Recordando
el relato bíblico del pecado original, ese que esta como posibilidad dentro de
cada uno de nosotros y que consiste en “ser como Dios”, en situaciones
concretas. Recordando esa iluminación de los que nos aportan ese saber bíblico,
ayer, hoy y siempre nos descubriremos como seres humanos cayendo en esta
tentación. En el ambiente familiar, en lo económico, en cuanto a la salud, en
lo político, en lo pastoral, en toda relación humana siempre habrán personas
que se “sienten indispensables como si fueran Dios”.
El otro día
escuchaba a una madre y a una abuela, preocupadas porque el año próximo quieren
celebrar los 15 años de su hija y de su nieta. Desde ya se están endeudando…
Sin embargo
hace cuatro años un amigo llamado Lilito “El Alambrador” me dijo: Estoy
llegando a los 60 años, y para el que trabajo toda la vida, sin las mejores
condiciones laborales, llegar bien a esta edad es una bendición de Dios. Por
eso quiero festejar el cumpleaños con una buena fiesta, agradeciendo a Dios y a
todo el vecindario. Y usted el cura tiene que estar.
Confieso que
me alegro su deseo de festejar y agradece, me alegro sentirme invitado… Pero
fui gratamente sorprendido por la fiesta que celebramos. En la parrilla estaban
los corderos, las roscas de chorizo y un grupo grande de personas. No falto la
bebida, ni los dulces, ni la música, el baile, el juego, ni la bendición, y el
sol.
Éramos más de 200 personas. Todo de manera solidaria, desde los asadores, cocineras hasta la orquesta de Alejandro Lemos. Tribuna Popular y el Portal del Lago Merín, han acompañado desde siempre, este año se sumo un programa televisivo y las fotos de Campito. Todo suma, también los medios que ayudaran al recuerdo y permiten que otros también disfruten la fiesta.
Esta fiesta es todo un signo de lo más hermoso que hay dentro de los seres humanos: el deseo de encontrarse y la alegría de compartir. Este modo de hacer las cosas “realmente entre todos” es dejar a Dios ser Dios y nosotros disfrutar de ser personas humanas con limites, que cuando nos juntamos se da el milagro de lo más bello, de lo más lindo, donde todos podemos ser felices, sin ganadores y perdedores…
El Cumpleañero, ayudando a cortar el azado para todos...
Unos cuantos
escritos Bíblicos son relatos dolorosos o de alegría de personas y pueblos,
dejando de manifiesto su relación con Dios. La historia del Pueblo de Dios se
sigue escribiendo y algunos son protagonistas de la gran injusticia humana… Y
otros como este hecho concreto festivo, deja de manifiesto que hay otra manera
de relacionarnos, que es la más humana, la más justa, la querida por Dios:
donde todos compartimos como hermanos.
Mil gracias
a los que de una manera u otra hicieron posible el milagro de esta fiesta. Si
ninguna duda: Dios está muy contento.
Nacho
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