jueves, 11 de junio de 2015

Meditando con Gandhi El Arte de la No Violencia

IGUALDAD DE POSIBILIDADES
«Mi concepto de democracia consiste en que el más débil debe tener las mismas oportunidades que el más fuerte. Esto jamás puede lograrse salvo mediante la no violencia». 
  Lo que significa que cuando hay desigualdad de oportunidades, el que tiene más esta violentando al que tiene menos, y generalmente el que recibió menos posibilidades va a reaccionar con violencia, por la violencia recibidera.
  Quienes se enriquecen con la violencia, fomentan la desigualdad. La cual consume defensa y ataque,  para defender lo que cree es suyo, o para lograr lo que cree que le corresponde.
  Los poderosos ponen solo la mirada en la violencia domestica, en la violencia callejera, ocultando la violencia estructural de desigual-dad, que es la raíz de todas las violencia. Y el pueblo es violentado con una información focalizada que protege a los padres de la violencia, justificando incluso la violencia contra los que fueron violentados desde su niñez por la injusta distribución de bienes y posibilidades.

TOLERANCIA MUTUA, DIALOGANTE
  «La regla complementaria de la búsqueda de la igualdad de posibilidades es la conducta es la tolerancia mutua, en razón de que nunca pensaremos todos de la misma manera y siempre veremos la Verdad fragmentariamente y desde distintas perspectivas.Las diferencias de opinión nunca deben significar hostilidad. Si así fuera, mi mujer y yo hubiéramos sido enemigos irreconciliables. No conozco, en el mundo, dos personas que no sostengan opiniones distintas. Estoy absolutamente convencido de que ningún hombre pierde su libertad sino por su propia debilidad. El verdadero demócrata es aquel que valiéndose de medios exclusivamente no violentos defiende su libertad y, por lo tanto, la de su patria y, en última instancia, la del género humano». 
   El dialogo es el camino de la no violencia. Cuando no hay tiempo para dialogar, o cuando se cree que a nada se llegara dialogando, cuan-do alguna parte se cree dueña de la verdad y no es capaz de dar razones dialogando, nos aproximamos a la encrucijada de algún tipo de violencia. Los muros, las rejas, que nos separan en el ámbito familiar o social son impedimentos para el dialogo. Nos separamos, separamos a nuestros hijos, separamos las clases sociales y buscamos ciertos privilegios para defendernos creyéndonos mejores, y ahí creamos estructuras de violencia, que despertaran violencia contra, o de parte de,  los que consideramos distintos.

MUJERES Y VARONES  CON EL MISMO ESPÍRITU
«Según mi opinión, de la misma manera en que hombre y mujer son fundamentalmente uno, en esencia también sus problemas deben ser uno. En ambos el espíritu es el mismo. Ambos viven la misma vida, tienen idénticos sentimientos. Ninguno de los dos puede vivir sin la activa ayuda del otro.  Pero de múltiples maneras el hombre ha dominado a la mujer desde épocas remotas y así se ha creado en la mujer un complejo de inferioridad. Pero los profetas de la humanidad le han reconocido su igual. 
Si yo hubiera nacido mujer, me habría rebela-do contra cualquier pretensión del hombre de que la mujer ha nacido para ser de su uso. Mentalmente me he transformado en mujer para penetrar en su corazón. No pude penetrar en el corazón de mi mujer hasta que no me decidí a tratarla de manera diferente de la que acostumbraba, y de ese modo le devolví todos sus derechos despojándome de todos los supuestos derechos que me concedía mi condición de marido. La mujer debe dejar de considerarse a sí misma el objeto de la lujuria masculina. La solución está más en sus manos que en las del hombre...»
  La igualdad no está en que la mujeres se hagan igual al hombre, porque lo central del la vida humana no es ser una exitosa jugadora de futbol, por ejemplo. Nos parece inhumano cuando en alguna cultura se mataba a los nacidos mujer o se los tenía como hijos de segunda, pero hoy en día con el fútbol y ciertos estereotipos culturales donde «los más fuertes son los más exitosos», muchos padre repiten la misma violencia de preferir o desear a un hijo futbolero, sobre una hijo o una hija que realice otra actividad.
   Somos diferentes en los cuerpos, pero iguales en espíritu. Si solo valoramos lo corporal, existirán siempre cuerpos superiores a otros, ya sea por la fuerza, capacidad o belleza.
            Si nos descubrimos como seres con cuerpo y espíritu, comprobaremos que el espíritu es uno. Por lo tanto la violencia contra otro, será también contra mí mismo, y si ayudo a crecer al otro, también yo crezco.
La grandeza de un hombre no se mide por su estar «sobre otro», su grandeza está en la capacidad de elevar al otro hasta considerarlo semejante.
Una sociedad que crece en la violencia, elimina o deforma lo espiritual, endiosando lo corporal. Y por lo tanto el cuerpo de la mujer y de los más débiles es objeto de consumo. Desarrollar los dos elementos el corporal y espiritual,  es verdadera-mente hacerse, y hacer al otro persona.

LA SOBRIEDAD NOS HACE LIBRES
«Debiéramos avergonzarnos de descansar o de disponer de una comida completa mientras haya un hombre o una mujer físicamente apto sin trabajo o sin alimento. Le es permitido al mundo...reírse de mí porque me desprendo de toda propiedad.  Para mí ese desprendimiento ha sido una ganancia positiva. Me agradaría que la gente compitiera conmigo en mi satisfacción. Es el más valioso tesoro que poseo. Por lo tanto acaso sería válido afirmar que aunque predico la pobreza soy un hombre rico. Para el pobre lo económico es lo espiritual. No se puede ofrecer otro estímulo a esas multitudes hambrientas. Les resultaría indiferente. Pero si les entregáis alimentos os considerará su Dios. Son incapaces de ningún otro pensamiento».
  Por eso muchas veces se utiliza el dar, para poseer al otro. El camino de la no violencia en cuanto a lo económico, no es querer que todos tengan lo mucho que yo puedo tener. Primero que eso es imposible, porque cuando tenemos sobrantes es porque hay otros en falta, entonces nunca podríamos hacer que todos pudieran tener para derrochar.
  El camino de la no violencia
es la sobriedad,
que es la máxima solidaridad.
  Una persona austera no es un ladrón. Esta actitud ante las cosas,  es realmente justa, y ade-más no hace libres. Por el contrario, quien se esclaviza de sus bienes superfluos o de sus graneros acumulados, siempre va a estar dispuesto a recurrir a la violencia pera defender lo que lo hace ser.

NO A LA LUCHA DE CLASES
«Aun en un mundo más perfecto fracasaríamos en el intento de evitar las desigualdades, pero podemos y debemos evitar la rivalidad y la amargura. No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminando la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores. El capital en sí mismo no es un mal; lo que está mal es su uso injusto. El capital, lo material, de una u otra manera, siempre será necesario»
   No podremos cambiar el mundo, pero si nuestra ubicación en el. No es desde arriba que se combate la injusticia, porque estar arriba ya es una posición injusta. Pero tampoco es justo fomentar la violencia contra el que está arriba, porque al final lo que se logra con violencia termina despertando una lucha violenta para ocupar ese lugar.

AUTODISCIPLINA 
«La civilización, en el verdadero sentido de la palabra, no consiste en la multiplicación de necesidades sino en su deliberada y voluntaria restricción. Sólo eso suscita felicidad y satisfacción reales y aumenta la capacidad de ser útil. La verdadera felicidad es imposible sin verdadera salud y la verdadera salud es imposible sin un estricto control del paladar. Todos los demás sentidos automática-mente son controlados cuando el paladar ha sido controlado. Y aquel que ha conquistado sus sentidos, en realidad ha conquistado el mundo íntegro...»
   Por eso la violencia actual ataca directamente al paladar, unos por carencia, otros por mala alimentación o sobre consumo. Un niño que no es educado a controlar su paladar no podrá con-trolar como adulto sus instintos y deseos,  volviéndose consumista. Una sociedad que crece en violencia, es visible en el crecimiento de su des-control alimenticio. En una familia donde no es posible una alimentación saludable, es más propicia para el desarrollo de algún tipo de violencia.

 NO TENER MIEDO A LA MUERTE REALMENTE AMANDO 
«La primera condición de la no violencia es la justicia en absolutamente todos los aspectos de la vida. Acaso eso sea mucho esperar de la naturaleza humana. 
Así como uno debe aprender el arte de matar en el aprendizaje de la violencia, de la misma manera debe aprender a morir en el aprendizaje de la no violencia. 
Si meramente amamos a quienes nos aman, eso no es no violencia. Sólo existe la no violencia cuando amamos a quienes nos odian. Sé cuán difícil es acatar esta gran ley del amor... El amor al que odia es lo más difícil. Pero, por la gracia de Dios, aun esto tan difícil se torna fácil de cumplir si queremos hacerlo. 
El principio fundamental de la no violencia se basa en abstenerse de la explotación en cualquiera de sus formas.  La historia nos enseña que aquellos que, sin duda por motivos honestos, han acosado a los hambrientos utilizando la fuerza bruta contra ellos, a su vez se han transformado en presa de la enfermedad de los conquistados».
   El fomentar el miedo a la muerte es fomentar la violencia para la autodefensa. El miedo es la gran arma de los que buscan la violencia, es el gran negocio de los que lucran con algún derivado de la violencia. El perder el miedo a la muerte y estar dispuesto a dar la vida por la no violencia, paradójicamente es lo que más incomoda y desestabiliza a los violentos.

LA NO VIOLENCIA ES CAMINO
Entonces, tengamos la edad que tengamos, siendo varón o mujer, en cualquier cultura, tenemos la posibilidad de elegir el camino de la no violencia. Que es el camino justo, solidario, es el camino del amor. Si queremos ser verdaderamente libres, nos debemos reconocer como semejantes, que es una mirada espiritual hacia lo corporal.
 El cuidado del cuerpo y el desarrollo de nuestra vida espiritual. El control de nuestro paladar, eligiendo lo bueno y únicamente lo necesario nos hará libre ante todo y ante los otros.
  Así como los que se preparan para la guerra son disciplinados, quien quiere construir la paz se tiene que auto disciplinar. ¿Por dónde comenzar? Por el paladar… cada paso que demos de liberarnos de la violencia alimenticia que el mundo nos impone y nosotros gustamos, cada paso nos acrecentara la autoestima y por lo tanto iremos perdiendo el miedo, lo que da lugar al crecimiento del amor.
  En las milenarias culturas la elección de una pareja para sí mismo o para los hijos se daba alrededor de una mesa. Según el modo de comportarse en ella, ante los alimentos y la bebida abundante, quedaba de manifiesto quien era cada cual. Entonces comamos juntos para mostrarnos verdaderamente ante el otro. Y desde la verdad elijamos el camino.
  Gandhi cuando emprendió el camino de la no violencia, comenzó por un largo y estricto ayuno, el dominio de sí mismo lo hacía libre ante los opresores. Y un hombre libre puede conducir a un pueblo hacia la libertad. Su segundo paso fue la apertura al dialogo…
Nacho

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