sábado, 9 de julio de 2011

"El sembrador salió a sembrar"

Por Río Branco nos visito Male
Aprendimos en la cultura Guaraní:
que la visita trae un mensaje del Tumpa
Y  así fue
nos ayudo a encontrarnos con nosotros mismos,
con  la presencia, la escucha y lo que impartió.
Fueron días de vida cotidiana
de estar en casa
a solas y con otras visitas
y de ir al campo
a el encuentro con la naturaleza
la gente del lugar
y entre nosotras /os.

Palabra bíblica:                                             
La espiritualidad tiene mucha relación
con lo que hemos recibido y con lo que hemos compartido.

Pero no todo lo que hemos recibido permanece en nosotros.
Ni todo lo que tenemos y somos lo hemos compartido con otros.

Quien pone su confianza en algo o en alguien necesita poseerlo y aumentarlo.
 La fe cuanto más se comparte más frutos da.

La palabra bíblica de este fin de semana nos presenta la parábola del sembrador.
Con la cual Jesús explica a sus discípulos el resultado diferente que vemos en los cristianos.
Esa semilla es la sabiduría bíblica.

         "El sembrador salió a sembrar" 
  Al esparcir las semillas,
 algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso,
donde no había mucha tierra y brotaron enseguida,
 porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemaron y por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas y éstas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron en tierra buena
y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos que oiga!”.

Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que al escuchar la palabra, la acepta enseguida con alegría pero no deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la palabra inmediata mente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar frutos.

Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la palabra y la comprende.
 Este produce fruto, ya sea cien, ya sea sesenta, ya treinta por uno”.(Mateo 13,1-23)

1) ¿Hemos recibido la palabra bíblica?

NO, ¿Estamos dispuestos a recibirla?

SI, ¿ La compren demos?
¿Somos constante en la meditación?
¿ Le dedicamos el tiempo personal y comunitario necesario para que la semilla crezca?

2) La semilla pequeña o mayor que hemos recibido
 ¿ La hemos compartido?

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