Es con profunda
tristeza constatar que los grandes amigos, las personas de bien, referenciales
de la Laguna están partiendo, golpeando en retirada o sus inmensos y nobles
corazones de "Laguneros de Corazón", sin soportar tantas emociones o
melancolía están dejando de latir. Al entrar el invierno de la helada grande
partió, en un vuelo migratorio, en búsqueda de un lugar más ameno, como hacen
los pájaros pintados, Don Hebert De Sosa Duarte. Una pérdida irreparable, un
vacío que duele en el alma de aquellos que con él convivimos, lo acompañaron al
largo de su jornada, de su trayectoria, conocieron su grandeza de alma de
Ciudadano Oriental, de Colorado por convicción, de fe inalterable y se tornaran
sus amigos y admiradores. El suboficial de policía "De Sosa", nos
dejó en este jueves, 22 de junio. Fue llamado a cumplir una nueva e importante
misión, formar fila en los vigilantes escuadrones de la caballería de Artigas,
no sin antes dejar marcado en las arenas del Lago Merín, huellas de grandeza,
ejemplos de solidaridad, dedicación, amistad verdadera. Los individuos nacen,
viven y mueren, es el ciclo de la vida. Mientras tanto, lo poco de verdadero
que pensaron, lo poco de bien que practicaron no se muere con ellos, la
humanidad lo recoge y los hombres que pasean sobre sus sepulcros aprovechan
para proyectar el futuro. A los que participaban más acerca de su privacidad,
Don Hebert, con su manera alegre, cordial, al dar gracias, repetía con su
espontaneidad: " en esta vida, todo pasa... nuestros días, son como estrellas
candentes. Mal lo vemos en cuanto pasan, pero dejan después un surco indeleble
en la memoria". En el pórtico de salida de la Laguna, un cartel, en
nombre de la comunidad, desea a todos y en especial al gran amigo Hebert De
Sosa Duarte una "Buen Viaje", un hasta breve.
Juan Antonio Motta
Quedo bien marcada en mi memoria la primera misa a la que
asistieron Rosario y Heber en la capilla Stela Maris del Lago Merín: presencia
educadas en la formalidad y el respecto cristiano. Ya ese mismo día, en nuestras
misas familiares, ambos se fueron soltando, integrando al compartir la palabra
bíblica tejida con la realidad del lugar y el mundo. Con el tiempo Heber fue
destrabando su pensamiento, dando pasos de liberación. Se volvió más alegre,
incluso se sintió libre de alguna ausencia por recibir a sus familiares o
porque su tercer amor después de Jesús, su familia, el tricolor jugaba esa
tarde...
Nacho
Nacho
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