La misma cultura tiene por tradición ante la muerte de una persona, colocar el cuerpo del difunto envuelto en un cuero de oveja y enterrarlo en un lugar que haya buen pasto.
Muchas culturas milenarias tienen unido el rito de nacimiento y el de la muerte a la actividad laboral que identifica a la comunidad. Así también son los grupos agricultores, pescadores, cazadores.
Y porque no decir que así somos también nosotros. Un ejemplo es: el entierro de una persona con una bandera de su patria, de su equipo deportivo. O con una ropa u objeto que lo identificaba en su trabajo...
Lo sorprendente de esta comunidad de pastores es : la reunión que hacen los comunarios más frágiles (por ser niños, enfermos, ancianos o con alguna discapacidad más radical) ellos son los que hacen la evaluación.
Cada persona aporta su mirada de la vida de quien están despidiendo. Y después de un consenso se le hace un collar trenzado ya sea:
Con lana de oveja y cabellos de los más ancianos, de los más enfermos, los más débiles y de los más pequeños. Una hebra si es su pariente o amigo y diez hebras si no lo es.
A otros se le teje el collar con lana de oveja y una cincha muy fina hecha de cuero de lobo.
A otros se les pone simplemente un ovillo de lana. Éstos son la inmensa mayoría. Ya que todos los que mueren sin alcanzar la mayoría de edad son sepultados con la lana sin tejer. Dicen los abuelos que es: porque no se sabe aún que sería de ese niño o adolescente.
Pero también muchos adultos son despedidos sin collar tejido. Dicen los abuelos que es: porque en tiempos de hambre, en tiempos de que aparecía el lobo ellos fueron como ovejas indiferentes o escaparon a la montaña.
Se imaginarán ustedes que los que reciben el collar con cuero de lobo no han sido muy buenos con el rebaño.
Misteriosamente se recuerda en el rito, que a pesar de todo sigue siendo de la comunidad, por eso el hilo de lana.
Son pocos los que han gastado la vida en bien de todo el rebaño. Especialmente en bien de los más débiles. A éstos se les teje el collar con lana y cabellos.
Colorin colorado, el cuento nos ha enseñado que: a cada uno se le prepara el collar que se merece, para que cuando llegue al más ayá , al encuentro con el Buen Pastor, sepa cual es el sentir de la comunidad.
¿Para quién tengo una o diez hebras de mi pelo?
¿Quién tendrá una o diez para tejerme el collar?
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