A fin de año me encanta preguntar: ¿Qué sueños, deseos tienen para el año próximo?
Cuando me he reecontrado con amigos recordabamos los sueños de niños, de jóvenes y de adultos. Algunos de ellos los hemos vivido, otros se tranformaron y otros abortaron.
Lo que hemos visto es que las amistades han influido para bien o para mal en nuestras desiciones.
La lectura bíblica nos presenta a una mujer pobre, adolescente que tenía un sueño de formar una familia, y en la amistad con Dios, escuchó y respondió a otro proyecto de vida, al sueño de su amigo en ella.
Cuando se embaraza de este sueño decide retirarse del ambiente familiar y de amistad en que habitaba, seguramente porque sabía que no la iban a comprender, y por lo tanto la iban a llevar a abortar o la matarían a pedradas...
María toma la desición, de ir en búsqueda de Isabel, y para eso tiene que transitar en silencio por un camino desértico y peligroso de manera solitaria. Este es el precio que hay que pagar, el riesgo y la soledad, para que los sueños se tranformen en realidad.
Al comienzo del embarazo uno no sabe muy bien qué y como será, siente miedo pero Cree y sigue dando pequeños pasos.
En el encuentro con Isabel se sintió comprendida y apoyada en su embarazo quedándose un tiempo en esa companía hasta que el misterio de Dios le hablara particularmente a su amado José. (Lucas 1, 39-45)
¿ Qué sueños tenemos para el año próximo?
sabiendo que los cercanos influyen mucho en nuestro caminar
nos debemos preguntar también
si estos sueños que tenemos han sido dialogados con el Amigo Jesús.
Como Cristianos, que creemos tener la gracia de la amistad del Hijo de Dios, sería muy bueno hablar de nuestros sueños con El, abiertos a sus consejos de amigo, abiertos como lo estuvo Maria a que nos embarace de sueños, que parecen imposibles en nuestra condición humana. A Dios le gusta mostrar su capacidad de vida nueva en aquellos en que el mundo no cree..
Lo otro que debemos vivir para que la vida nueva crezca en nosotros es cierto silencio con los de nuestro entorno que nos tienen encasillados en ciertas imágenes, proyectos y no están abiertos a los misteriosos designios de Dios. El precio es la soledad y el riesgo de desprendimiento de ciertas seguridades.
Necesitando alguien que como Isabel nos reciba, nos escuche, comprenda y apoye para que el sueño de Dios nazca en cada uno de nosotros... Dejando en manos de Dios que les hable a los seres que amamos y nos aman.
El Tola fue un pintor uruguayo increíble, que me gusta mucho. Y que tuvo una vida muy intensa, casidiría yo, una vida de película... Sus hijo estuvieron en la cárcel, en época de dictadura. Y en una de sus visitas a sus hijos, el Tola le llevó escrita en un papel, esta oración (cuyo autor no se menciona):
Señor, ayúdame
a apoyarme en ti.
Y si no puedes,
no te preocupes.
Ayúdame a apoyarme
en mi cuerpo.
Y si no puedes,
no te preocupes.
Ayúdame a apoyarme
en mis entrañas.
Y si no puedes,
no te preocupes.
Apóyate en mí,
te lo ruego...
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