jueves, 21 de marzo de 2024

EN LA CASITA CON MARÍA, JOSÉ Y JESÚS

En la fiesta de San José, fuimos convocados para celebrar la Misa, en el salón de La Casita, en el barrio Murguía de Melo. Había mucho para agradecer: cambios, salud, presencias, memoria; y volver a soñar resucitar este lugar pastoral.
 
Los celulares fueron comunicadores de invitaciones, pero también el boca a boca y un pizarrón para el barrio. Al haber sido coordinado con tiempo, en el retiro parroquial, con Ana que es delegada al consejo parroquial, permitió que con tiempo se fuera organizando el encuentro celebrativo. 

Que estuvo amenazado por los anuncios meteorológicos de temporal... pero una ves mas se abrieron las aguas... y se nos regalo una hermosa tarde... cuando en los alrededores llovía intensamente con fuertes vientos...

Al llegar nos esperaba una mesa transformada en altar con un hermoso mantel y 12 sillas para los celebrantes. Desde la comunidad el Buen Pastor se apoyo en todo lo necesario para la liturgia. Se tuvieron que ir sumando sillas y llegamos a ser 23 personas contando a las tres niñas que tuvieron su lugar en la celebración. 

En la vida, en lo pastoral, siempre es muy importante hacer memoria, para contemplar el caminar de Dios junto a su pueblo, el actuar del Espíritu Santo en otros que estuvieron antes que nosotros. Soña fue la encargada de recordar los inicios de este lugar pastoral, acompañada por el p. Eugenio S.J. que fue como respuesta a una realidad de adultos y niños, en aquel momento.    

Hoy nos rencontramos en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para vivir el presente, abiertos a ir descubriendo los nuevos caminos pastorales, celebrativos y sociales que la realidad nos pide y Dios quiere responder. 

Fue todo un signo la presencia de 3 niñas, una adolescente, personas del barrio, y de la comunidad Buen Pastor, que siempre se sintió "hermanada" con esta comunidad.  Otro signo es la llegada de la familia Vanesa y Alondra, a vivir ahí en la casita junto al salón... Dios siempre hace propuestas nuevas... Felices los que están abiertos a recibirlas, a recibirlos. 
LA PALABRA, que es la persona misma de Jesús, tenía algo para decirnos, en cuanto a cómo es Dios con nosotros. Vimos la realidad patriarcal cultural y religiosa de la época, y como Dios elige a una joven Mujer de Nazaret - Galilea, donde se decía que nada bueno podía salir de ahí... Nuestro Dios supera todas las normas culturales y religiosas en bien de la vida y fraternidad humana. Cuando todo pertenecía a los varones, incluso toda mujer... el hijo de Dios fue encargado en pertenencia a una mujer sin varón.   

Invitando Dios a José a ser parte del cuidado de este niño, a un simple carpintero también de Nazaret, descendiente del rey David. Alguien que para entrar en la historia de salvación, al igual que María, tuvieron que renunciar a sus propios proyectos familiares, para formar la familia del salvador que vino para todas y todos...solamente apoyados en la fe y los signos que Dios les iba presentando. 

La buena noticia de la Palabra, traída a nuestro presente, es que también nosotros aveces nos toca "ser como José" y se nos encarga el cuidado de alguien que no es de nuestra propia sangre familiar: un vecino, alguien de la comunidad... Y en otros momentos nos toca asumir la fragilidad humana, y al igual que Jesús, tener que ser apoyados o cuidados, por personas que son como Marías o como José: vecinos, personas de la comunidad, trabajadores públicos...  
Cuánto Amor hicimos presente hoy, recibido y entregado, para ofrecer junto al pan y vino... Cada uno compartió su experiencia siendo José o Jesús.

Y como también habíamos puesto en común nuestras realidades familiares y de la comunidad, con su dificultades por las diferencias, con problemas de comunicación, costando bastante ponerse de acuerdo... pusimos nuestra mirada en los niños, que también ellos tienen su "peleas", pero nos enseñan que los enojos no pueden crecer ni permanecer en nosotros, por eso Emilia y Sofia, las niñas nos transmitieron ese deseo, con la Paz de Dios que tanto necesitamos. 
Como acción de gracias, agradecimos por el encuentro de hoy, que realmente lo vivimos como un encuentro con ese Jesús que le da un sentido en el Amor, a aquellas realidades, cruces que muchas veces no le encontramos explicaciones...

Agradecimos el cumple de Alondra que había sido en estos días (le cantamos). Regalándole el camino del Ser, que tiene tres grandes etapas: 
1- Cuando somos muy pequeños y queremos ser como nuestros padres o como los que nos cuidan.
2 - Cuando queremos ser como alguna persona famosa, o admirada.
3 - Cuando vamos tomando conciencia de que estamos llamados a ser nosotros mismos, descubriendo, entregando el amor y dones que somos, y conscientes de nuestros límites, fragilidades, humildemente pedir ayuda, dejarnos amar.   

La mesa que se había transformado en altar, para recibir nuestras vivencias compartidas a la luz de la Palabra y sostener al misterio de la presencia de Jesús en su cuerpo y su sangre, en el pan y vino consagrado por las palabras que el mismo nos dejo... Ese altar al final volvió a ser mesa de compartir los alimentos y bebidas para hacer fiesta. 

La felicidad se reflejaba en los rostros, sin duda que en comunión con la felicidad de los que nos precedieron, de los que ya están con Dios, que también estará muy contento que "su casita" sea casita de encuentro a su modo, con lugar para todos, de manera orante, solidaria y alegre. 

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