miércoles, 2 de marzo de 2011

Las mujeres comparten sentimientos, mientras que los hombres en general establecemos relaciones alrededor de actividades.

¡ Buenos días don Colibrí !

- ¡ No me grite tanto doña Natividad !

-  Es que usted es bastante sordito amigo.

-  Pero ahora gracias a Dios y a la comunidad  andamos con audifonos.

-  Al fin. Usted me dejaba sin garganta cada     vez que nos encontrábamos.

-  Ja Ja, disculpe, todo tiene su tiempo.

 

-  A usted creo que le llego medio atrasadita la posibilidad de escuchar bien.

  ¿Como se siente?

-  Me siento bastante sorprendido por el ruido que hay, y muy contento de poder escuchar a la gente y a Radio Río Branco en sus 50 años de servicio. También el cantar de los pájaros y la linda lluvia de esta semana.

-  Me alegra por usted y por nosotras que podremos hablarle con normalidad. Pero le digo que hay mucha gente que tiene oído y no sabe escuchar.

-  Así es doña Natividad, creo que todo comienza en el silencio.

 

- ¿ En el silencio ?

-  Así es. La palabra necesita espacio de silencio para nacer y para entregarse. Usted sabrá que en una discoteca no hay silencio y por lo tanto no hay espacio para la palabra.

-  En mi vida larga don Colibri, me he encontrado  con personas que parece que tuvieran una discoteca dentro. Son incapaces de escuchar con atención cuando uno le habla. Y tiene un dialogo monotono sobre las enfermedades, los robos, la carestía y los demás.

- También hay de las otras que cuando uno las encuentra su mirada nos invita a compartir desde el alma. Son personas con espacio interior.

 

- Así era mi abuelo. Cuando joven nos hizo mucho bien. Todos nos aconsejaban y el nos escuchaba. Por momentos también nosotras éramos contagiadas por ese silencio que se llegaba a escuchar el sonar de las tripas, el canto del grillo y los sentimientos que teníamos dentro.

- Quizás mucha gente de hoy  necesitaría un abuelo para limpiar los ruidos de dentro y hacer espacio para que brote la buena palabra.

 

- Mire que una caminata por las arenas en la Laguna Merín, o quedarse a solas en la casa un día de lluvia sin radio ni televisión encendida, también sirven para dejar salir lo que llevamos dentro.

- Y una buena charla con amigos también.

- Le digo que si es con una amiga es mejor. Lo escuche en una conferencia sobre Salud mental.

 

- Cuente doña Natividad

-  La última charla don Colibri, era sobre la conexión mente-cuerpo. La relación entre el estrés y la enfermedad. El expositor dijo: que una de las mejores cosas que un hombre podía hacer por su salud, era casarse con una mujer.

Mientras que lo mejor que podía hacer una mujer por su salud, era fortalecer sus relaciones con sus amigas. Todos nos reímos, pero el profesor hablaba en serio.

Las mujeres se conectan entre sí ( continuo diciendo) de manera diferente y crean sistemas de apoyo que ayudan unas a otras a manejar el estrés y las experiencias difíciles de su vida. Físicamente, la calidad de este «tiempo con  las amigas» , nos hace liberar mas seratonina - un neurotransmi-sor que ayuda a combatir la depresión y crea una sensación general de bienestar. Las mujeres comparten sentimientos, mientras que los hombres en general establecemos  relaciones alrededor de actividades. Muy rara vez los hombres nos sentamos con un amigo a hablar sobre cómo se sienten con relación a algo o cómo vá su vida personal . De trabajo? Sí. Deportes? Sí. Autos? Sí. Pesca,  Cacería ? Sí... Pero de nuestros sentimientos? Muy rara vez. Las mujeres lo hacen todo el tiempo. Ellas comparten desde el fondo de  su alma con sus madres, hermanas, hijas, amigas, vecinas.., y esto es evidentemente muy bueno para su salud.

El dijo que pasar tiempo con una amiga es tan importante para nuestra buena salud como trotar o ejercitarnos en un gimnasio.  Existe la tendencia a creer que cuando estamos haciendo ejercicio, hacemos algo bueno para nuestra salud, pero si pasamos un rato con amigas, estamos perdiendo el tiempo y deberíamos hacer algo mas productivo. Falso!

De hecho, dijo el profesor, no crear ni mantener relaciones personales de calidad con otros seres humanos, es tan peligroso para nuestra salud como fumar!     

Así que don Colibri, cada vez que te juntes con tus amigas a charlar, dáte una palmadita en la espalda y felicítate por hacer algo bueno por tu salud! Realmente somos muy afortunadas. Nosostras las mujeres lo seguiremos haciendo Ja Ja.

- Doña Natividad, ha sido un gusto escucharla. Se ve que con su edad a usted le gusta escuchar y seguir aprendiendo para ser mejor.                                                         

--  Otros estan preocupados por tener cosas materiales para dejar como herencia, yo prefiero escuchar y tener una palabra si me la piden.

      El Colibri

 



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