jueves, 23 de febrero de 2017

¿CUAL ES MI PRIMER AMOR?

 ELIGE TU RITMO, TU HORIZONTE, TU AMOR
Lo viviente es siempre movimiento. Solamente lo que está muerto está totalmente quieto.
Los vivientes humanos además tenemos algo que nos diferencia de los demás seres vivos: la voluntad, la libertad, la esperanza y el amor.
Podemos elegir el ritmo de vida, el rumbo, y con quienes soñarlo, dialogarlo y concretizarlo. Más o menos podemos elegir lugares y modos de vida.
MOVERNOS ES ESTAR VIVOS.
Moverse es causa de mayor vida. Siempre el que viene, es porque se ha ido de otro lugar. Siempre el que se va es porque llegara a otro lugar.
Entonces a lo que algunos llaman “perdida” cuando alguien se va, otros llamamos “envió”, porque lo vivimos como una experiencia de Amor, de dar a alguien que amamos, enviar alguien que también nos lleva.
Quien cree en el amor, cree que el amor ni biene ni se va, el amor permanece y habita dentro de nosotros mismos y se manifiesta en las relaciones, especialmente con los diferentes.
La vida es movimiento y hay personas que se mueven mas por dentro, en su pensamiento y sentir. Hay otros que son más estáticos y establecidos en sus pensamientos y afectos.
Hay personas que se mueven más o menos en determinados espacios físicos: casas, pueblo, país o mundo. La pregunta sobre la vida no es cuantos km hemos recorrido, las preguntas son: ¿porque o por quien me muevo poco o mucho? ¿Desde donde, desde quien se realizan mis movimientos?
EL MOVIMIENTO NO ES LO MAS SEGURO.
El movimiento es siempre riesgo. Se necesita fe en algo, en alguien, para moverse y dejar moverse.
He aquí la gran pregunta existencial del hombre: ¿Cuál es mi centro? ¿Mi primer amor? Si mi centro es mi ego, todo será mejor si se mueve beneficiándome o complaciéndome.
Muchas veces sufrimos el desprendimiento de quienes amamos, porque estamos centrados en nosotros mismos y no pensamos que el movimiento le hará bien al otro y a otros. Quien realmente Ama, es feliz cuando al amado le va bien aunque la separación física sea necesaria.
EL AMOR NO ES EXCLUYENTE
Quien realmente Ama a la humanidad, siempre piensa en su movimiento, en el movimiento de los demás con mayor beneficio, mayor cercanía a los mas debilitados. El que Ama la humanidad, va más allá de los vínculos culturales o familiares, procura amar especialmente a los menos amados.
Hay un movimiento que a veces es necesario y en otros no tanto: el “escapar”. Cuando es para salvar la vida puede ser muy bueno. Cuando es escapar de lo real, es simplemente un postergar, es llevar a otro lugar lo que no se quiere asumir.
El humanizarnos, madurar, pasa en otras cosas por ser consientes que somos movimiento. Siempre nos estamos despidiendo y llegando a nuevos o conocidos lugares. Siempre nos estamos despidiendo, rencontrando o conociendo por vez primera.
Si observamos la naturaleza, ella es maestra, es una continua entrega, es movimiento.
¿CUAL ES MI PRIMER AMOR?
Si mi centro de amor es otro, ese otro será el motivo primero de mis alegrías y lagrimas. Entonces una buena pregunta es ¿Quién es mi primer otro? Si estoy descentrado de mi ego.
Para algunos el otro primero es un trabajo, un estudio, un lugar, una mascota. Es ese otro que realmente amo y priorizo en mi entrega. Es de quien estoy pendiente más frecuentemente. Al no ser un ser humano, no tendrá la real posibilidad de elegirme…
Para las grandes religiones, el otro primero, que nos descentra del ego, y nos hermana con todo lo viviente es el trascendente, el creador, el que reconocemos como dador de vida, el que siempre está en todo lugar y situación.
EL AMOR ES TRASCENDENTE
Quien profundiza en una creencia religiosa, elige liberarse de su ego, elige tener como primer Amor a ese trascendente y con él discierne los ritmos, los horizontes… Es alguien que se siente Amado por El, en todo lugar, en toda situación.
El ser humano que elige ser religioso, solamente un deseo tiene para sí mismo y para los demás: hacer la voluntad del trascendente, al cual algunos lo llamamos Dios. El que está siempre, el que ama siempre, en la salud y la enfermedad, en el encuentro y la soledad, aquí y allá, en esta vida o en la que vendrá. El religioso cree que estar vivos es un regalo, que tenemos la libertad de administrar en el amor, sin apegos.
El descubrirnos amados y elegir amar al trascendente, nos hace libres para amar, para relacionarnos, para despedirnos y recibir. Libre de lugares, situaciones y cosas. La
relación de amor con el trascendente, nos permite amar como el ama, estando en todo lugar con todas las personas. Es el sentido profundo de la oración: estar con el amado y amar más allá de la distancia física. Si creemos en el amor, creemos en la oración. Por eso algunas veces decimos: “te deseo lo mejor, que tu vida sea para los menos amados, los cuales sacaran lo mejor de ti mismo, y estaremos siempre unidos en el amor, acá en esta vida y por la eternidad después de la pequeña muerte…
El Colibrí

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