sábado, 4 de enero de 2014

“SOMOS FUEGO”

El fuego fue encendido cuando los primeros rayos de un nuevo día asomaban en el horizonte.
El fuego se maravilló al ver al gran astro cada vez mayor, con una luz que todo alumbraba.
El fuego se enamoró apasionadamente del sol y exclamó durante todo el largo día: “sin ti no podría vivir”.
El fuego comenzó a desesperarse cuando ve que el sol se va ocultando al final del día repitiendo:  “sin ti moriré”.
El fuego entristecido, fue sorprendido por la luna llena que casi trasformaba la noche en día.

El fuego se acostumbró a la falta del sol y puso su mirada agradeciéndole continuamente a la luna.
El fuego una vez más se enamoró apasionadamente, esta vez de la luna a quien dijo: “sin ti no podría vivir”
El fuego al ver que la noche pasaba rápidamente, dejó crecer un profundo sentimiento de miedo al perderla.
El fuego cuando se oculta totalmente la luna y aún no sale el sol gritó: "sin ustedes no podré vivir"
El fuego es sorprendido por una tenue luz que alumbra desde su interior, es la luz de su propio fuego.
El fuego estaba debilitado, en el día y en la noche poco tiempo había dedicado a cuidar la luz que era.

El fuego  dedicó tiempo a recuperarse en soledad, retiró las piedras, se cubrió de nuevas ramas secas y ardió plenamente.
El fuego dejando de mirar hacia arriba y de mirarse a si mismo descubrió mucha vida a su alrededor.
El fuego se descubrió servidor de la cocina en el día y servidor del descanso en la noche.
El fuego se descubrió humilde servidor e incluso luz para defensa contra el lobo que amenazaba el rebaño.

El fuego se unió a otros fuegos y con sus chispas y brazas encendieron otros fuegos, los cuales encendieron otros fuegos.
El fuego que descubrió su luz,  amó todos los soles, todas las lunas, amó cocinar, amó dar calor, amó cuidar, amó dándose…
Nacho

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