domingo, 12 de octubre de 2025

DEVOLUCIÓN 29 TALLER BIBLICO MISIONERO

VERGARA:
Laicos Misioneros la Consolata, de Medellín Colombia, acompañados por el p. Fredy, culminaron una misión en nuestra diócesis de Melo, recibidos por el p. Reinaldo y la comunidad parroquial. Los misioneros laicos agradecieron el ser recibidos "en familia". Se sintieron recibidos, amados, abrazados... Diciendo que vieron a Dios a su Amor en el pueblo. Al final de esta misión ya no somos los mismos por dentro...
A Lourdes le pregunte por su esposo que no lo vi en misa... y ella me dijo que estaba preparando el asado para el almuerzo del mediodía, que sería el agradecimiento a los misioneros. Entonces miramos esa realidad a la luz de la Palabra de hoy... Donde Jesús envía a los 10 leprosos al encuentro con los sacerdotes... y hay uno que regresa a Galilea (lugar de paganos y de leprosos) ese uno, regresa al lugar donde estaba Jesús para agradecerle. Quizás Lucas, en el parrillero del galpón... está siendo hoy ese uno, ese Samaritano, que Jesús pone como ejemplo de ser SALVADO por Dios. Seamos agradecidos.
Fue simbólico celebrar el almuerzo en el galpón de la casa... tenía ese sabor a familia. Y como decía Reinaldo: Jesús se despidió y quiso quedar presente en su última cena con sus discípulos en una casa de familia... nosotros vivimos algo semejante... que nos hace entender aquella primera misa....
A la tarde los misioneros convocaron para un encuentro intercultural...
intercambiando comidas, música y baile colombiano y uruguayo... todo culmino en fiesta, como le agrada a Dios y al pueblo.

SALON DEL FONDO DE LA CATEDRAL
Comenzamos compartiendo la experiencia del retiro en Ombúes de Lavalle (Leopoldo) y la pesca del día anterior (Eduardo). Del retiro se resaltó la importancia de tomarnos un tiempo para el encuentro con uno mismo, con los demás, con Dios, a la luz de la Palabra, sin faltar lo festivo. De la pesca se subrayó la solidaridad que en otras experiencias más allá de la iglesia y como un encuentro de amigos puede ayudar a sacar errores y cosas dolorosas que cada uno lleva adentro. Ramon, que escuchaba atentamente, propuso hacer como grupo un retiro, invitando a las demás comunidades de Melo, incluyendo a Fraile Muerto, Toledo, Rio Branco, Tupambaé. Carolina propuso que fuera en noviembre y se aprobó por todos. 
Escuchamos la Palabra viendo a un Jesús que caminaba por tierra de paganos (Samaria y Galilea) donde habitaban los leprosos (considerados pecadores, castigados por Dios por su pecado o el de su familia). Lo trajimos a nuestro presente viendo que esos lugares "rojos" hoy son Casabó, cuarenta semanas, Aparicio Saravia, Barro Blanco (Montevideo) El fogón, las Acacias, el Mendoza, Falcon (Melo) y los leprosos de hoy son los llamados "piches, adictos, alcohólicos, con enfermedades mentales, solitarios, chorros, presos, violadores... Concluyendo que Jesús nos dice "que está ahí" si nos queremos encontrar con él resucitado. Veíamos que esa presencia de Jesús en las periferias, donde habitan los más pobres y excluidos, poco se enseña en nuestras catequesis o misas. Normalmente se señala la presencia de Jesús adentro de la iglesia en el templo, sacramentos, santuarios, sacerdote...
Luego aprendimos que una verdadera curación, un verdadero perdón, tiene que llevar a la REINTEGRACION social y eclesial. por eso Jesús los envía a el encuentro con el sacerdote, que era la autoridad que incluía o excluía a las personas. También Jesús va a dar la posibilidad de que el sacerdote, los del templo, tengan la posibilidad de convertirse, de recibir a quienes juzgaron y excluyeron. Esas dos dimensiones también nosotros estamos invitados a vivir hoy: al ser perdonados tenemos que sentirnos ya sin culpa, con la invitación de integrarnos a la vida social y eclesial, para dar testimonio de que Dios es capaz de perdonar todo. La otra dimensión es cuando nos toca recibir a un leproso curado, perdonado, pedir tener el corazón de Dios de creer que se puede comenzar una vida nueva, creyendo en esa persona que pide una nueva oportunidad, es creer en Dios.
Habiendo en el relato bíblico, uno de los curados, que eligió volver a Jesús, a agradecer. He ahí lo que de alguna manera estamos viviendo nosotros: dar semanalmente un tiempo para este encuentro comunitario, para estar con él en su palabra... Escuchándolo y descubriendo cual es el camino que él nos propone recorrer. Estar con él donde esta, en las Galileas, que puede ser el FONDO de la catedral, en una de las pequeñas comunidades, en la Fazenda con las chicas que cayeron en una adición... Encontrándonos con él aquí, ahí, para descubrirlo en la vida cotidiana, en un mundo que nos centra en el ego "querer es poder, se feliz", nosotros estamos llamado a ver a un hermano en ese que "no ha podido por incapacidad o pecador, que ha fallado en el amor, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas....en ese que fue causa de dolor a otros, por su manera de actuar antisocial. Si rechazo a una persona humana, o aun grupo determinado, estoy rechazando a hijos de Dios, por lo tanto, también rechazo a Dios aunque me crea muy religioso. La gran tentación del demonio es el mesianismo, hacernos creer los "buenos, los puros", y esto alimenta al ego, que realizara juicios sobre otros y los pone por debajo, quitándole la dignidad de ser tratado como a un hermano. 
Nos dimos cuenta que todos necesitamos convertirnos en algo, todos tenemos a ese demonio que nos quiere hacer creer que somos seres superiores a otros... Lo bueno es que somos opuestos a Judas, que, reconociendo sus pecados, no creyó que la comunidad, Dios lo podía volver a recibir. Nosotros somos como Pedro, lo negamos a Jesús en los crucificados de hoy, nos apartamos de ellos... pero seguimos abiertos a su encuentro, seguimos viniendo a la comunidad en búsqueda de poda, alimento, para ser un poco mejores cristianos. 
El clima de la cena dice mucho... hay como una paz que surge en las relaciones, en las charlas en los humildes servicios. Hay deseo de estar un rato más juntos en él... Nos descubrimos que somos "no tan leprosos... menos que antes" vemos al otro "con menos lepra". El estar con él nos cambia el sentir y la mirada, de nosotros mismos, del otro, y de la realidad. En un mudo que pone el acento en el mal, en la rotura, nosotros vamos descubriendo que nuestras roturas, nuestro mal, puede ser perdonado, puede ser sanado y cuando realmente experimentamos eso, vamos al mudo a dar testimonio de que para Dios es posible rescatar, salvar a toda, toda persona humana. Así lo quiere, y nos pide nuestra ayuda. Que no quiere decir que nos haga perfectos, al salir el curita bien distraído y sordo, dejo encerrado a tres en el patio de la catedral. Por suerte hay motoqueros en el grupo que pueden liberar a los encerrados ja ja ja. 
MICAELA: 
Nuestra mirada desde el campo, cuando visitamos la ciudad, vemos que los "leprosos" de hoy, los excluidos son los que viven en la calle, los con una situación de pobreza extrema los enfermos y con discapacidades que no son bien atendidos... los que cargan con una cruz por su manera de ser, por lo que hicieron anteriormente y siguen siendo juzgados por la sociedad, y tampoco sienten que haya lugar en la iglesia para ellos. También puede ser alguien cercano, alguien que se sienta solo, sin sentido para vivir. Las periferias no están tan lejos a veces, pueden estar en nuestro entorno. Que vengan a nuestro encuentro esos "leprosos" necesitados de ser curado, depende de lo que sientan ante nosotros como persona y como comunidad cristiana. Si siente que los vamos a juzgar, que les señalamos sus faltas o pasado, no vienen para no ser golpeados. Pero cuando mostramos escucha, aceptación, cariño, comprensión. las personas se animan y se acercan, así como se acercaban a Jesús. La propuesta de la Palabra es clara: tenemos que abrir nuestro corazón a TODOS, así como recibía Jesús con amor y sin discriminar... Después de encontrarse con él, en el caminar de la vida cada uno se va curando... Marisa
MERCEDES:
Muchas veces esta la pregunta en nuestras comunidades parroquiales ¿Por qué no vienen los jóvenes? Las respuestas casi siempre son juzgando al mundo y a los jóvenes mismos, incluyendo a sus padres. La palabra de Dios siempre nos invita a "revisar nuestra propia vida". El testo bíblico muestra a los leprosos que vivían alejados del templo de Jerusalén, ahí no había lugar para ellos. Para escándalo de los Fariseos que se creían puros, Jesús caminaba por esos lugares de Samaritanos y de la Galilea, y los leprosos salieron al encuentro de Jesús. No los curo inmediatamente, les propuso un camino... y en el caminar fueron quedando sanados (no sabemos cuánto tiempo le llevo a cada uno). Bonito que nosotros LOS EMBARRADOS, jóvenes y no tan jóvenes, nos sentimos haciendo ese mismo camino... Bonito que hay una Iglesia diocesana, un obispo, que nos recibe y da lugar a participar con nuestra historia, nuestra música e instrumentos. Gracias. Estamos un poco más sanados. Pocha
CATEDRAL MELO:
Jesús envió a las personas curadas a que se presentaran al sacerdote, (que seguramente estaba en el templo con la comunidad religiosa). Jesús también dio la oportunidad que el sacerdote y la comunidad vieran con sus ojos, que Dios es capaz de curar toda lepra, perdonar todo pecado, y que quiere que toda persona humana sea incluida en la sociedad y reconocida como hija de Dios. 
Yenifer quiso venir a agradecer a Dios por la vida, en el día de su cumpleaños. La acompañaron sus padres. Fue una linda oportunidad para la comunidad, recibirla, acompañarla y disfrutar de su agradecimiento. No todos los cristianos eligen la misa, para encontrarse con Jesús para dar gracias "por una lepra curada" o simplemente por "el tesoro mayor que es la vida". Algunos no creen en la presencia de Jesús en este lugar, y otros no han tenido muy buena experiencia al venir... Jesús al recibir a quien fue a su encuentro para agradecer, resalta que había sido leproso como los demás, pero además era Samaritano... 
Eso nos tiene que abrir los oídos, los ojos, el corazón y los brazos a los que no nos consideramos samaritanos (pueblo despreciado y condenado, por los que se sentían el pueblo elegido y cercano a Dios). Gracias por venir. Nacho
BETANIA MELO: 
Hay personas y familias muy preocupadas por la pandemia de la droga. Y cuando le toca tener un familiar o un amigo con esta "enfermedad", realmente conoce el deterioro de la persona y el mal que produce en todo su entorno. También hay otras enfermedades corporales, mentales, que tienen mal a la sociedad... Ante esa realidad se busca ser sanado o que se sane el ser querido, en hospitales, psicólogos, medicamentos, curanderos, mano santa... hasta el extremo de querer "sacarse el mal" con otra adicción o el suicidio.
En tiempo de Jesús sucedía algo semejante, y una de las enfermedades más comunes y peligrosa era la lepra. Que poco a poco iba tomando todo el cuerpo, y llevaba a una exclusión social, siendo expulsado el leproso a las afueras de la ciudad. Tenían que vivir a monte, en cuevas, como animales salvajes. El relato bíblico nos presenta a 10 leprosos que buscan ser curados por Jesús. El pedido es concedido, agregando la propuesta de ir a recibir del sacerdote del templo (autoridad política y social) recibir de él la aceptación de estar curado y poder volver a ser parte de la sociedad. Uno de ellos regreso por algo más: volver a estar con Jesús agradecidamente. Este encontró la verdadera salvación.  
Reflexionamos con las chicas, que cuando uno está "enfermo" desarrolla un pesimismo mayor, resalta lo negativo de las personas y de la realidad. El enfermo ve un mundo enfermo que se va destruyendo. Por eso la propuesta de la Fazenda va más allá de liberarse de una adición. La propuesta es encontrarse con uno mismo, con su realidad, acompañada de Jesús. Algunos simplemente buscan la curación de la adicción. Hoy pusimos la Palabra en práctica, "dándonos gracia unas a otras". Salieron expresiones muy profundas y bonitas, que muestran lo que realmente necesitamos: ser escuchados, comprendidos, corregidos con ternura, tener referencias coherentes, estar presente, ser amigo, una mirada comprensiva, ser compañera en los trabajos, un abrazo que sane, compartir los momentos de alegría y dolor, confiar, ayudar a tejer las relaciones con la familia, compartir la sensibilidad por los animales y por las flores, creación... 
En principio todos esperamos encontrarnos con alguien con la mirada, los gestos y palabras de Jesús que despierte el deseo de estar con él, especialmente cuando estamos heridos pero esa persona si realmente es un amigo de Jesús, buscara que nosotros nos encontremos con él, que hagamos nuestra amistad con él... El verdadero cristiano dice con su vida lo de Juan Bautista: que la amistad entre los hombres con Jesús crezca y yo desaparezca, por eso hay que saber estar, acompañar dando lugar a otros, dando lugar a él... 
TREINTA Y TRES:
La Palabra nos recuerda las gracias recibidas... los regalos de Dios que nos han sido dados por nuestro bautismo. Los dones del Espíritu y esto nos enseña sobre la Gratuidad de Dios. Que por Amor no ofrece nuevas oportunidades... nueva Vida. Agradezco cada día por el don de la Fe, de la Alegría, de no sentir rencor en un mundo que parece llenarse de odio... Agradezco por la gracia de tener a mi familia, por la salud y el trabajo... por los amigos. De manera especial tengo siempre presente los rostros y nombres de las personas espirituales que Dios puso en mi camino en cada una de las etapas de mi vida... quienes me enseñaron mucho del Amor de Dios Padre.  Gracias...gracias...gracias🙏❤️ Doris

SAN JACINTO - CANELONES: 
- La palabra nos dice:
Deysi: Siempre poner por delante a Dios ante toda situación.
Rita: Confiar y dejar en manos de Dios nuestras necesidades.
- Vemos como periferia donde viven los excluidos hoy entre nosotras:
Deysi: Los que viven a la intemperie, debajo de puentes, barrios marginados. 
Rita: También en edificios abandonados, como la antigua estación de AFE Montevideo.
- ¿Creemos que se pueden los "leprosos " de hoy acercarse a nosotras?
Deysi: SI, porque con Dios pueden encontrar la sanación física y espiritual.
Rita: SI, como hijos de Dios debemos ayudarlos y sanarlos.
SANTA TERESITA:
Recordando la hermosa fiesta que tuvimos el sábado anterior, agradecidas por la compañía de las distintas comunidades de la parroquia, hoy a la hora de siempre nos volvemos a rencontrar. Con el taller Bíblico tiene mayor vida la comunidad, con el encuentro semanal. Brenda nos animó a comenzar cantando, y después escuchamos la Palabra, para encontrarnos con Jesús. Eran 10 los curados y sólo uno volvió a agradecer... Igual a nosotros: cuando necesitamos de Dios lo buscamos donde sea... pero después nos olvidamos de él y hacemos la nuestra, ni le agradecemos como ese uno, pero tampoco escuchamos si nos pide algún encargo Jesús, como le pidió a todos los curados. Jesús no se puso en el centro... los envío a la comunidad con sacerdote y en el camino se curaron. Podemos tratar nosotros a otros diferentes como leprosos y juzgarlos o creernos "salvadores" y querer curarlos. Esa postura mesiánica nos crea dependencia unos de otros. La verdad es que todos tenemos nuestra lepra necesitada de ser curada. Por eso tenemos que nosotros ir al encuentro con Jesús y proponer a otros que se encuentren con él. Surgió la pregunta cuánta gente vivía en el refugio (viven como 30), de alguna manera esas personas que están ahí, se sienten o las tratamos como leprosos. Fácilmente son juzgadas. Viendo la realidad, vimos que no es fácil alquilar una pieza, con "changas" que siendo bien barata puede costar 5.000 pesos, a lo que hay que sumar, el agua, la luz, la comida... Algunos de los que están ahí en el refugio van a la misa en Catedral y Buen Pastor. Nos tenemos que preguntar ¿Cómo los tratamos? Y ahí vimos que hay personas que después de equivocarse... llegan a nuestras comunidades y nosotros con el sacerdote, no siempre los recibimos bien. Culminamos rezando por todo el barrio y nos fuimos a merendar en casa de Blanquita que nos esperaba con el mate pronto. Gladys
FRAILE MUERTO:
Buenas como estaba bueno el tiempo, nos pudimos reunir para la reflexión de hoy. Vimos que en nuestras vidas muchas veces enfrentamos momentos difíciles, pero siempre ponemos nuestra fe y confianza en Dios: él actúa a su manera y salimos de esa dificultad. Reconocemos su mano, pero a veces nos olvidamos de agradecerle. También que seguimos encontrando leprosos en nuestro caminar de misioneros: gente que está sola... personas que están sufriendo la falta de trabajo, falta de hogar, de alimentos... personas en situaciones de calle... perdidos en el alcohol... poco o nada se hace por ellos... Pero también tenemos Esperanza y Fe de que Jesús nos acompaña y nos ayudara en el camino de encontrar respuesta. Alicia
TUPAMBAÉ:
En una tardecita hermosa primaveral, crece nuestro jardín. Nos reunimos Manuel, Rosita, Beltrán, Rosana, Elvia, Mariela y yo para hacer este taller que hace algunas semanas que no hacíamos... Compartimos que nuestra Fe en todos los casos nos ayudó a salir adelante. Algunas veces para superar enfermedades físicas y otras (la mayoría) enfermedades espirituales o del alma. Dolores por situaciones de pérdidas humanas o conflictos internos o con otras personas. Elegimos la frase bíblica: ¿solo uno viene a agradecer? Porque nos pareció muy actual. Pedimos y pedimos, pero muy pocos agradecen con su vida a Jesús en los demás. Ese Jesús que hoy está en: en la cárcel, hospital, bocas de droga, calles, en las Fazendas... y también en nuestros hogares y en cada uno de nosotros. Los excluidos de hoy se sienten leprosos, alejados, separados de los que creemos estar en el camino de Jesús. A veces por nuestras actitudes, pero la mayoría por prejuicios, por ignorancia y también un poco por comodidad, buscamos a un Dios de templos religiosos o de templos de consumos, y dejamos de ser laicos comprometidos con Jesús crucificado, leproso... Graciela
LA CASITA:
Aprontamos todo con cariño, esperábamos esta misa para pedir en comunidad por el eterno descanso del padre de Vanesa. Comenzamos viendo que los leprosos eran rechazados, excluidos y ellos mismos se excluían para no ser golpeados. Vivian en cuevas y montes. Podría ser en las afueras de Melo en la virgencita del Nano que hay un lugar rocoso con cuevas, cerca del basural. Jesús caminaba por ahí... y ellos seguramente habían escuchado hablar bien de Jesús, que no los rechazaría, que Jesús los recibiría a ellos con su lepra. He ahí nuestra primera pregunta ¿los leprosos de hoy, los excluidos, los tenidos por impuros y pecadores, sienten que pueden acercarse a nosotros, a nuestra iglesia? 
Nos llamó la atención que Jesús no los curo, los envió al sacerdote, y en el camino quedaron curados. Veíamos que quizás la curación es parte de un proceso, que se inicia escuchando a Jesús y cumpliendo lo que nos pide. En este caso ellos tuvieron que salir de sus cuevas e ir a integrarse a la comunidad. Nos preguntamos, si el sacerdote y la comunidad los recibieron... Y justo ahí llega Virginia y se integra a la rueda. Entonces le preguntamos cómo se sentía de camino, sabiendo que llegaba tarde. 
- "Un poco incomoda, no quería molestar, pero como recién salí del trabajo, me duche rapidito y vine limpita". 
- ¿Cómo sentiste que te recibimos? 
- Al entrar vi lindas miradas, me llego al alma los aplausos, e incluso algún beso y abrazos. 
Nos dimos cuenta que aquí y ahora estábamos viviendo la Palabra... Y que Jesús estaría muy feliz de que la hayamos recibido a Virginia fraternalmente como a una hermana. No siempre ha sido así alguien conto la experiencia de llegar tarde a una misa, por razones de trabajo, y el sacerdote se enojó y... Entonces vimos que es bueno que el relato no nos diga cómo fueron recibidos o no los leprosos curados, por el sacerdote y la comunidad. Hoy depende de nosotros cuando estamos en la comunidad, creer que el que llega es nuestro HERMANO, y viene enviado por Jesús... Con ese Jesús que nos espera por ahí, donde habitan los leprosos de hoy, también lo encontramos en la eucaristía, ofreciéndonos el perdón y la paz. Hicimos una sentida acción de gracia. Luego FELICES de este encuentro con él, más sanados... una merienda familiar hasta que las primeras gotas nos anunciaron que había que ponerse en camino... atentos al encuentro. VANESA
JUNTO AL LAGO PESCANDO:
Algunos biblistas valoran mucho haber podido conocer Tierra Santa para conocer mejor el mensaje de Jesús. Nosotros también creemos que solo quien vivió o paso por alguna galilea, o hizo una experiencia de pesca, entenderá porque Jesús eligió esos lugares periféricos y a esas personas lejanas a los templos como discípulos. La vida en el templo de Jerusalén, coordinada por los sacerdotes, fariseos, escribas... tenía mucho de "apariencia personal y juicio a los demás". Los visiblemente leprosos no tenían lugar ni en el templo ni en la religión. Jesús con su vida, gestos y opciones muestra que Dios es Padre de Todos, y como cualquier madre busca estar más cerca del débil, del perdido. Por eso Jesús elige a pescadores como sus primeros discípulos. No era para nada fariseos, no se creían más puros. Su vida era lo que se veía, en cuanto a trabajo, familia, tabernas... Hoy en día también puede suceder lo mismo que denuncio Jesús: los que participamos de la vida del templo, los que nos consideramos religiosos, nos podemos creer más "puros" que los pescadores, apartándonos de ellos e incluso haciéndolos sentir que no hay lugar para ellos en la iglesia
En la Pesca, pudimos vivir un encuentro con Jesús, que nos permitió sincerarnos, desvestirnos y mostrar nuestras lepras, nuestros errores, heridas y perdidas. La suave, briza, la noche estrellada, la luz y calor del fuego, junto al lago, en comunidad, de alguna manera nos trasmitió el perdón de Dios... La verdad nos hace más libre... Nos invitó a ponernos de pie, de integrarnos a la sociedad, a la iglesia, dando testimonio de la misericordia de Dios que "cura nuestras lepras". 
La alegría que sentimos cuando el más joven entre nosotros, quien, hacia su debut como pescador, saco su primera tararira, esa alegría muestra que hoy Jesús nos descentro de nosotros mismos, estábamos con el, siendo la gran verdad que estar con él, es priorizar lo que el priorizo: a los más pequeños. Estando con Jesús buscamos pescar... pero si no pescamos nada o poco, igual somos felices en la felicidad de los demás. Es hermoso ser agradecidos por que les va bien a los que son tenido por menos...
Nos represento Nahir

PERU - IQUITOS:
Durante tres días, la Cumbre Amazónica del Agua tuvo lugar en Iquitos, la ciudad más importante de la Amazonía peruana. Este encuentro reunió a aproximadamente 400 delegados de diversas comunidades, incluyendo pueblos indígenas, comunidades campesinas, quilombos, organizaciones sociales, líderes religiosos y representantes de la sociedad civil, provenientes de 10 países y 14 regiones del Perú. Fue un evento cargado de simbolismo y compromiso en la defensa de los ríos amazónicos, bajo el liderazgo de la iglesia católica.
En un ambiente de interculturalidad y solidaridad, bajo el lema "Somos Agua, Somos Vida, Somos Esperanza", los participantes se unieron en un poderoso llamado por el derecho al agua, inspirados en las enseñanzas de Jesús como fuente de agua viva y guiados por documentos papales como Querida Amazonía, Laudato Si y Laudate Deum. Se discutieron problemas como la minería, la deforestación y la creciente contaminación, también celebraron la resistencia de los pueblos indígenas y las comunidades de fe que defienden la vida. Se destacó la paradoja de la falta de agua potable en una Amazonía rica en agua dulce. 
Monseñor Carlos Castillo sostuvo que hay un clamor humano que cada día crece más, destacó el testimonio de una lideresa indígena sobre el envenenamiento sistemático que sufren las poblaciones a causa del derrame de petróleo, afirmando que esto es parte de una política internacional. 
Durante la cumbre, se presentaron testimonios conmovedores sobre el impacto de la contaminación en los ríos, con especial énfasis en la participación de mujeres afectadas por la contaminación de sus fuentes de agua y territorios. Los asistentes reafirmaron que el agua es un don sagrado y se comprometieron a protegerla para garantizar la supervivencia de los ecosistemas amazónicos y de todos sus habitantes, tanto humanos como no humanos. A lo largo del encuentro, resonó el clamor del agua que fluye por los ríos amazónicos, recordándonos constantemente la interconexión entre los pueblos y la urgente necesidad de actuar para preservar este recurso vital.
El Cardenal Pedro Barreto subrayó que la Iglesia católica siempre ha sido una defensora de la creación de Dios. “Desde hace 11 años trabajamos en una red eclesial panamazónica. Contamos con una Conferencia Eclesial que incluye a los nueve países amazónicos. Hay un esfuerzo conjunto de la Iglesia para articular no solo en los ámbitos estrictamente eclesiales, sino también con el sector empresarial y el sector social”.
Declaración por el derecho al agua: La declaratoria denuncia la crisis ambiental y social que amenaza la vida y el equilibrio territorial, destacando problemas como la minería, explotación petrolera, narcotráfico y extractivismo, que incrementan la contaminación y el cambio climático. La indiferencia gubernamental y políticas destructivas agravan la situación, vinculándose al crimen organizado. Los defensores del agua enfrentan asesinatos, mientras las comunidades sufren conflictos y deterioro social por el mal uso del agua. La falta de apoyo a actividades sostenibles perpetúa la desigualdad, afectando a mujeres, pueblos indígenas y comunidades rurales. Es esencial escuchar estas voces y actuar para proteger los territorios y asegurar un futuro justo.
La lucha por el agua y el medio ambiente es fundamental en un contexto de crisis. Defensores de los recursos naturales resaltan la importancia de proteger el entorno, destacando el derecho de ríos y lagos a fluir sin contaminación, alineado con cosmovisiones indígenas en las cuales el agua tiene un lugar central. La juventud y las y los laicos comprometidos son clave en esta resistencia, promoviendo la justicia ecológica y recordando la responsabilidad colectiva en la protección ambiental. Las prácticas sostenibles de las comunidades ofrecen modelos transformadores, formando un movimiento por un mundo más justo y sostenible, donde la lucha por el agua representa la lucha por la vida... Al concluir la misa de clausura, el Vicariato de Puerto Maldonado aceptó el desafío de ser la sede de la segunda Cumbre Amazónica del Agua, en una fecha que aún se determinará.

Si alguien quiere sumarse

 personalmente o como grupo,

 pedir a Clara 
la propuesta del taller siguiente:

+598 93 894 360
 

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