jueves, 19 de noviembre de 2015

SI DE AGRADECER SE TRATA...

Antes de ir al Congreso de Brasil hacía un repaso de las cosas buenas que se vienen dando, no sólo en mi vida, ya que a diario la comparto con quien me da la fuerza para animarme a más, sino que tienen que ver con Rossina y Juan Pablo. Pero también tienen que ver con esto, aquellos que de una manera u otra me apoyan, me aconsejan, me corrigen, me cuestionan, me impulsan, me motivan...y son muchos. Entonces agradecer es más que un acto, es una postura ante la vida, una actitud, una manera de pararse ante el gran desafío de vivirla, y con todas las ganas!

Y por ahí viene otro agradecimiento: este año cursé mi 3er año de la didáctica del profesorado de filosofía con un proceso impresionante. No por los logros numéricos, sino por la intensidad con al cual volvió a latir en mí, la vocación docente. Trabajar en la docencia directa es una de las pasiones de mi vida y sobre todo aprendiendo a filosofar juntos. Los jóvenes tienen tanto para darnos y debemos aprender de ellos, pero también debemos ayudarlos a tener una conciencia crítica capaz de no conformarse con las apariencias y los discurso fáciles, y poder llegar a los nudos de los temas principales de la vida. La educación sigue siendo el camino de realización de todo ser humano y la mejor defensa ante la guerra de la ignorancia que nos quiere convencer que así es mejor. Por eso un GRACIAS enorme al grupo 2H4 del liceo IBO que me ayudaron a seguir creciendo como docente y que juntos atravesamos un hermoso año.

El otro agradecimiento tiene que ver con la oportunidad que tuve de participar en el Primer Concurso Internacional de Ensayo, organizado por la REDLAPSI (Red Latinoamericana y Caribeña de Pensamiento Social de la Iglesia) que busca, a través de algunas iniciativas, llegar a los jóvenes del continente e invitarlos a reflexionar acerca de la Doctrina Social de la Iglesia. La enseñanza de la Iglesia acerca de la organización social, los derechos y deberes de todos los que la componen, el valor sobrenatural de cada dimensión humana es, en su conjunto, un patrimonio que aún no es tan conocido y por tanto no es valorado. En este caso agradezco profundamente a mi esposa que me empujó a que me animara a concursar. Pero no sólo eso...también me bancó las horas de estudio, además de la facultad, la charla sobre el tema, el comentarle mis ideas, etc. Sin ella no podría haber alcanzado el 3er lugar en el concurso.

¿Cómo no estar agradecido y sentirme bendecido? Y es apenas el comienzo de muchos otros sueños que tenemos juntos como familia, y que compartimos como hermanos con los Colibríes, que ya llegarán. Este pequeño logro es un estímulo a seguir trabajando por este camino que cada día se va confirmando...se lo dedico a mi pequeño-gran hombre, mi hijo Juan Pablo.



Gracias por estar  y acompañarme, Diego Pereira.

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