Si bien como uruguayo es muy difícil delinear nuestra cultura, porque tenemos colores de distintos grupos emigratorios europeos, que se tejieron con los grupos originarios, e incluso con los africanos traídos como esclavos. Quizás por esa misma razón aparecen rasgos culturales que nos diferencian de nuestros vecinos.
CONVIVENCIA RESPECTO Y VALORIZACIÓN DEL DISTINTO
Uno de ellos es la capacidad de convivir con el diferente. Al no haber ningún grupo humano con amplia mayoría, todos desde nuestro grupo humano más o menos diferenciado (gringos, gauchos, negros, blancos, judíos…) sabemos respectar e incluso valor a los grupos diferentes.
En Uruguay se convive en paz entre diferentes. En un mismo barrio puede haber dos o más comité políticos diferentes sin problemas. Así mismo distintos templos religiosos. Incluso en la misma familia puede haber diversas expresiones políticas o de fe, sin mayor inconveniente.
Si bien en Brasil y Argentina, nuestros vecinos, está bien diferenciado el tiempo de carnaval y la cuaresma, en nuestro país con el carnaval más largo del mundo conviven juntos lo festivo y lo religioso. Lo mismo ocurre en Semana Santa, donde además hay grandes eventos (Vuelta ciclista, semana criolla, de turismo…) con participación de los cristianos. Lo religioso se vive como levadura en la masa y no intentando hacer que todos seamos, pensemos y actuemos de manera uniforme.
Los visitantes de países vecinos, o del continente europeo se sorprenden de la convivencia pacífica entre diferentes, que se da en el ámbito familiar y social. Por ejemplo en tiempos electorales hay buena participación en lo político, pero lo normal es que los perdedores feliciten a los ganadores. En el ámbito religioso, si hay un bautismo, un casamiento de algún familiar o amigo la mayoría no duda de acompañar a la iglesia de quien invicta aunque no sea la suya.
NO SOMOS FANÁTICOS NI SECTARIOS
El fanatismo, el mal mayor de todos los grupos humanos, es poco común en la cultura uruguaya. Quizás donde más se ha desarrollado el fanatismo es en el fútbol. Pero son grupos reducidos generalmente con un trasfondo delictivo. Porque también en Uruguay una pareja puede estar formada por hinchas de dos equipos diferentes. Y si bien en la niñez los padres, abuelos y tíos se diputan con regalos intentando convencer al pequeño de ser hincha del club de sus amores, generalmente los niños siendo jóvenes después son libres de elegir.
En el ámbito político, también con el tiempo la rigidez personal: «yo nací… y voy a morir…» ha cambiado en las generaciones más jóvenes. Y también en los no tan jóvenes. Se puede votar en lo nacional a un partido y en lo local a otro. Se puede tener una tradición política dentro de un partido y sorprender siendo candidato por otro partido en las siguientes elecciones.
Las posturas sectarias religiosas, (que las hay dentro de todas las religiones) «nosotros somos los únicos buenos y los demás son demonios», tiene muy pocos adherentes en nuestro país.
Si bien se aprovechan, los falsos lideres, de personas con dificultades mentales, o en un momento donde las personas vivieron situación límite de perdida, son pocos los uruguayos que caen en esos grupos sectarios.
CARNAVAL Y CUARESMA
Para escándalo de algunos religiosos más conservadores, el mismo sacristán de la parroquia puede estar en la misa del miércoles de ceniza, las misas de cuaresma y también participar del desfile de carnaval. Lo mismo ocurre con muchos fieles. Porque la fe en Uruguay no está centrada en ritos, ni prácticas religiosas. Está centrada en el Amor a Dios y al Prójimo. Y el respecto por las
expresiones diferentes es un modo de vivir el cristianismo. Mas que respecto, incluso apoyando acompañando lo diferente.
Bien sabido por la realidad que nos muestras los hechos históricos, que no es que haya eventos sagrados y otros paganos. Las cosas más bellas como buenos encuentros, como la solidaridad, la alegría profunda, se vive tanto en unos como otros eventos. Y también es bueno reconocer que en los diferentes espacios sociales y religiosos han ocurrido los hechos más dolorosos, más horrendos, de la historia humana.
Entonces respectando otras culturas, como uruguayos que somos, pedimos que se nos respecte. Somos creyentes en un Dios que está en todas partes. En un Jesús que dice que en todos lados, en toda persona y organización, hay trigo y gramilla.
Por supuesto que hay procesos de fe, que tienen distintos acentos en la vida, entonces en algún momento hay personas que participan menos o más de los eventos sociales.
Siempre sin olvidar que el cristianismo no es una secta, que se aparta del mundo, es totalmente lo contrario: el cristianismo se evalúa según nuestras vivencias, opciones en medio del mundo.
Nacho
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