del fondo  donde el comerciante  la explotaba, se puso de pie,  se envolvió en una sábana, acercándose a la ventana quiso saber cuál era el motivo de tanta alegría.

Justamente frente a sus ojos inflamados por la mala noche y con la pintura derramada sobre la cara se presenta un varón montado en un burrito. Misteriosamente aquel hombre aclamado por la multitud puso la mirada en aquella mujer. María no podía creer lo que le estaba aconteciendo, estaba siendo mirada como nunca antes le había sucediendo. Nuestros ojos revelan lo que habita en nuestro corazón y aquel visitante trasmitía una cálida ternura y comprensión.
Las lágrimas brotaron en el rostro de la mujer apodada “la negra”. Fue tan penetrante aquella mirada que instintivamente ella se llevó la mano al pelo, quizás para arreglarse un poco. El alma sentía necesidad de exclamar algo, pero las dos miradas se abrazaban en silencio, con la música de fiesta del pueblo.

No fue más que un instante, pero son momentos que uno desea que sean eternos y así quedaron en la memoria de aquella mujer. Lentamente el burrito llevaba a ese tal Jesús, el cual giro su cabeza hacia atrás hasta que podía observar aquella mujer que lo miraba atentamente. Este hombre tenía una sensibilidad profunda y estaba muy despierto a los encuentros en el camino. Todos sabemos que los gestos, las palabras pero también las miradas tienen la capacidad de herir o sanar, de matar o dar vida.

Poco a poco los cánticos de la muchedumbre se alejaban, mientras la mujer frente a un viejo espejo intentaba mejorar  su rostro. Las lágrimas tenían un sabor muy diferente al de siempre, en este caso eran lágrimas cargadas de emoción. Hasta una sonrisa de aquellos labios gruesos pintados de rojo, daban luz a su rostro. Hasta que violentamente se abrió la puerta, con el grito de su patrón que le anunciaba que tenía el primer cliente…
DÍAS DE LA SEMANA
Los tres días siguientes, transcurrieron en Jerusalén con mucha normalidad. Peregrinos que llegaban de distintas partes. El imperio romano que había reforzado la guardia militar. Los comerciantes que ofrecían los artículos más diversos a la venta. Los circos callejeros  daban sus espectáculos, y los ritos del templo con mucho incienso y ofertorio de distintos animales. Los sacerdotes tenían una semana de mucho trabajo, la cual era la que financiaba gran parte del año.

Las posadas y tabernas olían a alcohol, con las peleas normales por problema de ajuste de cuentas y por el machismo reinante. Las prostitutas pasaban de mano en mano, de soldados a campesinos y de estos a comerciantes, viejos y otros que celebraban su bautismo de hombre según la cultura reinante.

Lo diferente a otros años era el comentario en las equinas,  en las sobremesas, en ruedas de varones y de mujeres, sobre la caravana, la adhesión multitudinaria a ese tal Jesús al comienzo de la semana. En los sencillos había nacido una esperanza. Los que vivían del templo estaban muy molestos. Incluso hasta Roma había llegado la noticia preocupante.

Los distintos grupos se organizaban, ya fuere para apoyar el eminente levantamiento revolucionario en búsqueda de la liberación, como aconteció en la liberación de Egipto  guiados por Moisés, exigiendo a la otra parte a los poderosos que se reunieran entre sí para planear la eliminación de este revolucionario.

JUEVES SANTO
Pero lo que hoy nos interesa comentar es lo que estaba ocurriendo en el interior de aquella mujer que desde muy niña fue iniciada en este trabajo de prostituta por su padrastro cuando apenas había cumplido doce años. El cual abuso de ella por un buen tiempo y después la vendía a sus compañeros de trabajo. Lo mismo que hacía con su mujer, madre de quien hablamos.

Una mirada puede despertar alas y estas nacen de experiencia anteriores aunque estas hayan sido de mucho dolor. Recordó cuando siendo una adolescente, mientras su padrastro dormía luego de una borrachera, ella había escapado de su casa. Si bien había caído en manos del comerciante que la explotaba en su memoria estaba la huella de búsqueda de la libertad.

En el poco tiempo que tenía para sí misma, empezó a soñar, a planear el dejarlo todo en búsqueda de aquel varón que la había mirado con amor. Si bien por dinero, poder y odio se hacen muchas cosas, el amor es capaz de llevar a superar todas las leyes, cadenas y limites en búsqueda de su realización.

Y fue el jueves santo, a la hora de la siesta, mientras quien se había adueñado de ella y sus sirvientes borrachos y de panza llena por lo bien que les estaba yendo en el negocio, ella se hizo la dormida en el sucio cuarto del fondo y escapo por la ventana.

Quien busca encuentra. Si bien no era fácil encontrar al hombre buscado, ella sabía que su corazón sería su guía. Con inteligencia busco en las casas de la periferia de la ciudad, allí donde había familias que tenían casas con terrazas toldadas para alquilar o prestar a los peregrinos.

A la noche, estaba en la misma mesa de Jesús junto a sus discípulos. Algunos de ellos estaban un poco incómodos, porque la presencia de una prostituta les movía la conciencia. Unas mujeres discípulas luchaban para controlar sus celos.
Jesús cuando la negra golpeó en la puerta, El mismo la recibió con un abrazo que llamo la atención de todos.

Si bien su maestro había dejado claro en sus gestos y palabras que su preferencia era por los más empobrecidos y por los excluidos por ser considerados pecadores, en el primer grupo de Jesús aún habían voces de que ser tocado por un impuro te hacia impuro, y también la preocupación del que dirán al relacionarse con alguien de mala fama.

La mujer comía abundantemente, acompañando el cordero pascual del buen vino. Cuarenta años de vida, en un pueblo religioso y por primera vez participaba de la celebración de la pascua. Su corazón latía a mil ya que su mirada estaba fija en el rostro sereno de aquel varón que cada tanto la acogía con sus ojos profundos y le sonreía.

Lo inolvidable de aquella noche,  fue que en determinado momento para desconciertos de todos, el maestro se levantó de la mesa, tomo el recipiente con agua que estaba cerca de la puerta, el cual utilizaban los sirvientes, mujeres o niños de la casa para lavar los pies a los hombres que venían de visita a la familia.

Se arrodilló frente a ella, con suavidad quito la tierra de sus pies y después los acaricio con una toalla blanca secándolos. La mujer por un instante recordó a su mama, que dentro de la pobreza extrema en que vivían siempre intentaba que ellaestuviera  limpia. Según los testigos se escuchó una voz que decía “Estas limpia, hoy has nacido a una vida nueva, que seas muy fecunda”.

Uno a uno en silencio fue sorprendido por el maestro que realizaba con amor el trabajo de los sirvientes. Aquel gesto que les transformó la celebración de la pascua, que les cambió la imagen de Dios, era acompañado por las mismas palabras que resonaban dentro “Están limpios, hoy han nacido a una vida nueva, vayan y hagan con los demás lo que yo he hecho con ustedes”.

Y después vino lo que más o menos todos hemos sabido. Uno de los discípulos rechazando la presencia de la mujer, no aceptando la postura del maestro que lo invitaba  elegir este camino en la vida, se levantó rápidamente tomando la pequeña bolsa de dinero y se fue.

VIERNES SANTO
Siguiendo la búsqueda de un lugar solitario de aquel que todos queríamos estar con Él. Después nos sorprendieron los soldados romanos acompañados por los sacerdotes del templo y el beso de aquel que no se dejó lavar los pies.

El viernes fue de pleno alboroto en el pueblo, si bien los ritos del templo continuaban como si nada y también los espectáculos y los trueques, Jerusalén estaba pendiente del juicio a Jesús. Se decía que lo habían torturado cruelmente, acusado de blasfemia contra el Dios del templo y contra el Dios del imperio, diciéndose hijo de Dios.

La dispersión del grupo fue casi total, siendo la ex prostituta una de las pocas que paso la noche despierta en la puerta de donde lo habían apresado a Jesús. Sin dormir la noche, como tantas veces lo había hecho, pero esta vez por amor, acompaño pasó a paso el viacrucis del amigo. Más de una vez intento acercarse para alcanzarle agua, recibiendo empujones y golpes de los soldados que servían al poder.

A mitad de la subida al cerro, cuando Jesús sangrando ya no podía levantarse de una de las tantas caídas, entre la multitud se encuentra con la mirada de aquella mujer. Su mirada era otra... dicen que aquel hombre después de su muerte y resurrección le agradeció a la negra la ternura de su mirada cuando ya creía no poder seguir camino con su cruz.

En aquel momento sintió que por una, por una persona, valió  la pena haber vivido para amar. Y es el amor que habita en nuestro interior el que nos pone de pie en los momentos más duros de nuestro caminar.
PASCUA
Ella había aprendido de su maestro, que hay momentos que no se puede hacer nada más por el otro que mirarlo en silencio. Pero si esta mirada nace desde la fuente de la vida, si es entregada con todo el ser, esto puede elevar al que esta caído haciéndolo volver a nacer.

Los problemas en aquella región siguieron a lo largo del tiempo. Los imperios eran derrotados por los pueblos y surgían hombres endemoniados que creaban nuevas situaciones de opresión.

Pero todo había cambiado a partir de aquella nueva pascua. Unos cuantos testigos de lo acontecido, creyeron y se lo trasmitiendo a otros, centrándose por fe en el amor. Un amor que se concretiza en los servicios más humildes a  los demás, en un modo de hacer fiesta incluyendo a los excluidos, en una mirada de comprensión y ternura que despierta alas, que nos eleva. Haciéndonos perder el miedo al miedo, que siembra el poder opresor.


A lo largo de los años esto sigue inquietando a los que lucran con la sangre de sus hermanos, regalando la resurrección a todos lo que buscan y encuentran la misericordia de Dios. Misteriosamente y como no podría ser de otra manera, esa presencia del espíritu de Jesús se manifiesta en las estructuras más diversas de organización humana y se escapa de aquellas que la quieren poseer. ¡FELIZ PASCUA!
Nacho

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