jueves, 30 de octubre de 2014

¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?

Fin de semana con dos celebraciones que muestran los acentos de la pastoral que hemos realizado y hacia donde debe apuntar nuestra evangelización.
El sábado 1 de noviembre la Iglesia nos invita a celebrar el día de Todos los Santos.Un día donde queda claro el triunfo de los que amaron sobre la injusticia y la muerte. Expresado de manera profética a través del sermón del monte:

«Felices los que tienen alma de pobres, 
porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. 
Felices los que tienen hambre y sed de justicia,
 porque serán saciados. 
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, 
porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia,
 porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, 
y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
 Alégrense y regocíjense entonces,
 porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; 
de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron. 
(Mateo 5)

El domingo 2 de noviembre 
la conmemoración de todos los Difuntos.
«¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
No está aquí, ha resucitado.
 Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 
«Es necesario que el Hijo del hombre 
sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día»». (Lucas 24)
 
 La buena noticia anunciada por Jesucristo es el regalo de Dios de la vida eterna por medio de su infinita misericordia en el camino de la Justicia.
  Sin embargo en nuestros pueblos generalmente se relaciona al cristianismo solamente con el dolor y la muerte. Nos falta una pastoral de la esperanza, una pastoral Pascual. En nuestras misas y oraciones están muy presentes el enfermo y el fallecido. Pero pocas veces está el agradecimiento por los compromisos con las transformaciones sociales y la fiesta de la vida.
  Sin quitar la fe un Dios que acompaña y está en las situaciones de cruz familiar, debemos catequizarnos según el mensaje bíblico incluyendo su presencia “en todo aquello donde se busque el mejor vivir humano y por lo tanto se denuncie y se luche contra las situaciones injustas”. Incluyendo en nuestras célebres acciones litúrgicas lo festivo de nuestras culturas, en su música y danza. Lo sagrado para Dios es lo que es bien para el hombre.
Nacho

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