sábado, 1 de noviembre de 2025

ARREGLANDO LA CAÑERÍA DEL AGUA...

Cuando los caños del agua se nos rompen, es bueno tener un amigo plomero para que venga a darnos una mano. Y cuando no vemos bien lo que hay que ver, es bueno buscar ayuda. 

Jesús trabajó en Nazaret, dejándonos claro que el trabajo es posibilidad de encuentro, de servicio, de cuidado de la vida, de aprendizaje y de ganarse el pan, por lo tanto, con Sergio también tuvimos nuestras conversadas. 
Hablando enseguida surgió el amor por sus dos hijas: Julieta y Guillermina. (Y también otros dolores familiares). Me contaba que una de ellas trabaja y la otra estudia Cosmetología Medica. 

En la noche lo me sirvió para hacer la homilía en la misa (comentario de la Palabra Bíblica) Les contaba que Sergio me había dicho, que ese tipo de medicina que estudia su hija, en especificó trabaja la piel de las personas... Pudiendo ser parte de un equipo que hace cirugías estéticas, o para la salud física. 
En el relato bíblico (Lucas 14, 1 -6) Jesús fue a comer a la casa de unos fariseos, lo que eran muy atentos al juicio. Su espiritualidad estaba centrada en la ley, el pecado y el templo. Ese tipo de personas ayer y hoy, están muy ocupadas en ver "la falta" del otro para juzgarlos. Jesús fue a comer con ellos, porque vino para todos. 

Entre ellos había un enfermo de hidropesía, con su cuerpo muy hinchado. Jesús puso la mirada en esa persona necesitada de ser curada y también perdonada. Ya que en esa época se creía que la enfermedad era castigo de Dios por un pecado hecho o de su familia. Conociendo la preocupación de los fariseos por el cumplimiento de la ley les preguntó si se podía o no curar el sábado. Ellos no respondieron. 

Entonces Jesús se acercó al enfermo, toco su mano (tocar un impuro era quedar impuro) lo sanó y le dijo que dejara ese grupo, que se fuera de ahí... 
Veíamos en misa, que Jesús es el amigo que podemos invitar a "arreglar nuestras cañerías", él va a todas las casas que lo inviten, quitándonos aquello que nos tiene hinchado, que cargamos como culpa nuestra o de nuestra familia o cultura. 

Vimos que la especialidad de Jesús no es lo físico o lo estético (eso queda en manos de la ciencia médica), el nos ofrece un amor que nos "cambia nuestra mirada", sacándonos de la centralidad de la ley, de los pecados, de los templos de piedra... para enderezar nuestra mirada hacia los que necesitan ser liberados de algo, de alguien.

El cambio de personalidad que da la fe en Jesús, es que nos pasa del juicio a nosotros mismos, a otros, a la comprensión, y transformación liberadora. Ser cristiano no es llevar una cruz en el pecho o decir su nombre, ser cristiano es dejarse mirar por él, con su mirada de Amor misericordioso, liberadora y mirar a a los demás como él mira. 
Justo el viernes era la fiesta de Halloween y tuve la posibilidad de evaluar mi propia mirada. Me cruzo con una madre con sus dos hijos pequeños, uno disfrazado de hombre araña y la niña de brujita. Se le voló el sombrero negro de alas grandes a la niña, y el niño me dijo: 
- Señor me ayuda a levantar el sobrero de mi hermanita y cuidar que no se le pierda. Mucho amor escuche en aquellas palabras del niño y en la sonrisa agradecida de su hermanita. La madre chocha cuando la felicité por sus hijos. 

Yo fui evaluado si me quedaba mirando los disfraces o miraba las personas que están dentro. Cuántas veces en nuestra religiosidad estamos muy ocupados en disfraces si o no, y no cultivamos lo que Jesús nos propone: la mirada de la persona como un hermano a ser Amado siempre, y que es fuente de amor, porque es creado a imagen y semejanza de Dios. 
Sergio siguió arreglando los caños, pero me dijo que algún día va a ir al grupo del fondo de la catedral a conocer un poco más ese "plomero" que hace trabajo interior para que seamos buena agua, ese médico que nos cambia la mirada de nosotros mismos y los demás, si nos dejamos amar... 
                                 Nacho
 

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