domingo, 7 de junio de 2015

Retiro Diocesano de las Pequeñas Comunidades y CEBs.

                           “SER MISIONERO”
Por ser un retiro, buscamos no centrarnos en recoger ideas, sino más bien buscar tener una experiencia de encuentro con Cristo.
 - Mi primera experiencia de presencia del Espíritu de Dios entre nosotr@s es la organización, y la participación… se la construcción comunitaria en un clima sencillo, orante y fraterno.
- Las experiencias compartidas, todas realidades profundas de la vida cotidiana. Pequeños servicios, cruces asumidas, alegrías, personales, familiares y comunitarias. Se puso la vida misma en la reflexión.
-  Las miradas, las caras, el caminar, las manos… estaban cargados de historia. En lo personal me emocione más de una vez cuando escuchaba esos silencios, esas arrugas, dificultades, que me hablaban de mil encuentros…
- Resalto el momento donde crearon monumentos a los servicios en la vida cotidiana. Valorizando el barrer, cocinar, cebar mate, cuidar un nieto, visitar un enfermo, escuchar…  
- Y otro momento que me impresiono fue el encuentro con cada mano, algunas arrugadas, hinchadas, delgadas, con dedos torcidos… Son manos de madres, amas de casa, abuelas, obreras, esposas, padres, abuelos, esposos, ciudadanos…
- Los abrazos, ese momento imposible de ponerlo en palabras, porque los hay bien diversos: los de ternura, los que buscan sanación o perdonarse, los de agradecimiento…
- El milagro de la multiplicación de los panes en el almuerzo, donde la mesa se llena de alimentos hechos con mucho cariño, otros comprados con mucho gusto y se da ese dialogo gratuito, familiar, con tiempo…
- Creo que cada cual pudo compartir lo mejor de sí mismo… y por eso creo que vivimos un día al igual que la segunda nube del cuento:

NUBES DEL CIELO
Había una vez   dos nubes. 
Ambas se encontraban en el mismo inmenso cielo celeste.
 Se descubrieron a sí mismas
 formadas armoniosamente por millones de gotitas de aguas 
y con la posibilidad de andar;
  entonces decidieron emprender el viaje…

La primera tenía grandes capacidades 
y  se puso como meta dar la vuelta al mundo. 
Firme en su propósito sabía que tenía que ser cuidadosa de sí misma. 
Trabajó mucho para tener una buena capacidad de vuelo, 
se formó en todo lo que pudo. Y se lanzó a andar…

Intentó evitar pasar por desiertos áridos.
 Cuando se encontraba con alguna tierra sedienta, 
se hacía indiferente
 o simplemente le daba unas pocas gotas sobrantes. 

Le gustaba andar entre montañas,
 las alturas la hacía sentirse importante.

En su pasaje por las selvas, 
hacia alianza con los más poderosos y la pasaba bien. 
Lo que más le costaba eran esos días de vida cotidiana, 
es decir lo común de cada día.

Cuenta la historia,
 que a la primera nube le ocurrió lo que ocurre siempre.
 Quien quiere guardar su vida 
casi siempre cumple su sueño de dar la vuelta al mundo. 
Pero también algo común que tienen todas las nubes,
 es que no son eternas…. 
sucedió que al regresar del otro continente
 sorpresivamente cayó en el océano.
 Su agua dulce se transformó en sal… 
Hoy en día solo quedaron las fotos de sus viajes, ella desapareció.
La otra nube que no era la primera,
tenía más límites visibles.
 Lo primero que deseó y buscó fue juntarse con otras nubes. 
En la debilidad de cada una, se fortalecían todas en comunidad.
 Sabiendo que también había sido creada para el movimiento, 
se puso a andar. 

Tenía sueños de lo infinito… 
 también se sentía llamada a recorrer el mundo entero.
Al sentirse débil y necesitada, desarrollaba su sensibilidad.

 En el encuentro con una tierra árida se daba  gratuitamente como lluvia,
 esto la iba desgastando… 
No cambió el desierto, 
pero si fue parte de la transformación de ese paisaje. 

Le costaba mucho andar entre montañas, 
 ella era consciente de que estas se elevaban 
sosteniéndose sobre la inmensidad  del valle..
.cuando decía alguna palabra sobre la desigualdad, 
las montañas buscaban justificarse y descalificarla.

En sus tiempos de selva,
 donde predomina la lucha para sobrevivir,  
lograba descubrir cierta armonía que multiplica la diversidad de vida.

La segunda nube,
 siempre juntándose con otras se daba
 y misteriosamente al darse se enriquecía 
con el vapor dado por las diferentes  nubes.

En su viaje 
encontró un sentido profundo en el  andar de la vida cotidiana. 
En las soledades y los encuentros diarios,
 fue descubriendo su razón de ser. 

Su sentido de vida era darse  para el mate de la meditación
 y el mate de la rueda entre amigos.
 Aportaba su propia agua, a la hora del almuerzo
 y de la cena para que a nadie le falte el alimento de salud, 
educación, justicia, cultura y fe…

Algo que pocos  pudieron apreciar, 
fue el tiempo que esta nube dedicó  a estar a solas 
para alimentarse del roció del comienzo del día. 
Complementado por los encuentros comunitarios, 
que producían el milagro de la multiplicación de saberes, bienes y abrazos.

Todo lo hacía con amor 
y por amor a quien la había creado... 
y  se fue gastando…
y  le llegó la hora… 
Ya no era la misma de antes,
 habiéndose entregado tenía sus achaques.
 Cuentan que murió como muere todo el mundo… 
pero vive eternamente allí donde se dio.

Nacho

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