jueves, 10 de noviembre de 2016

FRENTE A LOBOS: RESPONDER COMO LOBOS O ELEGIR EL CAMINO DEL AMOR, SER COMO ANGELES…

Los niños dicen lo que a veces nosotros pensamos. Cuentan que un papa estaba muy pesimista con la realidad actual. Entonces su hijo que mucho lo quería le ofreció una solución: «papa matemos a todos los malos así quedamos solo los buenos». La mama, atenta a darle una buena educación a su hijo intervino diciendo: «hijo si creemos que la solución es por el camino de la violencia, los únicos que quedaran vivos son los mayores asesinos».
Cuenta la historia, que este niño llego a adulto, y se encontró con situaciones de violencia, las hay en toda época, lo que tenía claro era cual NO debería ser el camino: «a la violencia responder con violencia». Saber aprendido de su mama, la cual había sido violentada por muchos años cuando niña, pero que había elegido el camino de la justicia, el perdón y el amor.
Cuando un niño un adolecente, un joven, no quiere estudiar, no quiere trabajar, cuando no quiere asumir la vida real y se hace adicto a algo que lo evade de la realidad, que es un modo primario de quitarse la vida, nos tenemos  todos que preguntar: ¿Qué escuchan de nosotros  y que ven en nosotros sobre la situación actual?
Hay momentos que trasmitimos pesimismo, y ponemos leña al fuego apoyando a los que ideológicamente por sus negocios muy lucrativos «imponen miedo». Los sentimientos se alimentan con palabras, gestos e información. ¿Qué sentimientos en mí y en los demás quiero alimentar? ¿El miedo o la esperanza?
Tenemos derecho y es saludable, que en momen-tos, en lugares apropiados, con personas que nos pueden contener: «nos desahoguemos» de nuestras preocupaciones, inseguridades, miedos, problemas, rabietas. Pero hay que tener mucho cuidado con «darnos manija» con pensamientos, con consumo de cierta información o con charlas «amarillas - rojas- negras» que ponen el acento solamente en el árbol que cae, invitando a trozarlo y ocultan el monte que crece silenciosamente.
Por más dura que sea la realidad que nos toca vivir, no podremos vivir la vida de otros, ni vivir en otras épocas, entonces nos queda dos caminos: «ir muriendo amargadamente», o «VIVIR, buscando lo bueno, sumar a lo bueno, aportando nuestro granito de arena para que la VIDA venza a la muerte».
En toda época éxito la lucha entre el lobo y el ángel, entre el bien y el mal. Habiendo personas e instituciones que «respondieron al lobo como lobos» y otros que «respondieron a lobo como ángel».
Ser ángel no es ser bueno, porque nadie lo es totalmente. Ser ángel es creer en el camino del amor. La VERDAD aunque duela es el camino. Y la justicia y el perdón para nosotros mismos y para los demás son fundamentos esenciales del amor. QUIEN AMA VE LA REALIDAD TAL CUAL ES: «con un monte que crece silenciosamente dando buenos fritos, y arboles que caen haciendo daño y a veces mucho».
 La noche es oportunidad de brillar como estrella, de ser ángel y trasmitir esperanza. Los niños, los adolescentes, los jóvenes de hoy,  mañana nos recordaran como: «pesimistas que reaccionamos como lobos» o «ángeles que buscamos y creemos que siempre hay una salida, incluso si nos toca ser víctimas o victimarios de las más crueles violencias…»  El amor todo lo supera.
El Colibrí

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