MISIONERAS EN LA FAZENDA DE CERRO CHATO

Graciela y Danee, desde Tupambaé, en nombre del Equipo Misionero Diocesano, visitaron quincenalmente la Fazenda masculina en Cerro Chato. La misión de Jesús tiene como punto de partida el ser movido por el Espíritu Santo que sopla cuando quiere y elige a quien quiere, llevándonos a donde quiere. Necesita personas disponible en tiempo y abiertas a algo nuevo. La misión siempre será "encuentro" y para que sea al estilo de Jesús, nunca será desde arriba y si en amistad como hermanos que somos. 

Día de los derechos humanos, lindo celebrarlo con aquellos que por caer en adiciones a veces se consideran o son tratados como si derecho a una vida nueva. Tambien fue lindo recordar los 30 años de ser ordenado Diacono en la cruz de carrasco y la fiesta de la fundación de las Hermanas Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado.

Un buen proceso misionero cristiano, llevó a culminar el año con la celebración de la eucaristía. Donde claramente Jesús se hizo presente en los gestos, palabras, lágrimas, alegrías, reconocimiento de la comunidad. 

- Lindo escuchar que: la "presencia" es motivo de espera, de alegría y paz. 

- Que se valora la figura femenina, como madre, hermana o madre. 

- Que ayuda en el clima comunitario, en la convivencia. 

- Que valoran el que les dediquemos tiempo, y eso los hace sentir personas. 

- La música ayuda en mucho a sanar y despertar vida. Todo esto muestra el amor de Dios que nos tienen.

La Palabra bíblica de ese dia nos reafirmaba la opción misionera (que no cree en un dios todopoderoso, triunfador, que bendice a los poderosos) y si creemos en el Dios de Jesús, que deja el rebaño, para ir al encuentro de la oveja perdida. (Mato 18, 12 - 14) 

Claramente los chicos en la fazenda "se han perdido" y algunos bastante... y están conociendo el amor de Dios atreves de las personas que se disponen a transmitirlo. También se valoró la misión de Gustavo que deja su cultura brasileña para venir a acompañar la caminata liberadora de las adiciones. y en el saludo de la paz también hubo agradecimientos a compañeros que son un apoyo fundamental para este cambio de vida.

Al mediodía salió choricito al pan, con refresco y torta de manzana. Después una buena siesta o descanso.

Los mimos alegraron la tarde, despertando riza, transmitiendo el mensaje de dar la vida.

No faltó la peña folclórica y la torta de cumpleaños. Todo fue motivo de agradecimiento, reafirmando que cuando Dios llama a una misión, él se encarga de respaldarla en bien de los demás; pero también: los misioneros experimentan el amor de Dios, son sanados...