miércoles, 13 de julio de 2011

¿Qué bien pequeño realicé en este día?

En todo tiempo nos preguntamos: Si Dios es tan bueno
¿Por qué existe el Mal?

Muchas veces nos ha tocado equivocarnos cuando buscábamos el bien.
¿Por qué hacemos mal?

Jesús nos cuenta otra parábola:
                    «El reino de los cielos es como un hombre
que sembró buena semilla en su campo.
Pero mientras todos dormían,
llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y se fue.
Cuando brotó el trigo y se formó la espiga,
apareció también la mala hierba.
Los siervos fueron al dueño y le dijeron:
"Señor , ¿no sembró usted semilla buena en su campo?
Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?"
"Esto es obra de un enemigo" , les respondió.
Le preguntaron los siervos:
"¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?"
"¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba,
 arranquen con ella el trigo.
 Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha.
 Entonces les diré a los segadores:
Recojan primero la mala hierba,
y atenla en manojos para quemarla;
 después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero." »
 ( Mateo 13, 24-30)


El buen agricultor trabaja su tierra,
cuida el trigo y comparte la cosecha.

Quizás nos invita a mirar profundamente nuestra vida, distinguiendo el trigo de la gramilla. Aceptando la realidad que somos. Carpir lo que se puede. Pero por sobre todo poner la mirada en la semilla de bien que hay sembrada en nuestro interior. Regarla, cuidarla y compartirla.

Quizás gastamos demasiadas energías y tiempo en querer cambiar dejando lo malo y encontramos poco apoyo para potenciar lo bueno que hay en nosotros.

Quizás seria bueno meditar y contemplar el trigo sembrado en nuestro corazón. La vida puede trasformarse en algo distinto si comenzamos descubriendo, valorando, disfrutando y compartiendo lo que YA TENEMOS Y SOMOS.

Quizás un cambio de mirada nos haga más libre y auténticos. El consumismo material también se vuelve consumismo afectivo, espiritual, sexual, intelectual… El consumismo nos hace insatisfechos y competitivos entre nosotros. El buen agricultor trabaja su tierra, cuida el trigo y comparte la cosecha.

Las parábolas siguientes del pequeño grano de mostaza y la levadura en la masa, nos muestran el camino: “el valor de lo pequeño, de lo oculto”. (Mateo 13,31-35)

¿Qué bien pequeño realicé en este día?

¿Qué bien pequeño recibí?

¿Qué bien pequeño vi ó escuche se realizó
en el mundo en que habito?

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