Ayer 18 de
agosto celebramos los 19 años de la ordenación sacerdotal. Cuando pasan los
años parece que los saludos tienen un valor más profundo. Gracias.
Quizás por conocer bien el recorrido, y recordar tiempos de sol y de los otros…
Quizás por conocer bien el recorrido, y recordar tiempos de sol y de los otros…
Hoy 19, me
tome un buen tiempo para recordar el camino hasta el 96, donde llegamos con 31
años. Recordar ese mismo día de la celebración en el Teatro de Verano de Melo,
el templo del carnaval, rodeado de la pista de ciclismo donde ganamos el
campeonato de barrio con 15 años, en plena adolescencia peinado con gomina y deseoso
de fama...
Muchas anécdotas
con algunos de ustedes hemos compartido, quizás algunos de los signos más
visibles de la presencia de Dios en ese día: el día de sol en pleno invierno, las
distintas presencias de distintos lugares:
La Cruz de Carrasco, San Jacinto, el vino de los
franciscanos de Chile, las medias de los Mapuches Argentinos, la camiseta de
Brasil, encontrándose con los ciclistas, el candombe y cada una de las
presencias de las cuales cuando miro alguna foto me sigue alimentando su
cariño, sin olvidar el niñito de pies descalzo, el amigo de mi amigo vendedor
de alfajores…
Pero hoy en especial recordaba el “día después”, el lunes 19 del 96. Vine a este lugar donde desde hace un buen tiempo nos han sembrado: Río Branco. Acá vivía mi padre con su última compañera. Si bien intente siempre que mis padres fueran mis padres, mas allá de la relación que ellos tuvieron “rota hacía mucho tiempo”, es verdad que los hijos no podemos ser indiferentes a lo de nuestros padres…
Esa rotura existió
y existirá en mí… Pero lo bello de ese día después de la ordenación, fue el encuentro con la
compañera de mi padre, con la cual teníamos una relación normal. La alegría fue
escuchar que ella había ido a la celebración. Si bien yo la había invitado, me
alegro que realmente sintiera que había lugar también para ella. Estaba feliz.
Recuerdo que mi foto del día fue escuchar mis sentimientos y sentir
profundamente la alegría en comunión con ella. Fue un día de gracia, fue como
sentir que unos a otros nos perdonábamos…
Hoy 19, un día
después de aquel inicio, fruto de un largo camino, hoy 19 después de aquella
profunda experiencia de Misericordia, hoy fue un día que necesite de ella. He
recurrido a la infinita misericordia de Dios muchas veces, y con los años en mi
caso he necesitado de ser recibido en un corazón cada vez mayor, y encontrar
companias , que con su escucha, palabras y abrazos me trasmitieran esa
misericordia.
Hoy miércoles,
el tiempo estaba nublado, y fue realmente duro, escuchar el dolor hacia la
Iglesia a la cual pertenecemos sobre el tema de pedofilia. Escucharlo de parte de una persona
dañada. Un Amigo
No es fácil hablar
de esto buscando la justicia y la misericordia. A mi amigo le hizo mucho bien
compartirlo, así me lo dijo, creyendo que este mal ha dañado a tantos
justamente por querer silenciarlo. Y que era bueno que lo habláramos, para compartir con otros dañados "que es posible cicatrizar esta herida"...
Primero
hablamos de los responsables y nos pareció, que solo la cárcel el juicio, o
solo la misericordia de una confesión, no alcanzan por separados ni juntas.
Junto a la justicia y la misericordia, hoy en día tenemos que hacer parte a ese
Dios que trabaja a través de las distintas ciencias y centros para enfermos de
esto…
Sobre las víctimas,
algunas quizás andan muy heridas hiriendo… otras con la herida oculta sangrando…
otros cicatrizados por una experiencia de amor en familia, por una vivencia
religiosa…
Que distinto
es salir a la calle después que alguien te hace llegar a lo más hondo de sí
mismo, y toca lo más hondo de nosotros
mismo, porque soy y me siento parte de esa iglesia. Como también es lindo,
escuchar a esta persona que hoy se dice no creyente, muy agradecida a Francisco
el nuevo papa…
Aclaro por
las dudas, que no fue un dialogo en confesión, mi amigo no cree en ese
sacramento, tiene muy mala experiencia, fue solamente un dialogo entre amigos,
de esos que se dan a veces con unas copas de más, que baja las defensas, yo no
tome porque andaba manejando, éramos
cinco. Estoy seguro que no fue un cuento de borracho, solo había una cerveza de litro, por las dudas aclaro.
Ahora si me
confieso, porque si creo y vivo el sacramento en lo personal con algún sacerdote
de confianza, con amigos y a veces como en este caso en comunidad.
Confieso que
salí a la calle por una lado sintiéndome parte, porque así como dicen los
maestros “cuando tocan a una nos tocan a todas y hacen paro”, también es vedad
que: “cuando uno de nosotros se equivoca nos equivocamos todo el grupo, en este
caso los sacerdotes, la iglesia y tendríamos que responsabilizarnos todos, de lo hecho
por uno de los nuestros”.
Por otra
parte me sentí fortalecido por este amigo “que está de pie” después de lo
sufrido. Un hombre sin odio, con cicatrices, pero lleno de Amor a su familia,
Amor a sus hijos, Amor a su trabajo, Amor a su compromiso político. Quisiera que
vieran cuando los gurises llegaron de la escuela, con que cariño y con qué
dialogo los recibió a sus hijos… “Donde abundo el dolor puede abundar el Amor”…
o el odio.
También San
Pablo dice por su experiencia personal, y también lo digo desde mi experiencia:
“donde abundo el pecado puede abundar la gracia”. No como algo mágico, sino por
el camino de la verdad, justicia, misericordia, ayuda de Dios por medio de las
ciencias y Amigos…
Bueno, así
llegamos, a los 50 años, a los 19, con las puertas abiertas… donde algunos
amigos conocen las cicatrices, las rajaduras de mi casa, el lugar donde cada
tanto hay que poner el balde porque se llueve…
Y esa misma
puerta abierta, me hace más sensible, más abierto a que entren a mi corazón con
sus heridas sangrando o cicatrizadas. Hoy por ejemplo me dolió muchísimo la
renuncia de Richar Red, el gremialista, para mí era mi referente en ese campo,
y me dolió cuando un periodista le pregunto si no sería “oportunismo político”,
su minuto de silencio me saco lagrimas,
porque creo que es un hombre que a buscado el bien y que lo sigue
buscando…
Pero también
fue un día de mucho sol, en el pasaje por la Facenda, (lugar para recuperar adictas)
compartir el mate, abrazos, cocina y pintada… me hizo mucho ver tanto cariño
puesto en la preparación a la inaguración del sábado próximo. Entre ellas
estaban las “ex” y las voluntarias.
Con la
gracia de conocer a la fundadora, una mujer sencillamente humana, dispuesta,
esperanzadora, con dudas, preocupaciones… mucha confianza en Dios y en cada una
de las ex y de las que van llegando con caidas realmente duras… Una mujer que
refleja a Dios.
Algo que me
dijo fue: “me decían que los uruguayos no eran muy religiosos... creo que no son
muy de misas, pero si expresan la religiosidad a través de la solidaridad”.
Ella es Brasilera, está en mi pueblo de nacimiento, realmente “una persona de
Dios ve lo que otros no ven”.
Bueno,
ustedes son parte de mi vida, del sacerdocio recibido, por eso se me inspiro
compartir algunas “fotos del día”, acompañadas de la alegría, de pasar por Sarandí
de Barceló donde sueñan y preparar una misa un encuentro criollo, con caballería
gaucha para dentro de nueve meses…
Con la alegría
de estar viajando con Cloe y Gilberto, dos colibríes hacia Ecuador, con los
sueños y expectativas que trasmiten vida, despiertan sueños. Con la alegría de
saber que hubo una familia y otras que los enviaron y que van con ellos… por allá
los esperan también de Bolivia…
Con la alegría
de que el 28 de este, nos recontramos por el Cerro de Montevideo, con algunos
de ustedes, y en octubre quizás por Córdova y en noviembre junto a los hermanos
Valdense en Nueva Helvecia, yendo en setiembre otros de los nuestros a Bolivia…
Con la alegría,
de estar junto al fuego encendido, junto a mi mama, que hoy está muy contenta,
una gracia de Dios esta compania, y me invita a mirar el informativo, recordándome
lo que escuche y me quedo del viaje por florida “en este tiempo no se puede
escuchar a Dios, si no se escucha las múltiples
voces de nuestro tiempo” Carlos Schikendantz.
Con la alegría
de haber estado presente en el primer casamiento por el civil que he ido, de
Victoria y Gonzalo, sin saber muy bien porque estuve… con la alegría de haber
podido ser parte de los 30 años de las hermanas Doroteas… con la alegría de este medio de comunicación que
lo creo Erik, y que en lo personal me acompaño tanto en Bolivia y me sigue
acompañando, complementando los encuentros y la oración…
Hoy entiendo
porque Francisco termina diciendo “recen por mi”… hoy me siento igual “recen
por mi”… Nacho
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