«Antes si que era difícil lograr algo en la vida, ahora ustedes tienen infinitas posibilidades».
Esto a veces lo escuchamos de nuestros abuelos. Y es verdad que tenemos más posibilidades que antiguamente. Pero ésto no quiere decir que sea más «fácil». Hoy tenemos el desafío de «elegir bien» entre diversas propuestas.
También en lo espiritual hay una variedad inmensa de propuestas. Incluso dentro de las mismas religiones, encontramos prácticas espirituales muy diferentes.
Reiteramos que el tener más posibilidades es una realidad muy actual, que no significa directamente un mejor vivir.
Hemos crecido en posibilidades de estudio , de trabajo y para muchos eso se ha transformado en el centro de su vida. Dedicando el mayor tiempo a alguna de éstas actividades o a ambas a la vez. ¿Qué tiempo le dedicamos al conocimiento y crecimiento interior personal? ¿Qué tiempo dedicamos a otros para que desarrollen su vida interior?
El presidente Mujica decía en estos días:
«hoy el consumismo
e incluso el robo,
no es tanto por necesidad material,
sino para llenar un hueco que tenemos dentro».
Quizás para llenar ese hueco nos hacemos adictos al estudio, a el trabajo, a la Tv. a la computadora, al deporte, a la bebida, a la comida, a una relación o a una droga. Creemos que el hueco se llena con cosas, personas o experiencia...
Ya en los tiempos de Jesús existía ese vacío. Muchos andaban sin sentido en la vida. Y fue enviado para las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
Su primer mensaje es su vida. De encarnación en la realidad sencilla del pueblo. Viviendo en familia y comunidad. Realizando lo cotidiano, trabajo, descanso, encuentros y espacios de estar a solas. En un compromiso con la verdad y la Justicia.
Lo sorprendente del texto bíblico de este fin de semana son: las palabras y las actitudes de una mujer.
Tiene una «necesidad de vida » y transpasa los límites establecidos culturalmente y en religiosidad de la época.
Jesús responde primeramente con la lógica cultural y religiosa. Queriendo ubicarla (en donde la sociedad la había ubicado) debajo de la mesa.
Ella insiste en tener derecho al «pan que da vida», diciendo que hasta los animales reciben ese bien.
Jesús se sorprende y resalta la FE de ésta mujer y cambia de actitud. Compartiendo el pan de vida que administraba.( Mateo 15,21-28)
Quizás nos puede ayudar a «elegir bien»
tener en cuentra a los que están debajo de nuestras mesas
y buscar SER en lo que hago.
Sin duda que tendremos que salir de la «norma» cultual:
de acumular para los nuestros bienes, saberes y afectos.
Y de las normas religiosas Farisaicas.
El resultado será VIVIR.
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