sábado, 25 de enero de 2014

YO LOS HARÉ PESCADORES DE HOMBRES.



En el lago Merín pasó la elección de la reina las cuales fueron elegidas según la evaluación de sus cuerpos, su belleza, su sociabilidad, según el juicio de un jurado. En el correr de este año 24 países del planeta Tierra elegirán su selección nacional que los representará en el Mundial de Futbol de Brasil. Los elegidos son aquellos que muestren una gran destreza futbolística y que demuestren voluntad de querer ganar a toda costa.
Aquí en el lago Merín estamos culminando el III Encuentro Teológico sintiendonos elegidos a participar de esta experiencia que incluye acampada y participación desde la distancia por la vía virtual y la oración. En la diversidad de los participantes algunas de las características que nos unen son la búsqueda, la apertura al encuentro y el deseo de un mundo mejor. 
 
 La narración bíblica de este fin de semana también nos presenta a Jesús eligiendo a sus compañeros de camino. Comienza la elección junto al lago lejano de los centros de poder. Los primeros elegidos son trabajadores manuales tenían la ilusión de que Jesús era el liberador del pueblo de Israel, y por ello, lo dejaron todo para seguirlo. Siendo invitados a ser pescadores de hombres que significa trabajar para que los hombres salgan del mal. A medida que se iba formando la comunidad Jesús mismo iba haciendo el bien por donde pasaba. (Mt 4,12-23) 
 En todas las estructuras humanas hay personas elegidas por distintas características para realizaciones concretas. Lo que queda claro en la elección de Jesús es que el llama a quien quiere desde las más diversas realidades humanas incluyendo a los incluidos, con el fin de trabajar juntos hacia un buen vivir para todos.
Este es el termómetro evaluatorio de la participación y realización del campamento teológico:
¿Quiénes fueron los invitados?
¿Qué hicimos?
¿Hubo exclusión? 
¿Nos humanizamos? 
¿Continuamos con el deseo y compromiso de otro mundo posible, más justo, fraterno y solidario?
Todo lo de Jesús fueron signos porque su Reino no es de este mundo lo que significa que si bien cada uno de nosotros seguirá teniendo incoherencias lo vivido realizado está. Es un signo de que es posible otro modo de relación inclusiva con los dones de cada uno al servicio del bien común sobrellevando las discapacidades personales. Este signo moviliza las estructuras de opresión por lo tanto despierta la ira de los que se benefician con ella.

Pidamos a Dios la fuerza de seguir luchando aun con viento en contra confiados en que es él quien llama y allí radica la fuerza que nos impulsa. Es Jesús, el hacedor de la historia y nosotros sólo debemos responder sabiendo que ni Jesús caminó, solo por lo tanto la vida comunitaria es escencial para su seguimiento al servicio de los demás, sin olvidar que la Misericordia es el centro de nuestra relación porque siempre necesitaremos de ella para continuar el camino.
NACHO

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