domingo, 23 de agosto de 2015

Fazenda en Betania de Melo

                           
De emocionarme hasta los huesos en la inauguración de la Fazenda de la Esperanza-femenina, hasta vibrar en cada inspiración. Las lágrimas querían salir y las sostuve…Igual se me escaparon algunas.
Lo nombré. Me sentí conmovida. Me conmovió la alegría en el dolor. Alegría de tantas personas que han sido curadas, de otras que están en proceso y de las que se curarán  o ayudarán a curarse.
Me conmovió que exista este tipo de familia…

Conmovida  además  por los testimonios de:
*Shanaina (De hablar de la misericordia de Dios, de que sufrió  por ser abusada y consumidora…Del milagro de estar viva y bien y ayudando aquí.)
*Yamandú: (De su recuperación creyendo en los valores y en el Amor…porque no le entran lo el lado de Jesús, decía).
*El muchacho que está en servicio en las Canteras de Córdoba, cuando agradeció al P. David y cuando dijo que su abuela (que estaba ahí) siempre  lo acompañó.
*Miguel: Su simplicidad, su suavidad y su gesto de agradecimiento a Beto por haberlo acompañado en una crisis que vivió y de la que salió adelante.

Me conmovió Beto porque lo vi emocionado, al igual que los rostros de las personas de ambas fazendas: femenina y masculina…Rostros en búsqueda de bien, de liberación,  de dolor pero con esperanza.

Me conmovió el lugar, personas de toda la diócesis integrada, apoyando gustosamente esta obra.
Me conmovió la  fraternidad de la mesa  solidaria y compartida.
En un momento tuve la sensación de estar viviendo el cielo en la Tierra, pero no de palabras  sino de presencias y de hechos reales.
Y me conmoví porque estoy convencida  de que hay muchísimo bien  en la humanidad.
El bien es grandísimo aunque el mal a veces pise fuerte, pero siempre habrá alguna luz brillando en la oscuridad.
                                                                                       María Noble

No hay comentarios:

Publicar un comentario