En algún momento de nuestra vida nos
toca percibir que nuestro barco o el barco de un ser querido, “hace agua”. Que
nuestros proyectos o sus proyectos “se hunden en medio de una tempestad que nos
supera”. Ahí aparecen diferentes consejos y propuestas para superar la
situación.
La palabra bíblica de este fin de semana hace
referencia a la relación con “las pequeñas muertes en la vida cotidiana” o “la
muerte de algún ser querido”. La primera voz que se escucha es “Tu hija se ha
muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?” Es decir que ya nada hay para
hacer, ni siquiera la oración puede cambiar la situación de pérdida.
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al
padre: “No temas; basta que tengas fe.” “La niña no está muerta, está dormida”.
Jesús entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: Talitha qumi
(que significa: contigo hablo, niña, levántate).(Marcos 5, 21-24. 35-43)
Vemos aquí, junto a la infinita misericordia, lo
central de la buena noticia del Cristianismo: LA RESURRECCIÓN QUE VENCE LA
MUERTE. Y que si tenemos Fe en Jesús, el nos hace capaces desde hoy de
experimentarla.
Con Jesús tenemos la
posibilidad de encontrar en situaciones donde “perdimos algo importante”
DESCUBRIR EL CAMINO QUE DEBEMOS EMPRENDER, A PARTIR DE ESA EXPERIENCIA DE
MUERTE, QUE NOS DARÁ UNA VIDA NUEVA.
Con fe en El podemos
“despertar” a los seres queridos que han fallecido y unir nuestras manos con
ellos, creyendo en que están vivos junto a Dios. Y desde Dios mismo y con El,
nos darán una mano para seguir caminando por esta tierra hasta el encuentro
definitivo después de nuestra propia muerte.
Entonces Dios a veces “se duerme” y la muerte “nos
adormece a los seres queridos”. Por lo tanto la propuesta cristiana es de
ser personas de ORACIÓN, que dialogan con Dios y lo despiertan haciéndolo
participe de la historia humana.
El cristianismo cree en la
INTERCESIÓN de los santos, en la mano que pueden darnos las personas que
amamos, de aquellos que ·duermen junto a Dios. Está en nosotros Creer en la
oración y en la mano que nos pueden dar los que están junto a Dios.
Nacho
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