Comisión No a la baja vio un guiño en un discurso del papa Francisco
Le enviaron una carta a través de Sturla y ayer el pontífice habló del tema minoridad El papa Francisco cuestionó ayer la aplicación de sanciones penales a niños y ancianos. Las palabras que el pontífice expresó en una audiencia que mantuvo en el Vaticano con representantes de la Asociación Internacional de Derecho Penal, fueron interpretadas por la comisión del no a la baja como un pronunciamiento contrario a bajar la eddad de la imputabilidad, dijeron a El Observador integrantes de la comisión. Es que la comisión le hizo llegar al Papa, por medio del arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, una carta en la que le pedían que se expresara sobre el tema.
Esa misiva firmada por María José Miles, una joven de 24 años, integrante de la comision del No a la baja y de grupos de jóvenes jesuitas, explicaba: “Basta ver cuál es la apuesta de Jesús para darse cuenta cuán alejado a su mensaje está dicha iniciativa”, expresaba en relación con el plebiscito para bajar a 16 años la edad de imputabilidad penal.
“Jesús lleva adelante e intenta transmitirnos, una vida centrada en el amor hacia el otro, especialmente amor por el oprimido, por el marginado, por el pecador. Es al que nos cuesta amar porque no entendemos, porque nos hace daño, porque no sabemos como acercarnos, al que Jesús nos llama a amar como él nos amó”, escribió Miles.
La joven le pedía luego al papa que la Iglesia dejara “de ser un actor pasivo ante las injusticias que viven cotidianamente los adolescentes y jóvenes más vulnerables”.
La carta terminaba con dos pedidos al papa para que rezara por el tema e hiciera escuchar su voz en Uruguay “si, al igual que el arzobispo Daniel Sturla entiende que bajar la edad de la imputabilidad es estigmatizar a los adolescentes y que los problemas sociales de la seguridad pública se solucionan con una mejor educación”.
Sturla se manifestó en varias oportunidades contrario a la baja de la imputabildiad por entender que esa solución de los problemas implica “más represión y no más educación”. “Yo creo que el problema de fondo es un problema social y educativo y las soluciones de fondo van por ese lado y no por bajar las edades”, dijo y por eso aprovecharon su ida a Roma en junio para hacerle llegar al papa la carta.
Ayer, el papa le habló a los juristas penales sobre los puntos que en ese ámbito “interpelan a la Iglesia en su misión de evangelización y de promoción humana”, informó el sitio oficial del Vaticano. El artículo señalabna que el papa “no olvidó la aplicación de sanciones penales a los niños y ancianos condenando su uso en ambos casos”.
También cuestionó “las condiciones de los encarcelados, entre ellos los presos sin condena y los condenados sin juicio afirmando que la prisión preventiva, cuando se usa de forma abusiva constituye otra forma contemporánea de pena ilícita oculta, más allá de la legalidad”. Por último, el papa se refirió a “las condiciones deplorables de los (centros) penitenciarios en buena parte del planeta”, que son resultado del ‘’ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad’’.
(El Observador)
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