Venimos diciendo que las fiestas de fin de año tienen una relación bastante directa con las vivencias que tuvimos en todo el año.
Durante el año se ha reclamado mucho, a nivel general, mayor limpieza y mayor seguridad, sin duda dos elementos que son básicos para una saludable convivencia humana que se pueda celebrar con alegría.
Quisiéramos darles un lugar preferencial en esta editorial a las mujeres y a los varones que durante el año, en el ámbito familiar y público han aportado para la fraterna convivencia humana desde estos servicios.
La foto que elegimos para acompañar estas palabras fue sacada el domingo pasado en Plácido Rosas después de una fiesta. Tres niñas recogieron las bandejitas y los vasos y se pusieron a lavarlos. Sin olvidar que detrás de cada niño hay adultos, queremos resaltar el caminito que van eligiendo estas niñas: de servicio en lo que no se ve y tantos reclamamos «la limpieza».
En un momento histórico donde pegarle a una pelota de fútbol, un carné de notas, un tipo de formas corporales, un cargo o ya sea la billetera o el monedero son lo que hacen la diferencia.
Nosotros elegimos resaltar lo que exigimos pero no hacemos o no valoramos en los demás.
Invitamos a peguntarnos juntos por las fiestas del fin de semana pasado y por las fiestas que vendrán.
¿Quién se encargó de la escoba, del lavado previo y pasadas las fiestas? de: la Inmaculada, Olimar, los Retirados, del Lual en la Laguna Merín. Las fiestas en Poblado Uruguay, en Dragón, en la playa con la visita de los Olimareños...
Especialmente quien limpió los baños, que es el lugar que más exigimos este limpio.
Un sabio chino dijo que: el uso del baño refleja el contenido y el nivel de fiesta de cada persona y de cada grupo que se reúne.
Cada día hay más conciencia de que todos somos responsables de la limpieza y la seguridad habiendo personas dedicadas en particular a ese servicio.Cuando organizamos algo
¿qué presupuesto destinamos a estos servidores?
Mi tío me llevó una vez al circo y me señaló la injusticia del espectáculo en donde el «perro» que actuaba estaba más bien comido que el gurisito que corría a limpiar los excrementos del actor. Cuando actuaron los leones sentimos miedo porque se veía que hacía años que no se invertía en cuanto a la seguridad.
Como buenos ciudadanos que pagamos la entrada fuimos a reclamar justicia y seguridad. El dueño del circo nos mostró los números siendo que para mantener su «panza, su perro y sus leones» los números daban bastante justos.
Entonces sugirió que el tío tomara una cerveza menos para aportar a la limpieza y a la seguridad.
Recuerdo que la discusión entre el dueño del circo y mi tío se elevó en volumen y casi se fueron a las manos, siendo apartados por el domador de leones y el servidor del perro.
Mi tío hasta el día de su muerte siguió reclamando limpieza y seguridad tomando cerveza. El dueño del circo le encontró la vuelta media parecida a lo que están intentando hacer para salvar la zona euro: despidieron al domador y al otro le dieron los dos trabajos más el tercero en la seguridad. No le pusieron uniforme de papa Noel como se estila en otros circos pero si un palo en la cintura...
Concluimos con lo de siempre.
«si los niños y los servidores
se alegran antes, durante y después
de la fiesta, podemos decir
que fue una fiesta navideña».
se alegran antes, durante y después
de la fiesta, podemos decir
que fue una fiesta navideña».
El Colibrí Edictorial Tribuna Popular - viernes 16 de diciembre 20011
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