lunes, 11 de julio de 2011

De mi andar por Río Branco

Partí a Río Branco con ganas de cargarme de aires frescos, de encontrarme con mi ser a través del encuentro con los amigos, con Nacho, con María, con el lugar. A mitad de año siempre es bueno hacer una parada, y yo la viví como un volver a beber de la fuente.

Fueron dos días de frío invierno, que tuvieron lo que fui a buscar pero fueron algo más. Pensaba que el compartir mi hoy me ayudaría a confirmar caminos y a reencauzar otros. Pero no fue en el compartir que lo descubrí, o no solo, sino en la escucha. Fue ver y oir lo que me dio luz. Fue viendo y oyendo, el modo en que volví a beber de la fuente. Como rezaba en esos días, fue tratar de mirar como Dios mira.

Dame Señor tu mirada
Y pueda yo ver desde ahí
El día que empieza, el sol que calienta
Y que cubre los montes de luz

En Río Branco me sentí querida y cuidada. Doy gracias por la confianza, por compartir conmigo sus "hoy", sus búsquedas, sus dudas, sus opciones. Gracias por la acogida, por recibirme, por la gratuidad del dar y compartir. Gracias.

Male

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